KAOS
24-05-10
Dice el diccionario que el caos es un comportamiento aparentemente errático e impredecible de algunos sistemas dinámicos. Pues vale. No seremos nosotros quienes contradigamos a tan docto sujeto, porque resulta que el diccionario no es un libro, sino una persona. Eso lo sabe poca gente, masones, agentes de la CIA, conspiranoicos y gente así, pero es la verdad. A ver si espabilamos.
Pues claro que todo es caos, y su sal y pimienta, el azar. Toda la historia de la filosofía se podría resumir en dos palabras: azar y caos. La verdad es que no sabemos muy bien por qué luego se escribió (y se escribe) tanta filosofía, sin con dos palabras bastaba. La peña, que se aburre bastante. Menos mal que ahora tenemos internet y a la Belén Esteban. Nosotros, por la Belén, MATAMOS.
No sabemos muy bien qué es internet. Y si fuera una realidad virtual tipo Matrix? O si internet fuera sólo un sueño? Esto entraría dentro de los límites de la epistemología, que no sabemos muy bien qué significa pero queda como culto y bien.
No sabemos lo que es internet, ni falta que hace. Simplemente los utilizamos a diario: para informarnos; para hacer gestiones como la declaración de la renta (qué tiempo primitivos cuando había que hacerla a máquina, y encima te equivocabas con las sumas manuales, y te venía una carta certificada de la Agencia Tributaria, que te dejaba la sangre helada, y que para coger fuerzas y abrir finalmente la carta, tenías que beberte media botella de güisqui); para ver la ruina de tu cuenta corriente; incluso para ver algunas tías buenas en bolas, y ensoñar que es tu mujer, o una solícita y complaciente amiga, y si está casada, mejor (aunque hasta la fecha, nunca hemos visto un chica de internet por la calle. Pensamos que no existen de verdad, que es otra realidad a lo Matrix).
El azar y el caos. El azar hizo que hace un año y medio, una serie de friqui/pardillos, pero bastante vagos, libidinosos, borrachos y esnobs nos reuniéramos en una página web especializada en economía y mercados, tal acojone teníamos entonces, en octubre del 2008. Desde entonces, nos reunimos a diario en un blog, para hablar sobre economía y mercados. Pero como estos temas nos aburren un poco y encima no tenemos ninguna capacidad de influencia sobre ellos, terminamos hablando sobre lo no divino y sobre lo muy humano.
Gracias a Rankia y a los buenos oficios del muy diligente y eficiente Miguel Arias, se ha constituido este blog o como se llame, KAOS, que corresponde al acrónimo: Kompañía de Ácratas Occidentales Sincopados, título que se le ha ocurrido a uno de nosotros, y que realmente está como una cabra, como una chota lechera (como todos nosotros) por haber elegido tal ridículo título. No pasa nada. A nosotros nos gusta hacer el ridículo. Es bastante liberador en estos tiempos de no cambio climático y de no crisis. Prueben ustedes.
Somos ácratas, occidentales y sincopados, que es un contrapunto, una manera contracorriente de pensar y escribir.
Aquí se hablará de economía o mercados. O no. Se puede hablar de todo, incluso de sexo, que siempre es un tema socorrido si uno tiene el suficiente buen gusto y clase (cosas que no abundan mucho en este desvencijado país que los antiguos llamaban España) como para hacerlo.
Intentamos dejar el ruido y la furia de la calle, de la realidad, fuera de este blog. Pero a veces hasta nos peleamos entre nosotros. Somos como niños en un patio de colegio.
Se valoran las ideas, los argumentos, la ironía y el humor, y se ignoran los insultos y las descalificaciones personales. Se puede hablar de todo y de nada, sin límites de temática, y bajo el imperante, imperativo e imperioso (vaya, ya me he hecho un lío) principio de la libertad de expresión y de opinión.
Ya sabemos: mi libertad acaba donde empieza la del otro (preferiblemente otra, que es más entretenido).
Todos somos hombres (o eso dicen, porque sólo los de Madrid nos conocemos personalmente), con la maravillosa excepción de Desvelada, la única mujer que hasta la fecha nos soporta.
Por tanto, blogueros, comentaristas o lo que rayos seáis de Rankia, os invitamos a participar en este nuevo blog que Miguel ha tenido a bien a proporcionarnos.
Les aseguro que este nuevo blog puede llegar a ser adictivo, igual que la pereza, la libido, el alcohol y el esnobismo.
Están ustedes advertidos.