Tipo de Interés Nominal (o por sus siglas TIN) es el tipo de interés que se aplica en ciertos productos bancarios durante un periodo determinado. Sirve para determinar el coste o rendimiento que genera ese producto. Por regla general, si vamos a pedir financiación al banco (un préstamo o una hipoteca) buscaremos el producto con menor TIN posible. Por otro lado, si estamos buscando rentabilidad para nuestros ahorros (contratando un depósito, un fondo de inversión u otro producto) buscaremos la mayor TIN posible.
Haremos un ejemplo del cálculo del tipo de interés que se pagaría en un préstamo utilizando exclusivamente el Tipo de interés nominal (TIN).
Si has solicitado un préstamo de 1000 euros y lo vas a pagar dentro de un año al 14% TIN anual, significa que vas a pagar 1140 euros dentro de un año. Ten cuidado si te indica que vas a pagar un TIN mensual del X%, ya que al cabo de un año esta cifra se multiplicaría por 12.
El TIN puede ser diario, semanal, mensual, trimestral, semestral o anual, mientras que la TAE siempre será anual. Podríamos concluir que el TIN es el interés que la entidad financiera nos va a cobrar cada mes al devolver un préstamo o que nos va a abonar por los intereses generados gracias a un depósito.
La TIN no tiene en cuenta todos los gastos que conlleva el producto. Por ejemplo, en los préstamos o hipotecas, además del tipo de interés nominal (TIN) que hay que pagar mensualmente para amortizar el préstamo, hay otros costes asociados como son las comisiones de apertura o estudio, la comisión por amortización anticipada, entre otras. Si la contratación del producto lleva productos vinculados (en el caso de una hipoteca, se suele contratar un seguro de vida y un seguro de hogar) el precio que hay que pagar por ellos también se incluiría en el cálculo.
La TAE por su parte, tiene en cuenta todos esos gastos para calcular el coste o rendimiento real. Pero lo más importante de todo, es que la TAE estandariza el plazo del producto sobre una base anual. En otras palabras, permite comparar varios préstamos, depósitos o hipotecas que tengan horizontes temporales distintos para saber cuál sería más beneficioso para el cliente.
Por lo tanto, la TAE que es una medida más real del coste o rendimiento de una operación financiera. En los créditos y préstamos, la TAE siempre será superior a la TIN por los costes asociados por lo que se recomienda tener en cuenta este valor.
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