Si ahora cualquiera de nosotros nos iniciamos en el boxeo y aspiramos a hacer carrera tendríamos claros una serie de puntos:
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Reglas básicas: no hemos nacido sabiendo por lo que deberemos aprender las reglas básicas del deporte.
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Práctica: una vez asimiladas estas reglas hay que aplicarlas. Las primeras ocasiones que lo intentemos el resultado será mediocre, terminaremos en la lona. No es que seamos muy malos, es sólo que el tema requiere su tiempo..
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Progresividad en el aprendizaje: en el boxeo hay diferentes técnicas, todas son necesarias pero hay que empezar por las más sencillas que servirán de base al resto.
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Ayuda externa: un monitor con experiencia así como otros boxeadores aficionados con los que practicar nos ayudarán de forma clara en nuestra evolución.
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Preparación previa: con el tiempo iremos superando errores e iremos avanzado. Más pronto que tarde estaremos listo para competir con otros luchadores dentro de nuestro propio gimnasio sin competir todavía.
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Entrada progresiva: como es coherente no nos planteamos ir a los campeonatos del mundo. Más bien nos fijaremos en alguna competición local con gente de nuestro mismo nivel.
Pues bien. Cuando operamos en bolsa entramos directamente contra Mike Tyson en sus mejores momentos. Y la idea no es sólo salir enteros del ring sino además hacer dinero.
¿Imposible? Realmente no, en nuestro ring hay muchos más actores pero sin lugar a dudas también están los mejores:
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Operadores con mucha más experiencia.
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Operadores con información relevante desconocida para nosotros o incluso privilegiada.
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Operadores con mucho más capital que se pueden permitir ganar un buen pellizco corriendo riesgo ínfimos.
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Operadores que apenas pagan comisiones si es que pagan algo con lo que pueden hacer estrategias impensables para nosotros.
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Operadores que pueden abrir y cerrar operaciones de forma prácticamente inmediata gracias a un apoyo tecnológico y contractual sobresaliente pudiendo sacar provecho de de micro tendencias además de hacer entradas y salidas prácticamente sin horquillas.
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Operadores que aciertan en el movimiento del mercado porque tienen capacidad para crearlo.
Nosotros contamos también con herramientas valiosas, pero sin lugar a dudas nuestro principal activo van a ser nuestras capacidades personales. Aún así el objetivo es difícil y no podemos prescindir de ninguna de nuestras ventajas.
Repasemos la lista que hemos creado al principio de la entrada para ver si aplicamos al trading los mismo criterios coherentes que usamos para otras ocasiones:
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Reglas básicas: si el mercado es de una extrema complejidad ¿es posible que quepa en un libro o un curso?
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Práctica: Si tardamos meses o años en dominar cualquier profesión cómo es que para operar con soltura confiamos en hacerlo en semanas. ¿Y por qué nos sorprende que los primeros resultados no sean los mejores?.
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Progresividad en el aprendizaje: las estrategias de bajo riesgo, y bajo beneficio son más sencillas que las de alto rendimiento. ¿Tiene sentido ir a por grandes porcentajes de ganancia desde el primer momento?
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Ayuda externa: ir por libre disminuye nuestras probabilidades de éxito. Hace falta tiempo y posiblemente dinero para conseguir esta ayuda externa pero es más caro y lleva más tiempo aprender directamente de los errores. En cualquier caso lo primero es pensar en nosotros mismo como un elemento dentro de una comunidad que hace cosas similares.
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Preparación previa: cuando se abre una estrategia con dinero real no hay vuelta atrás, hay que asumir las ganancias o pérdidas implicadas. Un tiempo en papertrading o en real pero con importes mínimos nos salvaguardan de pérdidas de importancia.
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Entrada progresiva: no podemos elegir a los otros operadores y entramos directamente en la liga mundial. No vayamos con todo el capital. Apliquemos sólo estrategias dominadas totalmente y vayamos razonablemente cubiertos.
Dicho en una línea: siempre hay que tener respeto al mercado. Puede que sin darnos cuenta bajemos la guardia y nos toque soportar el derechazo de Tyson.
Hasta la próxima.