Son éstas unas medidas excepcionales para situaciones extremas. La situación de estos bancos es tan delicada que ya no puden cambiar más inmuebles por dinero. Además los Ninjas lo agradecerán y pasarán, al menos temporalmente, de ser Ninjas a ser Ocupas. Pero con "c" y no con "k", ya que su radicalismo y alternatividad ha venido de la mano de las mismísimas autoridades financieras del Estado, y son los bancos los que han decidido detener los procesos de ejecución. Son estas entidades financieras las que deberían llamarse Bankos, y no nos referimos a Triodos Bank. Ver para creer...
Si estas prácticas no se generalizan aunque sea temporalmente, el problema social de millones de personas desahuciadas sería insostenible. Para la Sociedad y para las entidades financieras que materialmente no pueden convertir más créditos en inmuebles. Ambos necesitan la ayuda del Estado para mantener vivas esas hipotecas. Bien sea manteniendo la titularidad de los inmuebles o aunque ésta pase, en algunos casos, a entidades semi-públicas (Mac & Mae) u otras creadas ad hoc, llámense bad banks o bad owners (sucedáneos de socimis o reits, por ejemplo). O sea propietarios de facto, con o sin titularidad y con una concepción del ánimo de lucro distinta o para-pública, que mantengan permanentes opciones de compra hacia sus ocupantes a cambio de "la voluntad". En cierto modo ese y no otro será el mejor precio de mercado de esos inmuebles ya que en la mayoría de casos, si la ejecución se llevase a cabo y las entidades lanzasen al mercado millones de inmuebles, la oferta aplastaría la escasa demanda hundiendo los precios hasta límites de difícil valoración.
A nadie se le escapará el orígen de los fondos necesarios para mantener a flote las entidades financieras y la creación de estos bad owners. Del mismo modo que hemos dicho en diversos artículos que la socialización de las pérdidas bancarias era una injusticia necesaria, también creemos que la socialización masiva de esas hipotecas es un perjuicio inevitable. Decimos perjuicio porque los impuestos de los ciudadanos solventes se van a destinar a pagar parcialmente las viviendas de aquellos que temerariamente quisieron ser propietarios en precario. Y también porque las entidades cómplices no van a pagar su temeridad con su justa y darwiniana extinción. ¿Por qué nos convienen ambas arbitrariedades? Pues porque unos y otros son tan numerosos y cuantiosos que hacer justicia con ellos se llevaría por delante los mismísimos fundamentos de la Sociedad y del Sistema Financiero. Si a ello le añadimos una depresión económica incipiente, el resultado es que la socialización de las pérdidas (de entidades financieras) y de las hipotecas de los implicados, se convierte en una necesidad vital para todos.
Mientras tanto la morosidad en España aumenta al mismo tiempo que el desempleo, e inversamente propocional al índice de precios al consumo. Algunas entidades bancarias españolas (sólo las primeras del ranking) presumen de músculo para soportar la morosidad y las ejecuciones hipotecarias hasta finales del 2010. Es cierto que los hipotecados españoles, a diferencia de los Ocupas estadounidenses, avalan con todos sus bienes personales dichas hipotecas, pero a pesar de ello la depresión económica va a multiplicar la morosidad mucho más allá de lo que puedan soportar los bíceps de la banca española. A partir de ahí, probablemente también veamos la socialización de hipotecas en España.
"No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados."Si Marx y Smith levantaran la cabeza...
Adam Smith (1723-1790)
"Los desposeídos tienen un mundo que ganar."
Karl Marx (1818-1883)