Por simplificar, existen dos tipos de fondos, los fondos de acumulación donde los beneficios se van acumulando en tu cuenta, y los de distribución donde sí que te reembolsan dividendos.
En general es aconsejable usar los de acumulación para poder obtener beneficios cada vez mayores (el famoso interés compuesto, la "bola de nieve").
La idea de estos fondos es ir a largo plazo, haciendo aportaciones periódicas (DCA) y sin mover el dinero hasta que se vaya aproximando tu objetivo de inversión (jubilación, compra de vivienda, etc), ya que sacar precozmente tus ganancias frenaría generar beneficios cada vez mayores.
Una semana de inversión no debería significar nada, hay que dejar que el tiempo trabaje para nosotros y el horizonte temporal suele ser de muchos años...
Pero eres libre de sacar tu dinero cuando quieras, o bien traspasando a otro fondo, o bien sacándolo a una cuenta corriente. Si lo sacas, tendrás que pagar a Hacienda, desde un mínimo del 19% de las ganancias generadas (según tramo).