Este blog está dedicado al value investing y a la inversión a largo plazo. Creo que es importante explicar mi definición del value investing y hay que saber diferenciar el value investing “práctico” de la definición académica del value investing. En este artículo abordaremos este tema fundamental para entender esta filosofía de inversión.
La razón por la que escribo este post es por este artículo que ha salido recientemente en Cotizalia en el que confunde totalmente churras con merinas. En él compara estudios académicos sobre las inversiones en valor o índices como el Russell 1000 Value Index con la rentabilidad de afamados gestores value. Veamos la razón por la que no se debe confundir el value investing académico con el práctico aunque normalmente no se haga distinción alguna.
La definición académica del value investing
Hay bastantes estudios académicos que analizan si la inversión mediante value investing puede superar a los índices. Para ello, los estudios académicos utilizan diferentes estudios matemáticos y estadísticos para llegar a sus conclusiones. El problema de estos estudios es que necesitan definir “matemáticamente” lo que es una inversión value. Normalmente, estos estudios consideran acciones value (value stocks) como las que se sitúan en el menor percentil en cuanto a algún ratio como el PER o el P/VC (Precio/Valor Contable). Pero esta definición tiene poco que ver con mi definición del value investing y con los criterios que utilizan los gestores de fondos value para escoger las empresas en las que invertir.
El fondo Russell 1000 Value Index también utiliza métodos cuantitativos para seleccionar las 1000 acciones value que lo componen. Este índice selecciona las compañías con menor ratio P/VC y de bajo crecimiento entre las de gran capitalización.
Mi definición del value investing
El value investing se centra en 2 dos conceptos: valor y precio. El precio es simplemente lo que nosotros pagamos por la acción. El valor es lo que nosotros, mediante un análisis detallado, creemos que vale esa acción. Si llegamos a la conclusión de que esa acción cotiza por debajo de su valor intrínseco con un margen de seguridad considerable, entonces eso sí que se consideraría una inversión en valor. Esta diferencia puede darse porque los activos de la compañías valgan más que el precio de mercado de la compañía (caso del value intesting académico) o que la compañía tenga grandes expectativas de crecimiento que no están siendo descontadas por el mercado. En ambos casos puede considerarse una inversión value siempre que el valor intrínseco supere al precio de cotización.
Es absolutamente imposible definir una inversión value matemáticamente como hacen los académicos. Una inversión value tiene que tener en cuenta muchos factores (como pueden ser el modelo de negocio, ventajas competitivas, estrategia empresarial, calidad del equipo gestor…) que no pueden ser cuantificados objetivamente. Eso sí, tienen que ser combinados con otro tipo de análisis más objetivos, como los ratios de solvencia o rentabilidad.
La inmensa mayoría (por no decir todos) los gestores value tienen en cuenta todos estos factores a la hora de seleccionar las compañías en las que invierten en los fondos que gestionan. El artículo recoge una explicación de la estrategia que utilizan los gestores de los fondos de inversión en valor Bestinver en sus carteras:
“La última vez que Bestinfond tuvo un comportamiento similar al actual fue durante 1998 y 1999, con una rentabilidad peor que el mercado del 8,16% y 27,12% respectivamente. Entonces pudimos realizar inversiones a precios ridículamente bajos que fueron dando sus frutos a lo largo de diez años con rentabilidades muy satisfactorias”
“Hoy estamos haciendo lo mismo, reforzando nuestra posición en compañías con sólidas ventajas competitivas que aprovecharán para salir beneficiadas del entorno adverso actual, que acabará eliminando los actores menos competitivos del mercado”.
Como podéis ver, los gestores de Bestinver buscan empresas sólidas con buenas ventajas competitivas y precios bajos. En otras palabras, buscan empresas cuyo valor intrínseco no se vea reflejado en su cotización actual y ofrezcan, por tanto, un gran potencial de revalorización.
Me gustaría recomendar la lectura de la última carta a los inversores de Bestinver, escrita por Francisco García Paramés, director general de inversiones de la compañía. En ella explica con más detalle las causas del bajo rendimiento de sus inversiones a corto plazo y la existencia de oportunidades a largo plazo.
Todo el mundo considera a Warren Buffett un inversor value. Sin embargo, la mayoría de sus inversiones tienen poco que ver con las directrices académicas del value Investing, sino que se centran más en las ventajas competitivas de las compañías y el descuento de flujos de caja futuros.
Como hemos visto, el modelo de gestión value de empresas como Bestinver o afamados inversores value como Bill Miller o Warren Buffett dista mucho de la selección de compañías usadas por los estudios académicos y fondos como el Russell 1000 Value Index. Por lo tanto, hay que tener cuidado y no confundir curras con merinas ni la inversión en value Investing “práctico” con el académico.