Una acción ordinaria, también conocida como "acción común" o "acción de voto", es un tipo de valor financiero que representa una participación de propiedad en una empresa y otorga ciertos derechos a su titular. Las acciones ordinarias son la forma más común de acciones que se emiten y negocian en el mercado de valores.
Piensa por un momento en tu equipo de fútbol favorito. Ahora, imagina que te ofrecen la oportunidad de ser un pequeño copropietario de ese equipo. Esto significaría que tendrías una voz (aunque pequeña) en las decisiones del club, como la elección del entrenador o la compra de nuevos jugadores. De igual manera, si el equipo gana dinero, recibirías una parte proporcional de esos beneficios. Esa es la esencia de las acciones ordinarias.
Las acciones ordinarias son como pequeños trozos de una empresa. Cuando compras una acción ordinaria, te conviertes en copropietario de esa empresa, junto con todos los demás
accionistas. Y, al igual que el dueño de un equipo de fútbol, tienes derecho a participar en las decisiones de la empresa y a compartir sus
beneficios.
Uno de los aspectos más emocionantes de las acciones ordinarias es que dan a los
inversores la capacidad de ganar
dinero a medida que la empresa crece. Si la empresa tiene éxito, su
valor aumentará y, por lo tanto, el valor de tu
acción también lo hará. Además, si tiene muchos beneficios, podrías recibir dividendos, participando en los beneficios de la compañía sin la necesidad de vender la posición. Pero, de la misma manera, también es preciso señalar que, como en un partido de fútbol, en el mundo de la
inversión en bolsa no siempre se gana. Si la empresa enfrenta dificultades, el valor de tu acción podría disminuir.
Otra curiosidad sobre las acciones ordinarias es el poder del voto. Cuando seas propietario de estas acciones, se te da el derecho a votar en las
juntas generales de accionistas. Si bien una sola acción puede no tener mucho peso, si acumulas muchas podrías tener una influencia significativa en el rumbo de la empresa. Es como si, al ser copropietario de un equipo, tu voz pudiera influir en las tácticas del partido.
Y si nos adentramos en el mundo de las curiosidades, ¿sabías que el primer intercambio de acciones tuvo lugar en Ámsterdam en 1602? La compañía de las Indias Orientales ofreció acciones ordinarias a los inversores para financiar sus viajes de exploración, y así nació el concepto moderno de
bolsa de valores.
Por último, es conveniente señalar que las acciones ordinarias, como indica su nombre, son un tipo de acción. Por lo habitual, las acciones ordinarias son las más habituales, pero las llamamos ordinarias para diferenciarlas de otros tipos de acciones, como las
acciones sin voto, las
acciones restringidas, las
acciones rescatables, las
acciones preferentes, las
acciones propias, entre muchos otros.
Características de las acciones ordinarias
Como ya hemos señalado, las acciones ordinarias son representaciones tangibles del capital social de una compañía. Pero, ¿qué las hace tan especiales?
A continuación, detallamos sus principales características:
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Propiedad parcial: Al adquirir una acción ordinaria, estás comprando una fracción de la propiedad de la empresa. Esto te convierte en copropietario y te otorga derechos y responsabilidades relacionados con tu participación.
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Derecho a voto: Como accionista de acciones ordinarias, tienes el derecho a votar en las juntas generales de accionistas sobre cuestiones que afectan a la empresa, como la elección de miembros del consejo de administración o la aprobación de operaciones significativas.
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Dividendos: Si la empresa registra beneficios, puede optar por distribuir una parte de esos beneficios entre sus accionistas en forma de dividendos. La importación de este dividendo depende de la política de dividendos de la empresa y de sus resultados financieros.
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Riesgo y recompensa: La inversión en acciones ordinarias conlleva un nivel de riesgo. El valor de la acción puede fluctuar dependiendo de diversos factores, como el rendimiento financiero de la empresa o el clima económico general. Esta variabilidad puede resultar en ganancias o pérdidas para el inversor.
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Liquidez: Las acciones ordinarias, en general, ofrecen buena liquidez, ya que se pueden vender en el mercado secundario (la bolsa de valores) cuando el inversor lo desea.
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Derechos residuales: En caso de que la empresa entre en liquidación, una vez que se hayan pagado todas las obligaciones y deudas, cualquier remanente se distribuirá entre los accionistas ordinarios.
A modo de resumen, al invertir en acciones ordinarias, el inversor se convierte en parte de la empresa, beneficiándose de sus éxitos y enfrentando los desafíos que puedan surgir. Es una forma directa de participar en el crecimiento y desarrollo de una entidad, con los derechos y responsabilidades que ello implica.
¿Por qué se llaman acciones ordinarias? ¿Qué otros tipos de acciones existen?
Uno de los aspectos más interesantes del mundo financiero es la nomenclatura que se utiliza. En el caso de las acciones, nos encontramos con diferentes tipos, siendo las más conocidas las "acciones ordinarias". Pero, ¿por qué se llaman así y qué otros tipos de acciones existen?
Las acciones ordinarias reciben este nombre porque, en esencia, son el tipo más común y "estándar" de acciones que las empresas emiten. Estas acciones otorgan a sus titulares la propiedad parcial de una empresa, el derecho a votar en las juntas de accionistas y la posibilidad de recibir dividendos. En otras palabras, son las acciones que la mayoría de la gente piensa cuando habla de "comprar acciones de una empresa".
Sin embargo, además de las acciones ordinarias, existen otros tipos de acciones, que ofrecen diferentes derechos y características:
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Acciones preferentes: Aunque son menos comunes que las ordinarias, las acciones preferentes otorgan ciertos privilegios a sus titulares. Uno de los más destacados es el derecho a recibir dividendos antes que los accionistas ordinarios. Sin embargo, generalmente no otorgan derecho a voto en las juntas de accionistas.
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Acciones sin voto: Como su nombre indica, este tipo de acciones no otorgan a sus titulares el derecho a votar en las juntas de accionistas. A cambio, suelen ofrecer condiciones más favorables en otros aspectos, como por ejemplo, una mayor retribución en dividendos.
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Acciones rescatables: Estas acciones pueden ser "rescatadas" o "recompradas" por la empresa emisora bajo ciertas condiciones, generalmente a un precio previamente establecido.
Como podemos apreciar, el mundo de las acciones es amplio y diverso. Las acciones ordinarias, siendo las más comunes, representan la esencia de lo que significa ser accionista de una empresa. Sin embargo, no están solas en este universo financiero, pues, como hemos visto, existen otros tipos de acciones diseñadas para satisfacer las distintas necesidades que tienen los inversores.
¿Qué derechos y obligaciones otorgan las acciones ordinarias?
Las acciones ordinarias, como hemos mencionado, son el tipo más común de acciones que una empresa emite y, por lo tanto, son las que probablemente te vengan a la mente cuando piensas en ser accionista de una empresa. Pero, más allá de simplemente ser propietario parcial de una empresa, ¿qué significa realmente tener acciones ordinarias en términos de derechos y obligaciones?
Derechos de los accionistas de acciones ordinarias
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Derecho a voto: Uno de los derechos más significativos de los accionistas ordinarios es el derecho a voto en las juntas de accionistas. Esto significa que pueden participar en decisiones importantes, como la elección de los miembros del consejo de administración o aprobaciones de fusiones.
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Derecho a dividendos: Si la empresa decide distribuir parte de sus beneficios entre sus accionistas, los titulares de acciones ordinarias tienen derecho a recibir estos dividendos. La importación depende de la cantidad de acciones que poseen y de los beneficios de la empresa.
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Derecho de información: Los accionistas tienen el derecho de estar informados sobre la situación financiera y los resultados de la empresa. Esto se materializa en informes anuales, balances, cuentas de resultados y otros documentos relevantes.
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Derecho preferente de suscripción: Si la empresa decide emitir nuevas acciones, los actuales accionistas ordinarios tienen prioridad para adquirirlas, lo que les permite mantener su porcentaje de propiedad en la empresa si así lo desean.
Obligaciones de los accionistas de acciones ordinarias
En realidad, el término "obligaciones" puede ser un poco engañoso porque los accionistas ordinarios no tienen responsabilidades directas hacia la empresa más allá de los propietarios a la posesión de las acciones. Sin embargo, hay aspectos a considerar:
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Limitación de responsabilidad: Una de las ventajas de las acciones es que la responsabilidad del accionista se limita al capital aportado. Esto significa que, si la empresa incurre en deudas, los accionistas no son personalmente responsables de ellas.
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Riesgo de pérdida: Aunque no es una "obligación" per se, los accionistas deben ser conscientes de que el valor de sus acciones puede fluctuar. Es posible que no recuperen la importación que invirtieron si decidieron vender sus acciones en un momento en que su valor sea inferior al precio de compra.
En resumen, poseer acciones ordinarias de una empresa otorga una serie de derechos que permiten al accionista participar e informarse sobre la gestión y resultados de la empresa. Aunque también conlleva ciertos riesgos, no impone obligaciones directas o responsabilidades adicionales sobre el accionista más allá de su inversión inicial.
Diferencia entre acciones ordinarias y acciones preferentes
A la hora de invertir en una empresa, es esencial conocer las características de los diferentes tipos de acciones disponibles, para tomar decisiones informadas. Entre las más comunes están las acciones ordinarias y las preferentes, y aunque ambas representan una fracción de la propiedad en una acción empresarial, tienen características y derechos diferentes.
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Derecho a dividendos
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Acciones ordinarias: Estas acciones tienen derecho a recibir dividendos, pero solo después de que se hayan pagado los dividendos de las acciones preferentes. Además, el monto del dividendo para las acciones ordinarias puede variar según los beneficios de la empresa.
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Acciones preferentes: Los titulares de estas reciben dividendos antes que los accionistas ordinarios y suelen tener un dividendo fijo establecido.
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Prioridad en el pago
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Acciones ordinarias: En caso de liquidación de la empresa, los accionistas ordinarios son los últimos en la fila para recibir su parte, después de los acreedores y los accionistas preferentes.
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Acciones preferentes: Estos accionistas tienen prioridad sobre los accionistas ordinarios en el reparto de activos si la empresa se liquida.
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Derecho a voto
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Acciones ordinarias: Los propietarios de acciones ordinarias suelen tener derecho a voto en las juntas de accionistas, permitiéndoles participar en decisiones como la elección del consejo de administración.
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Acciones preferentes: Generalmente, estas acciones no otorgan derecho a voto. Sin embargo, en algunas circunstancias, como si la empresa no paga los dividendos prometidos, podrían obtener temporalmente este derecho.
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Convertibilidad
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Acciones ordinarias: Estas acciones no se pueden convertir en otro tipo de acciones.
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Acciones preferentes: Algunas acciones preferentes son convertibles, lo que significa que pueden ser transformadas en acciones ordinarias bajo ciertas condiciones.
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Estabilidad en los dividendos
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Acciones ordinarias: Como mencionamos, el monto de los dividendos puede variar.
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Acciones preferentes: Tienen un dividendo más estable y predecible.
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Potencial de revalorización
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Acciones ordinarias: Tienen un mayor potencial de revalorización, lo que significa que su precio puede aumentar considerablemente si a la empresa le va bien.
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Acciones preferentes: Su valor tiende a ser más estable, ya que su remuneración suele estar más ligada a los dividendos fijos que al rendimiento general de la empresa.
Para concluir, tanto las acciones ordinarias como las preferentes ofrecen oportunidades y riesgos a los inversores. Mientras que las acciones ordinarias ofrecen un mayor potencial de crecimiento y participación en la gestión de la empresa, las acciones preferentes ofrecen más estabilidad y prioridad en los pagos.
Ejemplo de acciones ordinarias
Para que todo lo explicado anteriormente sobre las acciones ordinarias se asiente en nuestra mente de manera clara, nada mejor que un ejemplo práctico.
Imagina por un momento que estás interesado en el mundo de la inversión y decides comprar acciones de la empresa "Luz y Energía, SA", una compañía ficticia del sector energético que ha captado tu atención debido a sus recientes avances en energías renovables.
Decides adquirir 100 acciones ordinarias de "Luz y Energía, SA" a un precio de 20 euros por acción, lo que te supone una inversión total de 2.000 euros. Al ser acciones ordinarias, esto te otorga ciertos derechos:
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Tienes derecho a voto: En la próxima junta de accionistas de "Luz y Energía, SA", puedes participar y votar en las decisiones que se tomen. Este derecho te permite, por ejemplo, elegir o ratificar a los miembros del consejo de administración.
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Recibes dividendos: Al finalizar el año, "Luz y Energía, SA" anuncia unos beneficios record y decide repartir parte de esos beneficios entre sus accionistas. Gracias a tus acciones ordinarias, recibes un dividendo por cada acción que posees.
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Potencial de revalorización: Pasados unos meses, gracias al positivo rendimiento de "Luz y Energía, SA" y sus proyectos innovadores en energías limpias, el valor de la acción sube a 25 euros. Si decides vender tus acciones en ese momento, obtendrás un beneficio de 500 euros.
En resumen, tus acciones ordinarias de "Luz y Energía, SA" no solo te han permitido tener voz y voto en la empresa, sino que también te han otorgado beneficios económicos y la posibilidad de ganancias en caso de que el valor de la acción suba.