"Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”
[José Martí, Poeta cubano]
Corren nuevos tiempos… El siglo XXI no concibe el desarrollo personal sin la propiedad de un pedacito de red, una ventana al exterior por la que todo aquel que lo desea pueda entrar y conocer “tu mundo”. Nunca una idea, un pensamiento, llegó tan lejos como ahora. Y aquí estoy, sentado delante de mi recién estrenado Mac dando rienda suelta a mi imaginación.
Empecemos por el título del blog: “La hormiga, la cigarra y el Value-Investing” o cómo la hormiga, invirtiendo en valor, nunca de dejó de vivir como una cigarra. Quien todavía no conozca la fábula de Esopo sobre la hormiga y la cigarra, sólo tiene que consultar la wikipedia. Dice lo siguiente: “En ella aparece una cigarra que, luego de pasar el verano cantando, al llegar el invierno se encuentra desprovista de alimento y acude a pedirlo prestado a su vecina la hormiga. La laboriosa hormiga se compadece de la cigarra, y le regala algunos granos de arroz, no sin antes advertirle que debe ser previsora, y que «vale mas prevenir que lamentar»”. A mí parece una muy buena forma de presentar las bondades del value-investing. Debemos alejarnos de los cantos de sirena cortoplacistas –un juego de azar más que una inversión– para centrar nuestras miras en posiciones más a largo plazo. La cigarra vive el corto plazo, pero es la ahorradora hormiga quien debe, finalmente, salir en ayuda de la manirrota cigarra para paliar su delicada situación.
La hormiga representa dos de los tres pilares sobre los que, a mi juicio, debe asentarse una buena inversión: el ahorro y la paciencia. Como buen seguidor y defensor de la Escuela Austriaca de Economía, diré aquello de: no hay crecimiento sano si no está sustentado por ahorro. Sólo ahorrando una fracción de nuestra renta podemos aspirar a incrementar nuestro consumo futuro. Ése será pues nuestro primer paso: ahorrar. Luego el segundo: la paciencia... y, su prima hermana, la capitalización, a quien Einstein se refirió como la fuerza más poderosa del universo.
Sólo resta el tercer pilar: la inversión en valor, más conocido por su término anglosajón “value-investing”. Sé que hay otros blogs de value. Mi intención es aportar mi granito de arena y que, entre todos, podamos convencer a los inversores todavía reticentes (que serán pocos… ¿o no tan pocos?) de las bondades de una inversión en valor. Bienvenidos a vuestro blog, hormiguitas….