Los derivados son instrumentos financieros cuyo precio se vincula al de un activo subyacente, es decir, del activo al que va referenciado.
El activo subyacente o subyacente puede ser un bien físico como una materia prima (ejemplo; metales o productos agrícolas) o un valor financiero como las
acciones. Incluso, puede tratarse de un
índice bursátil o un tipo de interés interbancario como el Euríbor.
Una de las principales y más importantes características que tienen los derivados es
el apalancamiento. Esto significa que, para abrir posiciones con derivados, se requieren
unas garantías que son inferiores al monto de la operación. Es decir, si la transacción es por 1.000 euros, las garantías exigidas pueden ser, por ejemplo, 500 euros.
Entonces, ¿qué implica el apalancamiento? Pues su ventaja es que permite mover en el mercado más dinero del que se le requiere a los inversores para abrir la posición.
Origen de los derivados financieros
El origen de los derivados nos remonta al siglo XVII, cuando ocurrió en Países Bajos la
crisis de los tulipanes. Dicha debacle se bautizó así porque se produjo a partir de la especulación con contratos de futuros sobre bulbos de tulipanes. Este es el primer
crash bursátil del que se tiene referencia en la historia.
Además, se tiene conocimiento que en el siglo XVII o XVIII (las fuentes varían), se comenzaron a negociar contratos de futuros para intercambiar arroz en Japón, específicamente, en Osaka.
Posteriormente, en el siglo XIX se formaliza el emblemático mercado de derivados de Chicago, uno de los principales del mundo en la actualidad. Originalmente, se fundó con el fin de comerciar productos agrícolas.
Estrategias con derivados
Con cualquier derivado financiero se pueden hacer tres tipos de estrategias:
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Las estrategias de especulación: Cuando el objetivo es obtener beneficio de los movimientos del subyacente. Por ejemplo, puede adquirirse una opción financiera para comprar un activo en tres meses, proyectando que al vencimiento el precio de compra (que es previamente fijado) será menor al precio del mercado. La diferencia entre ambos precios será el beneficio para el inversor.
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Las estrategias de cobertura: Tratan de neutralizar el riesgo de una cartera o parte de ella, como puede ser el de una caída del mercado o un movimiento desfavorable del tipo de cambio.
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Las estrategias de arbitraje: Tratan de aprovechar ineficiencias en el mercado para obtener beneficio sin riesgo. En concreto, consiste en identificar y aprovechar la diferencia de precios entre distintos mercados respecto a un mismo activo. Estos diferenciales son muy difíciles de encontrar.
Tipos de mercados derivados
Existen principalmente dos tipos de mercados de derivados:
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Mercados organizados: Son más transparentes y cuentan con una cámara de compensación que se asegura de que se lleve a cabo el intercambio entre compradores y vendedores, siendo responsable de todas las operaciones que hacen estos. Los productos son estandarizados, es decir, todos los contratos comparten las mismas características, por ejemplo, en cuanto a su tamaño. Los derivados que se cotizan en estos mercados son:
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Opciones: Es un acuerdo por el cual el adquiriente tiene la alternativa, más no la obligación, de comprar o vender un activo en una fecha futura. Esto, a un precio pactado. (Descarga la guía de opciones).
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Futuros: Es un contrato para la compraventa de un activo en el futuro a un precio fijado. A diferencia de las opciones, la transacción debe realizarse, no es optativa (Descarga la guía de futuros).
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Mercados no organizados o mercados Over The Counter (OTC): Se caracterizan por tener una negociación bilateral en la que no entra ningún tercero para asegurar las transacciones. Son más opacos, pero también más flexibles que los mercados organizados. Los contratos no son estandarizados, sino que ambas partes definen los detalles del acuerdo. En estos mercados se negocian los siguientes derivados:
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Forex: Intercambio de divisas fijando el tipo de cambio (Descarga la guía de forex).
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CFD: Acuerdo entre dos partes para intercambiar el diferencial entre el precio de compra y de venta de una acción u otro activo financiero (Descarga la guía CFDs).
- Forward: Similar a los futuros, solo que en el mercado OTC.
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Swaps: Se acuerda el intercambio de un monto de dinero en una fecha en el futuro. Estos contratos están referenciados a una variable observable, normalmente el tipo de interés. Cabe aclarar que los swaps no son únicamente de dinero, sino que también puede intercambiarse cualquier otro bien o servicio.
- Opciones exóticas.
- CDS.