Primero y antes de todo quiero expresarle mi agradecimiento y respeto por el trabajo realizado durante estos casi ocho años.
Creo que ha hecho usted un buen trabajo, sobre todo teniendo en cuenta el terrible ataque personal que ha sufrido por parte de algunos haciéndole a usted responsable de todos los males habidos y por haber. Aun a sabiendas de que no era así. Pero ello les abría el camino que se habían trazado y no les importaban “las víctimas” que a su paso dejaban. Ha sido una oposición gris y destructiva.
Supo durante los años que la economía todavía aguantaba, dedicarle tiempo y esfuerzo a políticas sociales, necesarias para una mayor equidad entre las diferentes y variopintas necesidades de la sociedad española.
Cuando atisbaron los primeros indicios de la crisis, usted quiso transmitir tranquilidad a pesar de saber que ello se le podía volver como un “boomerang”. Pero era su obligación que el pánico no cundiera de forma masiva y rápida. Además siempre quedaba la esperanza de que la cosa no fuera a peores. No fue así y siguió aguantando, hasta incluso tomar medidas que iban en contra de sus principios –bajada de salarios, reforma laboral, incremento del iva, etc.- pero que se veían necesarias si se quería transmitir confianza a “los mercados” – esos señores con tanto poder- y que España no se viera inmersa en un proceso de intervención y falta de credibilidad en su respuesta. Su última decisión, adelantar las elecciones a meses vista, también hablan de su generosidad y de la primacía del interés general al particular.
Ahora, a la espera del relevo, su carácter vuelve a ser evidente. Se responsabiliza de un desempleo del que un gobierno democrático no puede ser culpable. Culpables son los que cuando quieren contratan y cuando quieren no. Los que no tienen techo o límite para los beneficios. Ellos siempre tienen más que un pan para llevarse a la boca. Y politizar la economía es lo más ruin que se puede hacer, sabiendo que son millones de seres humanos los que pagarán tal actitud.No me quiero extender más, sólo por último reproducir las palabras tan bonitas que le dedicó la diputada canaria Ana Oramas, que a mi me impactaron mucho: “Usted puede mirar a los ojos a los españoles”.
Gracias, salud y buen descanso, se lo merece Sr. Presidente del Gobierno.