A todo ello, la guinda del pastel la ha puesto el dato de que las hipotecas que se están concediendo lo hacen a un tipo de interés medio de 5,64%, justo cuando el Euríbor está en mínimos históricos del 1.91%, (casi cuatro puntos de diferencial). Y que no me vengan los bancos con milongas de que la prima de riesgo se ha incrementado porque está claro que a día de hoy las pocas hipotecas que se dan se conceden sin dejar ningún cabo suelto y garantizándose máxima solvencia y y no como años atrás. En definitiva, que los bancos se pasan el Euríbor por el forro y acaban enchufando el interés que les da la real gana.
Mientras el sector inmobiliario sigue de caída en barrena, encadenando, trimestre tras trimestre, récords negativos en caídas precios (de dos dígitos en cómputo anual) y de actividad. Aún ni con esas la caída de precios son las que deberían de ser por el entorno tan negativo en que nos movemos: la mentalidad española nuncabajista de la táctica de la avestruz, de esconder la cabeza y esperar que pase la tormenta, no ayuda en nada y no evitará que el necesario ajuste se acabe produciendo, si bien será más lento y doloroso para todos. Quién antes asuma la realidad menos dejará de perder. En este sentido, cabe destacar dos informaciones destacables: las cajas y bancos que se están sacando promociones enteras de encima con descuentos superiores al 40% y que el G-14 (grupo de las principales inmobiliarias) suma ya tres meses sin iniciar ni una sola vivienda. Parece que por fin hay quién se da cuenta que tenemos un stock residencial que tardaremos muchos años en digerir.