Muchos de los lectores de mi blog suelen ser inversores que compran empresas que reparten dividendos altos, entendiendo como dividendos altos más de un 4% de rentabilidad anual por dividendo. Normalmente, las empresas que reparten dividendos suelen tener un comportamiento mejor de media que las empresas que no lo reparten, pero esto no nos exime de comprar alguna pifia aunque reparta dividendo, sea este alto o no.
Suponemos que no tenemos más conocimientos de bolsa salvo saber lo anterior, que las empresas de dividendos lo hacen mejor que las que no reparten dividendos. Todavía así debemos elegir una cesta de empresas que evidentemente no van a ser la totalidad de empresas que repartan dividendos, por lo que nuestro supuesto inversor podría elegir un numero de en torno a 20 (demasiadas incluso). Pero nada impide que esas 20 empresas, o la mitad, o la cuarta parte, sean empresas que se vayan a comportar peor que las empresas que no los reparten, ya que nuestra cartera no puede decirse que la conforman la totalidad de empresas que reparten dividendos, por lo que nuestra rentabilidad puede variar mucho de otra cartera con otras empresas que también repartan dividendos.
Con esto lo que quiero decir es que aún siguiendo una estrategia que a priori es rentable y está demostrado que es más rentable, en la práctica y al ser llevada por un inversor particular, los resultados pueden diferir bastante respecto el estudio inicial. Esto ocurre principalmente por dos razones, una la que ya hemos comentado de que no podemos comprar la totalidad de empresas que repartan dividendos (a no ser que se crease un ETF o algún instrumento parecido con este tipo de operativa) y segundo y no menos importante, porque algunas empresas que reparten dividendos, no están en situación de repartirlos ya que serían más útiles guardados en caja o pagando deudas. Hoy os voy a explicar de una forma bastante resumida de como podemos protegernos parcialmente de comprar empresas que no deberían repartir dividendos pero los reparten.
Lo primero que debemos entender es que el dividendo es muy susceptible de ser tocado por la directiva de la empresa. La empresa puede decidir destinar un 50% del beneficio a dividendos, o un 70%, o un 30%, etc. Pero como seguramente entenderéis es la misma empresa e igualmente buena, ya que su beneficio es el mismo, reparta un 10% de los beneficios o el 100% de los beneficios. Así pues no nos podemos fijar en que si la empresa XYZ reparte un 3% y la empresa ABC reparte un 5%, preferiré comprar la empresa segunda porque me va a dar más rentabilidad. Esto es como decir que prefiero una empresa que sus acciones valgan 5€ a una empresas que sus acciones valgan 20€. Simplemente no tiene sentido.
Una vez entendido esto, una buena distinción para hacer sobre si una empresa es candidata a que su dividendo sea bueno y sostenible es dividir el análisis en 2 partes a fin de intentar ver precisamente esto, que su dividendo sea sostenible.
En la primera parte trataremos de averiguar si su deuda es lo suficientemente grande como para que prime el pago de la misma frente a repartir dividendos. Esto lo vemos de una forma rápida con el ratio Deuda total/EBITDA. Si es menor a 3 la empresa no es muy probable que entre en problemas por repartir dividendos, si es superior a 3 ya entraríamos en una zona donde el pagar deuda puede ser más interesante que repartir dividendos. Aquí podemos apoyarnos también con otros ratios como el current ratio o Quiq ratio por si la empresa tiene el ratio Deuda/EBITDA cerca de 3. También es interesante ver el apalancamiento financiero de la empresa: deuda/patrimonio neto, y que este ratio sea inferior a 3. Es relativamente importante que normalicemos el ROE al apalancamiento financiero que tenga la empresa, así comparamos manzanas con manzanas. Por ejemplo si una empresa tiene un ROE medio de un 12% con un apalancamiento financiero de 2, y una empresa con un ROE de un 6% con un apalancamiento financiero de 1, la empresa es igual desde este punto de vista, sin contar los costes de la deuda. De esta forma también podemos ver el riesgo que tiene una empresa e igualar el riesgo de varias y elegir las mejores opciones conforme sea el rendimiento del negocio.
En la segunda parte veremos si el negocio da el suficiente beneficio como para que podamos retirar de la empresa dividendos sin que en un futuro necesitemos hacer ampliaciones de capital, emitir deuda sin conocer ahora las condiciones o pedir prestamos. Lo primero será hacer un análisis cualitativo de la empresa y ver las fortalezas que tiene y si las puede mantener. Esto es demasiado largo para plasmarlo aquí, pero tenéis información en mi blog sobre análisis cualitativos. Y esta segunda parte se enlaza con medidas de rendimiento a largo plazo, como ver el crecimiento del flujo de caja neto a 10 años, crecimiento del EBITDA, ROEs superiores a 15% estables o crecientes en el tiempo y pay outs no muy elevados.
Si la empresa falla en alguna de las dos partes, o bien tiene mucha deuda, o bien sus ratios de rendimiento medio son mediocres, no deberíamos fiarnos del dividendo que reparte, por mucho que la directiva nos diga que el dividendo de un año determinado va a ser de x cantidad, porque puede que no lo repartan ¿Os suena un poco el caso? Otra cosa que debemos ver es si aumentan el numero de acciones respecto al año anterior, ya que puede que por politicas de "Dividendo flexible" y similares, la empresa pague con más acciones en vez de pagar pecunianamente, por lo que si la cantidad a repartir es la misma, pero ahora hay mas acciones... disminución del valor para el accionista.
Se pueden ver muchas más cosas y evidentemente cuanto más investiguemos más seguros estaremos de estar haciendo una compra buena para que no toquen el dividendo por problemas en la empresa. Simplemente mirando si la deuda no llega a niveles preocupantes y viendo la capacidad del negocio para crear flujos de caja positivos, nos haremos una idea de si los dividendos pueden seguir ofreciéndolos, o de lo contrario son susceptibles de modificarlos. De esta forma si que podemos estar un poco más seguros de que las empresas que conformen nuestra cartera tienen la suficiente capacidad como para mantener el dividendo y además subirlo.
No necesitamos 20 empresas distintas, con conocer 7 u 8 son suficientes, 10 como máximo, pero estas 7 u 8 empresas deben ser sólidas y la solidez no nos la dice el PER, el PER solamente nos dice cuánto está dispuesto el mercado a pagar por una determinada empresa. Yo prefiero una cartera con pocos valores, pero sólidos en cuanto a crecimientos de beneficios y poca deuda, que altos en dividendos y bajos en PER. El crecimiento de los dividendos y el interés compuesto hará el resto.
Un saludo