El accionista mayoritario es la persona física o jurídica que posee un gran volumen de acciones de una misma empresa. Debido a ello, su voto tiene un mayor peso, permitiéndole controlar la compañía.
Las empresas que dividen su
capital en acciones, pueden tener entre sus
accionistas a un accionista mayoritario.
Como su propio nombre indica, el accionista mayoritario es aquel que tiene un mayor peso dentro de la compañía, o lo que es lo mismo, el que más
acciones posee.
Debido a que el volumen de acciones influye en los votos con los que cuenta el accionista en las juntas, el accionista mayoritario tiene un mayor peso en las decisiones, pues cuenta con más votos. Esto, de la misma manera que le permite tener un papel predominante en la organización, le permite influir más en las decisiones y, en última instancia, controlar la compañía.
Con todo, los expertos consideran que el accionista mayoritario, para ser considerado como tal, debe poseer, al menos, el 50% del accionariado de la compañía. Si cuenta con la mitad de las participaciones de la misma, o más, podemos decir que es un accionista mayoritario. Pues es preciso recordar que solamente de esta manera somos capaces de controlar la compañía.
Muchas empresas de tamaño más reducido cuentan con accionistas mayoritarios. No obstante, en tanto en cuanto se incrementa el tamaño de la compañía, es más difícil encontrar este tipo de accionistas.
A los otros accionistas, es decir, al resto se les conoce como accionistas minoritarios, pues su porcentaje de acciones es minoritario.
Ventajas y características de un accionista mayoritario
Entre las características y las ventajas con las que cuenta un accionista mayoritario, debemos destacar las siguientes:
- El accionista mayoritario puede ser una persona física, es decir, una persona corriente, o una personalidad jurídica, o lo que es lo mismo, una empresa.
- Esta, como decíamos, debe poseer, al menos, el 50% del accionariado de la compañía.
- El accionista mayoritario, debido al volumen de acciones con el que cuenta, dispone de una alta capacidad para influir en las decisiones de la compañía y, como decíamos, del control de la misma.
- Por esta misma razón, estos cuentan con mayores incentivos económicos, pues obtienen un mayor porcentaje en el reparto de dividendos, por ejemplo.
- El accionista mayoritario solo puede ser superado por un accionista dorado o el titular de una acción de oro o acción dorada.
El accionista mayoritario y la acción de oro o acción dorada
Cuando queremos llevar a cabo determinadas iniciativas en una compañía cotizada, por lo habitual, debemos someter dicha iniciativa a votación en una junta de accionistas. De aprobarse, esta se llevará a cabo y, de rechazarse, se desechará la propuesta.
Por lo general, el accionista mayoritario, de existir uno, cuenta con capacidad para llevar a cabo todas sus propuestas, pues el hecho de poseer más del 50% del accionariado le permite, en una votación democrática, ser mayoría, como indica su nombre.
No obstante, cuando tenemos una
acción de oro o una acción dorada, el titular de la misma, es decir, el que posee la
acción puede anular el resultado de la votación, independientemente de la votación del accionista mayoritario.
El accionista que posee una acción dorada cuenta con lo que se conoce como "
derecho de veto". Gracias a este derecho, el accionista que posee la acción dorada puede vetar la decisión mayoritaria, aunque él no cuente con el porcentaje mayoritario como para hacerlo.
De la misma manera, la acción de oro permite a su titular tomar decisiones de manera unilateral, utilizando ese mismo derecho que esta acción le confiere. Aunque su porcentaje sea del 1%, la acción dorada le permite tomar decisiones, independientemente de los resultados obtenidos en las votaciones.
El derecho que le otorga este tipo de acción le permite controlar la compañía en muchos escenarios, independientemente de los intereses del accionista mayoritario.