En parte puedo entender a aquel magnifico profesional. Para el mundo que el conocía la situación podía ser esa, pero como la sociedad cambia, como la economía real en veinte años ha experimentado transferencias radicales, las finanzas no pueden permanecer inmunes. Quien nos iba a hablar de entidades de dinero electrónico, de la web 2.0 y las comunidades financieras, de la eclosión de la titulización hipotecaria en variantes, ejem, de todos los colores, del boom de las empresas de refinanciación, de los derivados más complejos, etc....
Si, ya se que muchas de esas novedades, de esos avances pueden caer en la denostada ingeniería financiera. El termino me parece un tanto peyorativo, sobre todo si, como es evidente, no son más que herramientas. Pero es fantástico criticar a las herramientas y no a los seres humanos que las compran, las venden y las manejan. Por ello, y aún desconfiando de los magníficos financieros contra los que nos prevenía McCulloch, pido como mínimo la presunción de inocencia para los avances financieros. Ojo, presunción que no falta de crítica.
Este post, va a ser en cierto modo, el preludio de otro un poco más personal. Y es que ahora, precisamente ahora, cuando las bayonetas cargan contra el sector financiero, siguen surgiendo propuestas, más o menos rompedoras, de por donde pueden ir los tiros en el futuro. De ello habla por ejemplo Carlos López en Euribor, en un par de posts. Me gustaría repasar con vosotros esas ideas que ha resumido, esbozar lo que me sugieren, y recordar alguna otra olvidada.
1. Los prestamos P2P, o préstamos entre particulares. Aquí me voy a alargar muy poco. Lo comenté hace tiempo y no encuentro nuevos elementos de juicio que me hagan cambiar de opinión: no los veo. Es más, en la práctica, creo que son toda una demostración de que el diferencial de intereses entre prestamos personales y depósitos que nos aplica un Banco en este país no es nada amplio, teniendo en cuenta la ¿contraoferta? de estas entidades. pero vamos, que no voy a repetir mis argumentos (otra cosa es que abramos debate en los comentarios).
2. Los microcréditos. Ojo, que hay múltiples interpretaciones de este tipo de producto, y aquí se refieren a las del considerado padre del asunto, Yunus, economista indio fundador de Grameen Bank. Cito textualmente a Carlos:
grupos de cinco individuos reciben dinero en préstamo, con muy pocos requisitos, pero el grupo entero pierde la posibilidad de nuevos créditos si uno de ellos no logra cancelar. Esto crea incentivos económicos para que el grupo actúe de forma responsable, haciendo que el banco resulte económicamente viable.
Luego nos habla de que la clientela es básicamente femenina y que, de algún modo, la composición de su accionariado remite a formulas cooperativas o mutuales.
Creo que o hubiese venido mal recordar que las finalidades de los microcréditos de Grameen, a diferencia de otros casos, suelen ir dirigidas a proyectos de emprendizaje, pequeñas acciones individuales o colectivas que permiten generar retornos, mejorar el nivel de vida, y buscarse la vida. Creo que este es un rasgo fundamental, junto con algunos otros de su mecánica que podéis encontrar en este post de El Blog Salmón, y que por tanto desdicen eso de que tienen pocos requisitos. Requisitos distintos a los de un banco ordinario, pero de pocos nada.
El principal punto fuerte de esos microcréditos es la coerción, y viene dada por la presión a la que se ven sometidos los deudores pos sus compañeros de grupo. Ya no es sólo que el Banco te apriete. Es que tienes a 4 elementos a los que, si les haces una faena, no te van a dar las gracias precisamente. Más te vale apretar el culo. Si lo queremos ver positivamente, se establecerán lazos de colaboración que hagan que,si uno se queda atrás, los otros le ayuden. De algún modo, viene a ser como una crono por equipos. En este sentido, podemos encontrar similitudes con las formulas que nos descubre jpocalles, las denominadas Comunidades Autofinanciadas, CAFs.
Evidentemente hay quien no lo ve claro. Os puedo recomendar este artículo de Rallo, en el que se critican las posiciones de Yunis acerca de la globalización, el presunto monopolio de fondos públicos de los paises occidentales, el uso de Graemen como herramienta de propagación de un ideario cuando menos curioso (sumamente colectivista) y ciertas reticencias sobre esas suspuestas tasas de morosidad de la entidad. Leeroslo, ya que no es fácil encontrarse por ahi con críticas fuertes al tema de los microcréditos. Como en el punto anterior, abrimos debate en los comentarios, si quereis. Si os puedo adelantar que creo que es posible que Rallo tenga sus partes de razón en la crítica, pero tambien pienso que podemos aprender, y mucho, de este tipo de experiencias. En el próximo post os explicaré en qué sentido.
3. La cofinanciación, denominada por Carlos préstamos solidarios. Creo que es más acertada mi denominación. No es tanto una cuestión de solidaridad como de hacer negocio por narices, y de repartirse el tema de la financiación. En resumen, el proveedor de un bien o servicio, véase un inmueble, no cobraria el 100% al contado. En su lugar, una parte la cobraría al contado, vía fondos propios de los compradores o financiación bancaria, y otra parte la aplazaría del modo más light posible, sin perder de vista las garantías.
En mi modesta opinión no es nada nuevo. Se ha usado en otros tiempos, y se esta usando hoy a mansalva en los negocios empresariales (el proveedor suele ser el financiador number one, de 30 días para arriba). Es cierto que, para particulares, no se solía hacer, pero lógicamente tiene su explicación. Ese esfuerzo no es gratis, tiene un coste, y siempre habrá alguien que tenga que cargar con ello, y que intentará de un modo u otro resarcirse por ello. Es una salida, pero no me parece especialmente novedosa, dolorosa si (recordad algo bastante relacionado con el tema como es la propuesta de titulización de las perdidas latentes en las mortgage norteamericanas).
4. Las monedas sociales (LETSystem, The Hours, WIR, etc...). En el fondo, no dejan de ser una versión sofisticada del trueque. Dentro de de determinadas comunidades, intercambiamos nuestro trabajo, nuestros productos o servicios, usando como referencia una moneda emitida por nosotros, el grupo, mismos que mediria nuestra contribución. No acabo de entender las ventajas que Carlos describe para estos sistemas, aunque supongo que eso se debe a mi concepción ideológica. No veo que hay de malo en que una persona pueda decidir ahorrar/especular con esas monedas, dentro de una libre decisión de planificación financiera. No veo que los emisores de dinero de nuestra sociedad sean entes separados de la misma. No veo que tiene de bueno que impidan el comercio entre distintas comunidades, la globalización. No lo veo, pero ya se que soy un bicho raro.