¿A caso el error es no haber puesto el stop 30 céntimos por debajo del precio de compra? Esto quiere decir que el especulador que compró Astroc a 73€ y puso un stop en 72€ es mucho más sensato que aquel que compra Telefónica a 15€ y no pone stops porque va a largo plazo. “A largo plazo todos muertos” – Sí, claro, y a corto plazo todos a reventar stops. No dejará de sorprenderme que las lecciones magistrales de cortoplacismo de la radio vengan de mano de profesionales.
Sin ir más lejos, hoy, de camino al gimnasio, estaba en Intereconomía el Presidente de Avanzit, el señor Tallada. Era una oportunidad perfecta para conocer la estrategia y las ventajas competitivas de la compañía. Sin embargo, cuando habló el experto (en señor Miguel Ángel Cicuendez) dijo que el indicador Acumulación/Distribución indicaba acumulación en el valor. Casi choco del susto contra un árbol. ¡Joder, Miguel Ángel, que eres el experto!
Pero la “entrevista” continuó y siguió hablando el señor Tallada. “Bueno – pensé – a ver si me entero de qué va esta compañía”. Habló de una tecnología de detección de mascotas, personas y objetos y punto. Después dijo que con que se cumpla la décima parte de sus expectativas, el precio de las acciones de Avanzit ya debería estar muy por encima del actual. Y yo me pregunto, ¿la décima parte de qué expectativas? ¿de las expectativas de las mascotas? ¿de las expectativas del indicador Acumulación/Distribución? No salía de mi asombro cuando, de pronto, llama un oyente y dice lo siguiente: “quería preguntar sobre Avanzit pero después de oír al señor Tallada ya me quedo más tranquilo”. Pues macho, como no sea que el tono de voz del Presidente te llene de paz, no entiendo el por qué de tanta tranquilidad. ¡Si no ha dicho nada!
En fin, de Intereconomía siempre se aprende algo. Algún día hablaremos del señor con voz de octogenario que llama para ver qué hace con sus Jazzteles compradas a 2€ cuando tenía 75 años “¿las aguanto para el largo plazo o las vendo?”. Aguántelas, señor, que cuando cumpla los 112 años fijo que ya habrá recuperado la mitad.
Lo que más me sorprende es que los inversores particulares aun no hayamos aprendido la lección. A la Bolsa se viene una vez cada 3-5 años. Se compra y se mantiene. Se compra por debajo del valor intrínseco y se vende por encima del valor intrínseco. Este proceso dura años pero nos empeñamos en acortarlo a unos pocos meses (en el mejor de los casos) o a unos pocos días (en la mayoría de los casos).
Desde siempre comparé al mercado con el “cara o cruz”. Esta tarde me dediqué a lanzar al aire una moneda de un euro 100 veces. En la tabla pongo los resultados. Son diez tandas de diez tiradas cada una. Cuando sale cara pongo 1 y cuando sale cruz pongo 0. Como podéis observar, los resultados de cada tanda son: 8 (= 8 caras y 2 cruces), 7, 4, 8, 6, 3, 4, 3, 4 y 5. En total saliendo 52 caras y 48 cruces. ¿Qué puede aprender un inversor de este sencillo experimento? TODO!!!! Sus implicaciones son importantísimas para el mundo de la Bolsa.
Todos sabemos que cuantas más veces tiremos una moneda al aire, el resultado se irá aproximando a 50-50. Las 100 tiradas que hice hoy dieron un resultado de 52-48, que está bastante aproximado. Sin embargo, si acortamos las 100 tiradas en sólo 10, los resultados son imprevisibles. Estos, en mi experimento, van desde los 8 hasta los 3 puntos. Dicho de otra forma, ¿sabrías decirme hacia dónde tiende el juego del “cara o cruz” a largo plazo? Seguro que sí: 50-50. Sin embargo, ¿sabrías decirme aproximadamente el resultado que tendrá el “cara o cruz” en las próximas 10 tiradas? NO. Es imposible. Puede salir cualquier cosa.
Lo mismo ocurre en los mercados. A largo plazo, las bolsas tienden a la eficiencia y, con la única excepción de Japón, a largo plazo las bolsas suben. A corto plazo, sin embargo, los resultados son imprevisibles. Subimos y bajamos cada minuto. Pasamos de la euforia al pánico en cuestión de horas. Nadie puede predecir nada a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo, podemos tomar las palabras de Bill Miller que ya comentamos más de una vez en este blog: “No conozco la dirección que tendrá el mercado durante los próximos 2.000 puntos, pero los próximos 10.000 serán hacia arriba”.
Los inversores value debemos recordar esta frase y el experimento de la moneda continuamente y más en momentos duros como los actuales. Cuando compramos una empresa infravalorada, sabemos que en 5, 6, 7 o los años que sean, el mercado terminará valorando correctamente nuestra empresa y habremos ganado dinero. Sin embargo, en el periodo intermedio, la cotización puede hacer cualquier cosa. Cuando los precios suben no hay problema, pero cuando los precios bajan... las tentaciones de vender siempre aparecen.
¿Verdad que cuando nuestra empresa cae con fuerza nos damos cuenta de factores negativos en el análisis que cuando compramos no habíamos visto? Y si los habíamos visto ¿verdad que cuando el precio cae pensamos que esos factores negativos son mucho peores de lo que habíamos imaginado? Es psicología pura. No te preocupes: NOS PASA A TODOS. Recuerda que lo mejor para vencer la tentación es jugar al “cara o cruz”.
Y si no, siempre podemos llamar al experto y que nos aconseje dos valores para los próximos 3 meses (que somos inversores de largo plazo) y que nos diga soportes y resistencias. Y no olvides lo más importante: nunca “operes” sin stop.