Chemanel apareció con un tiro en la cabeza. A sus 49 años deja aparentemente mansión, coto de caza, empresa de maquinaria agrícola y tres coches de lujo. Y también esposa y dos hijas.
Lejos queda ya el año 2003, cuando todavía era un humilde empleado municipal de un pueblecito rural gallego. Con una vida normal y feliz. Pero esos 9,5 millones de euros de la fatídica primitiva de hace seis años le arruinaron la vida.
Para empezar dos meses después del sorteo se presentó en el ayuntamiento con su nuevo Ferrari rojo. Lucía oro por todo su cuerpo en forma de reloj, pulseras y collares. Compró unos terrenos donde construyó su flamante empresa de alquiler de maquinaria agrícola. Una inversión de una quinta parte del premio que año tras año le dió más pérdidas que ganancias y que jamás pudo amortizar. Los vecinos no alquilaban sus máquinas y tuvo que reconvertir la empresa en una transportista con decenas de camiones (los mejores) y empleados (los del pueblo). Finalmente acabó en situación concursal pocos meses antes de pegarse un tiro.
Tuvo también un sórdido episodio oscuro en el que desapareció durante 24 horas y volvió a casa magullado. Denunció un secuestro exprés por unos delincuentes del Este. La policía no le creyó. Cuando posteriormente le preguntaban por aquellos hechos, contestaba a la gallega: "Ya os enteraréis"
Al margen de los coches, las joyas y su despilfarro inexperto e incompetente como empresario, su vida como nuevo rico no fue especialmente ostentosa. Ni siquiera disfrutó de los excesos. Invirtió, perdió y gastó grandes cantidades, pero también le desapareció mucho dinero en regalos, ayudas, sablazos y mangoneos de allegados varios. Se le agrió el caracter y se cerró en sí mismo.
La lotería primitiva de aquel 2003 le llevó a la ruina económica y personal. En definitiva esos diez millones le llevaron al suicidio en apenas 6 años. Su mansión, coto de caza, concurso de acreedores, Esposa e Hijas le echan de menos y recuerdan cómo fue su ser querido antes de la pesadilla de la primitiva de los 9,5 millones de €.
La macabra lista de millonarios súbitos que se suicidan podría añadirse a la larga lista de vidas que el colapso de los mercados se ha llevado y se llevará por delante. Algunos de estos suicidios están relacionados exclusivamente con la crisis financiera, pero otros son inducidos por la incapacidad personal para gestionar esas fortunas. Una ayuda profesional adecuada habría evitado la mayor parte de ellos, sin ninguna duda.
Las fortunas súbitas en forma de premios de loterías, herencias o carreras profesionales de élite (artistas y deportistas), cuya generación de patrimonio se produce también en pocos años y súbitamente, precisan de una gestión y sobre todo un coaching patrimonial muy específico. La especialización en el asesoramiento y coaching de fortunas súbitas es algo de lo que nos sentimos especialmente orgullosos en Cluster Family Office. Sin esa formación de la mano de profesionales competentes y honestos, el síndrome de Jurasic Park será implacable, siendo la ruina un mal menor.
No nos cansaremos de repetir que, a diferencia de una fortuna empresarial/corporativa tradicional, en una fortuna súbita no hay margen para el error ni segundas oportunidades.