El value investing es una disciplina de inversión que se basa en la creencia de que las acciones de una empresa tienen un valor intrínseco que puede ser calculado tras un cuidadoso análisis. Las oportunidades de inversión más rentables surgen cuando el precio de mercado de las acciones se desvía significativamente de su valor intrínseco. La tarea esencial de un inversor value es determinar el valor intrínseco con la suficiente precisión para tomar ventaja de la distorsión que se produce en los mercados.
Benjamin Graham y David Dodd, padres de la criatura, basan su estrategia en tres características de los mercados financieros:
Los precios de las acciones están sujetas a movimientos amplios y caprichosos. El mercado bursátil, Mr. Market, es un paranoico que nos ofrece todos los días precios de compra/venta y sus continuos cambios de humor afectan al precio al que está dispuesto ha hacer negocios con nosotros.
A pesar de estos movimientos en los mercados financieros, muchos de los activos financieros tienen un valor subyacente que es relativamente estable y que puede ser medido con razonable precisión por un inversor disciplinado. En otras palabras, el valor intrínseco de un negocio es una cosa; el precio actual al que cotiza es otra cosa. A pesar de que valor y precio pueden, en un momento dado, ser idénticos, suelen divergir.
Una estrategia de comprar acciones solo cuando su precio de mercado está considerablemente por debajo de su valor intrínseco produce unos retornos sobre la inversión superiores en el largo plazo. Graham se refiere a este gap entre valor y precio como “margen de seguridad”; idealmente el gap debería ser de un 1/2, y no menos de un tercio, del valor intrínseco. Graham deseaba comprar 1 dólar por 50 céntavos; la hipotética ganancia debía ser amplia y, más importante, segura.
Empezando con estos tres supuestos, el proceso central del value investing es bastante simple y se basa en la habilidad de encontrar acciones infravaloradas. Un inversor valor estima el valor fundamental del activo financiero y compara el valor con el precio actual que el mercado nos ofrece. Si el precio es más bajo que el valor con un margen de seguridad suficiente, el inversor compra la acción.
Por lo tanto la filosofía del Valor se basa sobre el principio de que los mercados no son siempre eficientes en la fijación de los precios.
Las estrategias de Graham no requieren fórmulas extremadamente difíciles o información no accesible al público general. El éxito en la inversión value no requiere un coeficiente intelectual superior, sino más bien la capacidad de mantener las emociones aisladas del “ruido financiero” cuando nos encontramos en pleno proceso de toma de decisiones.