Como ya hemos repetido infinidad de veces, los patrimonios suelen constar de 3 tipos de activos: Financiero, inmobiliario y empresarial. Pues bien, el Tsunami del empobrecimiento que empieza a desencajar los rostros de muchos tenedores de fortunas de todos los tamaños, está teniendo también su macabro timing:
- La primera pata del patrimonio que ha sufrido pérdidas enormes es la financiera, ya que durante el final del 2007 y todo el 2008 las inversiones en bolsa, (con sus estructurados de todo tipo) y la mal llamada RF como las acciones preferentes y deuda perpetua, han sufrido sangrías descomunales. En este apartado cabe decir que los inversores fueron acuciados inmoralmente por vendedores e intermediarios de todo tipo. La codicia, la falta de conocimientos y de sentido común hicieron el resto.
- En cuanto a los inmuebles, es cierto que se han visto ya muy devaluados respecto a los precios de hace un par de años en los que nos anclamos inconscientemente. Pero según nuestro criterio, la caída fuerte en los precios aún no la hemos sufrido. La oferta latente proveniente de los grandes paquetes de inmuebles que la banca arrojará al mercado no ha hecho más que comenzar. También los multipropietarios, cuyos ingresos vía alquileres y otros se están viendo muy disminuídos, van a vomitar inmuebles a un mercado cuya demanda es y será durante muchos años puramente residual. Y cuando ese fenómeno se produzca y vaya aumentando paulatinamente, asistiremos a la verdadera caída de precios del mercado inmobiliario.
- Finalmente, también los beneficios empresariales han desaparecido en muchas empresas familiares y patrimonios corporativos en general. Pero el deterioro en el valor de una empresa no sólo viene dado por la caída de beneficios, sino también por las minusvalías inmobiliarias de sus instalaciones e inmovilizados en general. Además el escenario actual a menudo está obligando a las empresas a realizar adaptaciones que van más allá de la reducción de plantilla y gastos, nos referimos a cambios sustanciales en el modelo de negocio. Y muchas empresas no serán capaces de lograrlo, generando así pérdidas de valor patrimonial empresarial de casi el 100%.
El timing de la sangría patrimonial comenzó mayoritariamente por las pérdidas financieras, dejándo las caídas inmobiliarias y las minusvalías en el patrimonio empresarial para la llegada del tsunami a la costa. O sea que el colapso financiero afectó antes a las inversiones monetarias, cuando se hablaba de que algo grave sucedía con el crédito pero todavía la sociedad sólo lo sufría en los extractos bancarios de quienes poseían una cuenta de valores. En cambio está siendo el deterioro social grave el que va a coincidir en el tiempo con la pérdida masiva de valor inmobiliario y corporativo.
Obviamente si sumamos las pérdidas que vamos a ver (estamos viendo ya) en los tres tipos de patrimonio que ya hemos definido, la sangría patrimonial va a ser abrumadora y muy cruel con los esfuerzos de vidas enteras. No obstante, pocos van a ser conscientes de la gravedad de su pérdida patrimonial porque la mayoría sólo considerarán como tal la pérdida la financiera. Y esa Mentalidad Avestruz en la gestión de sus patrimonios va a impedirles tomar las medidas drásticas necesarias para evitar que el esfuerzo de toda una vida o incluso de generaciones se destruya en esta gran crisis del s.XXI. La Sangría Patrimonial no ha hecho más que empezar, y el único antídoto es el que venimos recomendando desde hace un par de años: Es tiempo de efectivo para evitar la pérdida de Valor, y además es el paso previo necesario para poder aprovechar las oportunidades que nos brindará (que nos está generando ya) la madre de todas las crisis.