Pero la novedad no la debemos buscar en el producto en sí, sino en el concepto. Bajo el slogan "Vamos a cambiar el mundo" se pretende concienciar al público sobre la necesidad de actuar para mejorar el mundo en que vivimos: "We are what we do", una idea al más puro estilo Gandhi, cuyas famosas frases bien podrían pertenecer a la campaña de "Menos es Más" de Coca-Cola: "Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo" o "Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga".
Pequeñas Acciones x Mucha Gente = Grandes Cambios, ésta es la filosofía del producto. Conciencia social al servicio de la venta comercial de un nuevo refresco que ahorra costes, envases, transportes, residuos, etc. La intención es competir en precio con las marcas blancas, y probablemente sea una jugada estratégicamente impecable para ganar cuota de mercado en el segmento de los refrescos de 2 litros, sobre todo de cara al verano. Veremos si finalmente triunfa o no, pero parece una creación de puro márketing estratégico muy bien planteada.
Las propuestas conceptuales de "Menos es Más" son tan diversas y provechosas como por ejemplo: Intercambia tus libros, utiliza al menos una bobmilla de bajo consumo, planta un árbol, utiliza el transporte público, respeta los límites de velocidad, ponte en forma, baja el termostato un grado, hazte donante de órganos, mira menos la televisión, dale el cambio a una ong, haz de tu testamento una declaración de principios, vive el momento, escribe a álguien algo cariñoso, respira hondo, cocina algo para un amigo, cumple una promesa, ponte en el lugar del otro, pinta con tus hijos, usa las dos caras de una hoja de papel, abraza a álguien, etc...
Cuando parece que todo está inventado en el mundo de las bebidas no alcohólicas, y la última incorporación ha sido la conversión de la bebida isotónica en refresco, llega la novedad en el formato y en la filosofía. Una innovación de concepto cuando no se puede innovar en producto. Además de ser sostenible e incitar a un modo de vida políticamente correcto y comercialmente muy efectivo, está bastante bueno, al menos la versión de té al limón que hemos probado. Y la versatilidad de controlar las partes de agua que se le añaden hacen que lo podamos preparar según nuestro gusto. No podíamos esperar otra cosa de una compañía como Coca-Cola, que está siendo un ejemplo de resultados empresariales en unos tiempos dificilísimos. Un buen socio para nuestro dinero.