Marion Mueller
En un movimiento mundial al que se han adherido países como Alemania, Venezuela, Suiza o Austria, ahora es México quien reclama transparencia sobre sus reservas de oro.
El pasado miércoles ante la Cámara de Diputados mexicana, la Auditoría Superior de la Federación, que es un organismo coadyuvante de la Cámara de Diputados y encargado de la fiscalización de las cuentas públicas, le hizo al banco central de México (Banxico) una sugerencia muy concreta “se debe realizar una inspección física de las reservas de oro bajo supuesta custodia, para validar su integridad física y el cumplimiento de las condiciones contratadas”. En 2011 México gastó 4,543 millones de dólares para comprar 100 toneladas de oro.
La institución que preside Agustín Carstens sostuvo que la institución vendedora del metal, ofrece servicios a otros bancos centrales y autoridades monetarias, y que custodia el oro en un banco del Reino Unido y establece estándares muy estrictos en cuanto al peso y pureza del oro, que deben cumplir los lingotes. Aseguran desde el banco central mexicano que realizar este tipo de operaciones es una práctica común y que realizar la inspección generaría un “costo considerable”.
En el Informe de la Auditoría Superior de la Federación se “comprobó que Banxico no ha realizado inspecciones físicas al oro para verificar el cumplimiento de los términos de su adquisición y las condiciones en el que éste se encuentra, para tener la certeza del resguardo físico de este activo”.
El prestigioso economista y periodista financiero mexicano Guillermo Barba sostiene que el custodio del oro es el Banco de Inglaterra, que ofrece servicios de allocated accounts “cuentas localizadas” y que cuentan una lista de cada uno de los lingotes de su propiedad con número de serie, pureza y peso. Barba sostiene que el año pasado Banxico no le contestó a las solicitudes de información, sobre cuántos lingotes componían las 100 toneladas adquiridas, limitándose a decir que “no se puede especificar con certeza el número de lingotes comprados”.
“Si contaran con la lista, hubiese sido muy fácil proporcionar este dato” “Es un oro que ni siquiera se ha comprobado que exista, y sobre el cual tampoco se tiene posesión ni los números de serie.”
En 2012 y después una disputa legal con el banco central de Mexico que duró cuatro meses Guillermo Barba consiguió recopilar la información de que el 95 por ciento de las reservas de oro mexicanas se encuentran en el extranjero, y de ellas el 99% en Londres.
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