Las excepciones que prosperarán en este año 2009 son, lógicamente, las personas que sabrán aprovechar las oportunidades que se presenten. Y como en toda crisis y tiempos de cambios, las oportunidades son y serán muy sustanciosas, pero de difícil identificación. Sólo para unos privilegiados, los que sepan discernir a dónde fue el valor, encontrarlo y aprovecharlo será posible. De ellos será el futuro. Y para el resto de mortales esta crisis se les habrá llevado y se les llevará por delante el esfuerzo de muchos años, incluso de generaciones: Dinero en efectivo invertido en los mercados, pérdidas empresariales, disminución drástica del valor de sus inmuebles, etc. Todo ello forma parte de un macabro cómputo que todos podemos hacer si realmente queremos tomar la píldora roja que nos haga ver la realidad de la evolución actual y futura de nuestro patrimonio. Pero muchos, por el contrario, preferirán tomar la píldora azul y seguir con confianza en el futuro inmediato en pleno Mátrix financiero global.
Os deseo Felicidad para este 2009, pero la mayoría no debe buscarla en la progresión laboral ni en la económica, porque una y otra estará muy cara en este año y probablemente en los próximos. Mejor que muchos cambien el chip del consumismo por algo más de espiritualidad, de lo contrario la caída será demasiado dura. Los tiempos duros de los abuelos ya están aquí y vienen para quedarse durante algunos años. O nos adaptamos trabajando duro, rebajando espectativas y encontrando la Felicidad y el Valor en nuevos sitios y formas o lo pasaremos muy mal. Incluso encontrando de nuevo el Valor o aprovechando las oportunidades, será un buen ejercicio ver el mundo y la economía moderna de forma distinta. Al fin y al cabo lo creamos nosotros día a día.
Feliz 2009, pero la prosperidad está descontada para la mayoría durante unos años. Nos gastamos el futuro en los años pasados, y descontamos en el tiempo inversiones mobiliarias e inmobiliarias perdedoras, compras de caprichos y lujos con años (o vidas) de producción debidos y deudas empresariales que necesitan de ese loco flujo para sostener sus pirámides crediticias. Desgraciadamente no podemos regresar al futuro de donde sacamos la riqueza perdida hoy, sino que deberemos atravesar el desierto del 2009, 2010, 2011, 2012... quién sabe. Y como en la vida misma, debemos disfrutar el camino aunque sea desértico.
Mis mejores y sinceros deseos para los de píldora azul que se queden con el espejismo de un inminente oasis próspero. Para los de la píldora roja además también mi complicidad y admiración, nos vemos en el desierto, yo voy tirando.