Algunos inversores consideran la inversión un medio con el que incrementar su patrimonio, pero para otros es algo más. Para unos es un mundo extraño y lleno de peligros donde quizás les ayude a incrementar sus pequeños ahorros bajo el colchón, para otros es un hobby apasionante que está presente en sus vidas en todo momento, y para los últimos y más peligrosos, es una vía de escape para sentir subidones de adrenalina, emociones fuertes y una fuente inagotable de historias para contar antes los amigos en el bar, y así sentirse mejor consigo mismo.
Yo he encontrado tres perfiles diferentes en la inversión (habrá más, sin duda) que dependiendo de diversos factores personales y externos les llevará a tener menor o mayor éxito en sus inversión, incrementando o dilapidando su patrimonio. Me centraré en el aspecto mental, que condicionará la visión de cada uno sobre los mercados, siendo un punto clave tratar de entenderlo y actuar en relación a él para tener mejores rendimientos a largo plazo.
Primer perfil:
En primer lugar quiero hablar de las personas que se encuentran al mercado en su camino, a través de conversaciones con amigos o por alguna sugerencia del banco de turno que les lleva a tratar de sacar rendimiento a sus ahorros. Inicialmente es un perfil neutral por su desconocimiento del sector y que podría mantenerse en su perfil, o bien comenzar a interesarse y pasar a ver este mundo como un hobby (perfil 2) o perderse con las emociones y verlo como un juego (perfil 3).
Inicialmente predomina la cautela, por la novedad de la terminología, la cantidad de productos y posibilidades diferentes de inversión que abruman hasta a los más veteranos del sector. Para estos el mercado no es más que una herramienta para que su patrimonio no pierda valor a lo largo del tiempo por la inflación o que incluso les genere alguna plusvalía suficiente para darse algún tipo de capricho. El mercado les dará respeto al principio, y es fundamental que así siga el máximo tiempo posible, es algo que les protegerá de ellos mismos. Buscar un asesoramiento independiente (bastante difícil de conseguir en mi opinión) que identifique bien sus necesidades será un punto crítico que marcará el futuro de su patrimonio. Por su escasa experiencia, deberían interferir lo mínimo posible en las sugerencias de los profesionales, acatando las medidas que crean oportunas. Pese a que el cliente tenga la última palabra, grandes modificaciones sobre las opiniones o planes a largo plazo de los expertos tendrán consecuencias nefastas por la escasa idoneidad de las decisiones tomadas.
El desarrollo del mercado a corto plazo y el carácter del inversor determinaran su futuro. Si tiene ganancias al principio, corre el riesgo de creerse el rey del mambo y pasar al perfil 3, donde comenzara a perderle el miedo al mercado. Ahí está el principio del fin. En muchas ocasiones lo peor que puede suceder es ganar dinero al iniciarse en este mundo, será extremadamente caro a largo plazo. En cambio si pierde al principio, el respeto se quedará en dicho inversor para siempre, algo que le será favorable para el resto de su vida.
Como resumen, en este perfil lo fundamental es controlar las emociones iniciales derivadas de este nuevo mundo que está explorando y no venirse arriba con los beneficios iniciales ni deprimirse y abandonar con las pérdidas del corto plazo (escrito suena fácil, pero es lo más difícil para este perfil). Hacer caso de los consejos de los verdaderos profesionales (no del vecino del segundo piso) ahorrará muchos disgustos y continuar con el respeto inicial al mercado puede llevar a este perfil a ser sin lugar a dudas el más rentable de los tres siempre que no se deje corromper por el entorno y por las emociones. Esta neutralidad es un don fabuloso en el mercado ya que llevará a tomar las mejores decisiones sin dejarse llevar por los sentimientos.
Segundo perfil:
Personas para las que los mercados son algo más que una herramienta o un trabajo. Vemos el mundo de la empresa, la inversión y la macroeconomía como algo apasionante, que nos atrapa horas y horas tratando de aprender lo máximo posible de este profundo y difícil mundo. Para los que os hayáis identificado con este perfil quiero deciros que, como todos, tenemos una serie de ventajas e inconvenientes psicológicamente hablando.
Quizás sea un punto intermedio entre los otros dos perfiles, dado que mantenemos parte del respeto inicial a los mercados (o incluso más). Tener mayor experiencia en el mismo hace que tengamos expectativas realistas sobre las rentabilidades objetivo y encajemos mejor las pérdidas que el perfil 1. Es difícil que se llegue al perfil 1 desde el 2, pero sí que está presente el riesgo de pasar al 3 por el exceso de optimismo por una buena operación o por la frustración de alguna mala, que nos lleve a perder la cabeza y hacer locuras. Por tanto, en este perfil es clave mantener el respeto al mercado en todo momento para no creernos más listos que él o estaremos muertos.
Un aspecto negativo es la necesidad de estar constantemente informado y al tanto de cualquier suceso del planeta que pueda afectar a las inversiones, llegando al punto de que vemos que toda información macro o empresarial de hasta el país más irrelevante del planeta pueda tener impacto en los mercados. Esta obsesión por los mercados puede llegar a ser tóxica. Muchas veces a más información tenemos, peores decisiones tomamos y en este sector hay una cantidad inmensa de noticias, análisis y libros que no llevan a ninguna parte, que únicamente nos hacen perder nuestro valioso tiempo. Además, que siempre puedas leer un informe más o exista otra empresa o fondo similar a analizar nos llevará a una frustración e inseguridad a la hora de tomar una decisión de inversión. Muchas veces lo más simple es lo que mejor funciona.
Existe otro punto negativo que comparte y maximiza el perfil 3, pero que veo necesario destacar aquí también; el ocio, o relación inversión-diversión.
Nos encanta el mercado y esta necesidad por vivirlo y tener más y más experiencias nos impide estarnos quietos. Es la necesidad de operar, de modificar la cartera pese a que no existan señales claras, querer sentir que somos nosotros mismos los que decidamos que empresa comprar y cual vender. Al final tomamos decisiones no solo por la rentabilidad esperada de las mismas, también por la diversión que nos generan. En la práctica el ejemplo más claro es la decisión de fondos de inversión o compra directa. Muchos inversores rechazan meter todo su patrimonio en carteras ya diseñadas, o en composiciones de fondos de inversión a largo plazo. Pese a ser indudablemente la opción más rentable a largo plazo, es “aburrido” para muchos inversores de los perfiles 2 y para todos del 3. Esta pasión por los mercados nos lleva a no ver que en muchas ocasiones la opción más rentable es estarnos quietos y confiarle el dinero a profesionales de verdad (gestores y personas que se dedican a tiempo completo a esto), y en vez de eso compramos y vendemos acciones constantemente intentando batir al mercado o tratando de encontrar a la empresa estrella de este año (no es casualidad que en este foro el tema más hablado sea bolsa y no gestión de carteras o fondos que está demostrado que es lo que más aporta a la rentabilidad final de una cartera). Algunos inversores no lo quieren ver y otros lo admiten, pero en el fondo todos sabemos que lo que queremos es batir al mercado y colgarnos la medallita. Pues lo siento pero esta es la opción menos rentable, y debemos asumirlo y reconocer que si queremos ganar lo máximo posible a largo plazo la opción más probable para conseguirlo es darle el dinero a especialistas, por lo que tendremos que sacrificar parte el ocio por un plus de rentabilidad.
Cabe decir que algunos inversores tienen sistemas propios, probados y con historiales sólidos que se basan en operar frecuentemente, eso es un tema aparte y no entra en este razonamiento.
Como resumen, los principales problemas de este perfil son:
La necesidad por la información que provocará frustración e indecisión a la hora de tomar decisiones. Además, hay que tener cuidado constantemente por no perder el respeto al mercado y pasar al nivel 3. Por último y más importante en este perfil, la relación inversión-diversión que llevará a tomar decisiones no rentables (muchas veces a sabiendas) sacrificando una parte de la rentabilidad por hacer algo que nos gusta y apasiona, siendo nosotros mismos nuestro peor enemigo.
Tercer perfil:
Llegamos al perfil más peligroso e inestable de todos. De entrada, nadie se ve en él, pero si nos paramos a pensar sí que encontraremos a muchos amigos o conocidos que encajan perfectamente (pero nunca nosotros mismos). Es el inversor que se cree más listo que el mercado y que necesita operar constantemente. Estos inversores transforman la inversión en un gran casino, donde el ocio es el eje central de las decisiones pese a saber que jamás podrás ganar (desgraciadamente, no todos lo han asumido). Son la última fase a la que se puede llegar, y estos en algún momento fueron el inversor 1 o 2.
Efectivamente, estamos hablando del inversor que sólo quiere chicharros, que tiene la necesidad de hacer constantemente operaciones, contarlas y saciar sus necesidades de sentirse alguien durante un rato. Pero eso sí, de cara a la galería solo ganan, estos inversores casi nunca cuentan sus grandes y frecuentes enganchadas. Este perfil es el más complejo, está en una situación difícil de salir. Puede entrar en el por rachas al alza significativas que le harán sentir que esto es la gallina de los huevos de oro, o pérdidas que le harán entrar en “tilt” y tomar decisiones erróneas a sabiendas, por la necesidad de recuperar lo perdido.
Para este perfil los fondos de inversión están absolutamente descartados, y la necesidades de sentir que operan ellos mismos es máxima. Además, nadie es más listo que ellos y todas sus decisiones son acertadas pese a que luego el mercado les ponga en su sitio (como a todos en algún momento).
Otro punto crítico, es el poco aprecio al dinero. Hay mucho escrito sobre la sensación positiva de materializar una ganancia y la negativa de una pérdida. Para estos, las pérdidas no tienen ni la mitad de dolor psicológico que la mera posibilidad de una ganancia (sin necesidad de materializarla), lo que les lleva a tomar decisiones extremadamente arriesgadas. Cualquier indicador, análisis técnico, dato macro o fundamental de una empresa les llevará a entrar en ella por el afán de ver una plusvalía sin profundizar mucho en si tiene sentido o no dicha información. Son los típicos que leen un análisis técnico en cualquier foro o periódico y entran con todo al ver dinero fácil. Aquí la concentración de riesgos es máxima y la diversificación brilla por su ausencia. Además, las inversiones que más les duelen no son las pérdidas materializadas, sino las compras que no se atrevió a realizar. Perderse una revalorización de un 10% de un chicharro es muy doloroso para este perfil, lo que llevará a entrar a la mínima señal de compra, por débil que sea.
A este inversor lo peor que le puede pasar es descubrir el apalancamiento, CFDs y demás drogas duras. En este punto se ha puesto el último clavo en su tumba, maximizando el nivel de riesgo hasta límites desconocidos. Quizás consiga alguna gran plusvalía (y cuando digo gran, es ganar mucho dinero) en alguna operación apalancada, pero la inexistente gestión de capital le hará perder todo lo ganado, dado que si apuestas (que no inviertes) constantemente todo tu dinero, cuando te equivoques perderás todo lo anterior (una plusvalía del 400% se pierde con una pérdida del 80%). Pero bueno, tendrá la historia que quería contar. Aquí la aparición de los bróker low-cost, publicidad y facilidad de acceso a los mercados financieros tienen gran parte de la culpa, pero eso es tema de la CNMV.
Usar el término ludópata para describirlo no sería muy injusto, comparten gran cantidad de puntos. Solo encuentro defectos para este perfil, aunque quizás la gran autoestima y creencia de superioridad pueda ser una virtud en algún momento. El ego de este inversor es su cruz que le llevará a no ver esta situación y continuar en ella durante mucho tiempo.
Quizás, solo el tiempo y ver que solo generan pérdidas hará rectificar a estos inversores, pero es difícil, ya que entonces pasaran a verlo como ocio absoluto, o algo así como “un vicio caro” (excusas hay muchas y es gratis usarlas).
Como conclusión, solo puedo decir a los inversores de perfil 1 y 2, que lean varias veces la descripción del perfil 3 para que si alguna vez ven algún síntoma de su conversión hacia él, abandonen este mundo rápidamente por la salud financiera suya y de su entorno. Los que se encuentran en este perfil, por mucho que les pueda decir, no cambiaran nada.
Y tú, ¿qué perfil eres?