Nuestro modelo de crecimiento capitalista necesita del consumo para crecer. Sin embargo aquellas familias que mantienen a flote su capacidad económica en un mar de precariedad (léase familias españolas) se contraen, comprensible y prudentemente, ante el panorama de crisis. Por ello el consumo se colapsa doblemente, y sin éste, el crecimiento y consecuentemente la recuperación no es posible.
Entonces ¿cómo podemos a salir del agujero sin consumo interno? Pues aprovechando el consumo de terceros. Es decir, de aquellos países más o menos emergentes que crecen por encima de unas tasas de ahorro que incluso superan a las occidentales pero que van a descender en el futuro. ¿Por qué van a ahorrar menos en el futuro estos países emergentes? Por diversos motivos, por ejemplo que las caídas en sus exportaciones les llevan a la conversión forzosa de ese ahorro hacia el consumo. O que además sus niveles de endeudamiento son actualmente la envidia de muchos países occidentales desarrollados, dando a los emergentes un margen también para aumentar el consumo mediante el aumento de la deuda.
Estamos ante un mundo imposible, del revés y en serios problemas. Pero a pesar de la rotura masiva de esquemas que considerábamos leyes universales, es lo que hay y debemos sobrevivir en este teatro de operaciones. Y ahora a España le toca crecer a base de consumo externo, porque el interno está y estará en coma durante años. Por mucho dinero que se queme (preciosos recursos que deberían emplearse en buscar crecimiento futuro) en planes estatales de todo tipo, sólo se achica agua en el hundimiento del consumo.
Pero cuidado, una productividad baja y cara como la española lo tiene crudo. Y como no tenemos posibilidades de abaratar lo suficiente los costes sin una devaluación externa de una divisa que de la que, hoy por hoy, no disponemos, habrá que buscar soluciones inteligentes, proactivas e imaginativas. Como dijo Xavier Sala i Martín en el congreso de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE): "...si España no puede hacer las cosas más baratas ni mejores, tiene que hacer cosas diferentes. Aquí es dónde entra el tema de la innovación, que es la única manera de ser competitivos. Innovación significa crear demandas nuevas o satisfacer de forma distinta demandas viejas".
Y todo ello mirando hacia el consumo emergente de los incipientes nuevos ricos, porque hoy los "pobres" somos nosotros. Vivir para ver.