

Después de disfrutar del espectáculo (a algunos niños les aterra), vamos a hablar de Economía. De las reflexiones que se están produciendo y las conclusiones a las que los analistas llagarán en los próximos días en el Foro de Davos.

Algunas ideas muy interesantes se han contrastado entre sus asistentes, he aquí algunos ejemplos:
La misión de la FED: Las decisiones de intervención y de política de tipos no tienen como objetivo salvar a los Mercados de un Crack, sino salvar la Economía. A menudo muchos confunden una cosa con la otra. Es como no distinguir el sexo del amor, aunque tengan relación, todos sabemos que es muy peligroso confundirlos.
Otra reflexión muy interesante que se está discutiendo en Davos es la recesión real (que no técnica) en la que parece estar ya la economía en general. La gran incógnita es descifrar cuan profunda es y cuantos países van a verse afectados. Una vez acotada su intensidad y alcance, será el momento de preocuparse por su duración, pero eso vendrá luego.
La FED, como hemos visto, está tomando las medidas de emergencia que marca el manual de instrucciones de la Economía: Bajadas de tipos importantes, a la vez que ayudan con medidas económico-fiscales a los sectores más apurados, además de las que veremos próximamente. La Reserva Federal se ha arremangado y está achicando agua a la vez que ha activado el protocolo de emergencia.
El barco vecino europeo observa desde la distancia. Lejos de comprobar la seguridad de su propio barco y temer el oleaje que le provocaría el hundimiento del transatlántico americano, sigue proclamando que no va a tolerar inflaciones y amenaza con subidas de tipos. No sólo Trichet sino también el resto de mandatarios europeos, niegan la recesión. Como si la propia negación fuera suficiente para achicar el agua. Niegan la afectación inmobiliaria teniendo en sus bodegas burbujas como la española y la irlandesa. El BCE pronto tendrá que recurrir al manual de instrucciones para situaciones de emergencia recesiva, pero parece evidente que lo hará tarde y mal. No parece dispuesto todavía a arremangarse como la FED, pero el agua no se achica hablando sino actuando.

Pasen y vean, aunque siempre nos quedará Davos.