Bueno bueno, un año completo de Dinaru, ¡Vaya Viaje!
Hablando hoy con mi socio me preguntaba, ¿Si volvieses atrás, tomarías de nuevo la decisión de dejar tu trabajo y emprender Dinaru?
El creía que respondería que por supuesto, que lo haría sin dudarlo. Pero le sorprendí, y también a mi mismo, diciendo, “Si hubiese sabido lo que tendríamos que pasar para llegar hasta aquí (y lo que nos queda…), no, no hubiese dejado mi trabajo”.
No me entendaís mal. Dinaru es como mi hijo, una idea que estaba en mi interior desde hace años y que tenía que salir de un modo u otro, y me ENCANTA trabajar y dar vida a este proyecto.
Pero, y creo que es aquí donde muchas personas que quieren ser emprendedoras se equivocan, el camino es duro de cojones. Esto lo sabemos de forma "teórica", y nos decimos que nosotros podemos, pero la práctica es mucho más dura de lo que nunca nos pudiesemos imaginar.
Por ejemplo, imaginemonos que estamos a finales de 2011. Estoy trabajando como consultor de KPMG y hace poco que había montado este Blog, ThinkingRich. Un día paseando por el retiro, me encuentro una pitonisa que me convence para decirme mi futuro. Supongo que empezaría diciendome algo como esto:
“Alfonso, veo tu futuro en dos años y vas a tener a 8 personas a tu cargo. Vas a montar tu propia empresa y estarás a punto de lanzar algo increíble al mundo. Te vas a re-encontrar con un antiguo amor y empezaras a salir con ella.”
Hasta aquí todo bien, yo sonreiría a la pitonisa y estaría encantado. Pero si de verdad hubiese sido buena, si de verdad hubiese sido capaz de ver el futuro la pitonisa hubiese continuado...
“Esó si. Veo que vas a engordar 18 kilos en este periodo. Vas a pasar muchas noches sin dormir y tendrás muchas pesadillas pensando en el fracaso cada noche. Apenas verás a tus amigos durante este tiempo, porque estarás tan ocupado que no podrás dedicarles tiempo."
Aquí ya empezaría a pensar “¡En que berenjenal me estoy metiendo! Pero bueno, merece la pena seguro y además, sabiéndolo de antemano sabré separar el trabajo de lo personal...".
Pero la pitonisa, si fuese de verdad, de verdad buena, seguiría implacable:
“Durante estos dos años, además, tendrás a personas que te robarán dinero. Mucha gente te dejará tirada por el camino y tendrás tu que levantar el trabajo. Veo que sí conseguirás levantarlo, pero a un gran coste para tu salud.
Veo además que todos los planes que harás originalmente se incumplirán flagrantemente pero no será de culpa de nadie en concreto… a veces se romperán porque serás demasiado optimista, otras porque otros son demasiado optimistas… otras por desconocimiento y otras por problemas que surgen de la nada. En definitiva, vas a sufrir mucho.”
Aquí yo interrumpiría a la pitonisa, y con voz temblorosa, la preguntaría: "¿Pero merecerá la pena? ¿Conseguiré tener éxito?". Y la pitonisa, que era buena, pero no tan buena, me dirá "Eso no lo puedo saber, solo tu puedes decidirlo".
Entonces, le daría 20€ e iría a donde mi jefe a preguntarle como puedo mejorar en mi trabajo. Y es que, no tengo ninguna duda, si hubiese sabido de antemano todo lo que me iba a ocurrir, Dinaru nunca habría existido.
¿Esto significa que me arrepiento? Para NADA. Estoy más contento que nunca porque sé que estoy donde debo estar. Pero soy humano, y si hubiese sabido el sudor y lagrimas que me iba a costar sacar esto adelante, no creo que hubiese tenido la fortaleza y valentía para emprender.
La mayor parte del los emprendedores empezamos con mucha ilusión y optimismo. Los posibles problemas parecen pequeños y los beneficios ingentes. Y esta ilusión es la que nos lleva a empezar nuestros proyectos.
Pero la realidad es otra; los posibles problemas son más grande que en nuestros peores pesadillas y aparecen problemas que desconocíamos.
Y por eso, para poder sacar un proyecto adelante se necesita estar hecho de una pasta diferente. No cualquiera puede serlo (en mi caso, aun no estoy 100% seguro de serlo… cuando Dinaru aparezca en todos los periódicos os diré), pero para los que estén pensando en emprender, recordar que eso de "ser tu propio jefe" y "tener algo mío" no siempre es tan bonito como parece.
¿En conclusión? Menos mal que no me encontré ninguna pitonisa… ;)