¿Cuantas veces habremos oído, o dicho, “si este valor, o índice bajase hasta este punto me lo compraba, y luego cuando ocurre no hacemos nada”?
Cuando realizamos nuestro análisis, a la hora de decidir donde nos gustaría tener la opción de comprar, y/o vender, nuestras inversiones en el mercado, las realizamos sobre un escenario concreto, el del momento actual.
¿Qué ocurre cuando el valor que estábamos queriendo comprar alcanza la zona de precios que antes nos parecía un “chollo”?
Pues que el entorno ya no es el mismo, ese escenario en el cual escogimos nuestro punto de entrada ya no existe, ha cambiado. Por desgracia, cuanto mejor es la oportunidad de compra, peor es el aspecto que muestra la situación que nos rodea, más riesgo latente se percibe y más incertidumbre hay en el mercado. Basta con ir a un gráfico histórico de cualquier índice de renta variable y localizar las zonas de mínimos, que a la larga, han sido buenas oportunidades de compra durante las últimas décadas, para ver que lo que ocurría entonces, no invitaba precisamente a invertir en bolsa.
Del mismo modo que cuando surgen las buenas oportunidades de compra el entorno es tan hostil, cuando habría que vender, la sensación de euforia suele estar presente, y cierto sentimiento de avaricia se apodera del inversor, y piensa que “al ritmo que crecen mis beneficios cada semana, puedo estirar y aguantar un poco más la posición antes de venderla”.
¿Qué hay que hacer entonces? Por desgracia no creo que haya una respuesta única a esta cuestión. Dependerá del perfil de cada inversor. Según el grado de aversión o apetencia por el riesgo que tenga cada uno, el momento de entrar al mercado se presentará más o menos apetecible en cada instante. Mientras que a un inversor arriesgado le pueda tentar una valoración muy baja como argumento de compra, pese a que la situación parezca lejos de solucionarse. Para otro inversor con más aversión al riesgo, preferirá esperar a que el escenario tenga visos de solucionarse antes de comprar, aunque ello implique entrar al mercado con un potencial de subida menor, porque parte de la recuperación ya se ha producido.