El benchmark es cualquier indicador que es empleado como referencia para analizar el desempeño de un portafolio de inversiones. Igualmente, permite estudiar el desenvolvimiento de un mercado.
Es decir, un benchmark es un índice con el cual se compara el rendimiento de una inversión. Normalmente, se usa en el caso de los fondos de inversiones.
La elección del benchmark dependerá de las características del fondo. Esto es, por ejemplo, en qué mercado (o mercados) está invirtiendo, el nivel de riesgo asumido por el inversor y el tipo de activo por el que se apuesta.
Es simple, el benchmark no se selecciona al azar, sino que debe adecuarse al portafolio con el que se desea comparar.
Por ejemplo, si se busca invertir en la bolsa de valores norteamericana, el benchmark podría ser el S&P 500. Asimismo, si el mercado objetivo fuera el español, sería el Ibex 35, y para Europa un indicador apropiado quizás sería el Eurostoxx 50.
¿Para qué sirve el benchmark?
En primer lugar, el benchmark permite a la sociedad gestora o gestor evaluar si está realizando bien su labor. Esto dependerá de si el rendimiento de la cartera administrada supera al desempeño del índice de referencia. Si es así, significa que se ha logrado superar la expectativa tomando en cuenta los resultados del mercado. Conclusión: Vale la pena contratar al gestor.
Sin embargo, si el comportamiento del benchmark logró superar al del portafolio gestionado, quiere decir que el gestor no pudo "batir al mercado", por lo que su trabajo no fue tan eficiente.
Viendo la otra cara de la moneda, un benchmark es útil al inversor. Si la rentabilidad del fondo supera al resultado del índice de referencia, probablemente le ha convenido al agente confiar su patrimonio al gestor y pagarle una comisión.
En cambio, si el benchmark supera al fondo, quizás el inversor podría cambiar de estrategia y, en lugar de recurrir al fondo de inversión, podría comprar un ETF. Este es un derivado financiero cuyo objetivo es replicar el desempeño de los activos que forman parte de un índice bursátil.
Por último, viéndolo dese otra perspectiva, el benchmark funge como una guía, permitiendo al gestor saber en qué activos debe invertir, ya sea renta fija o variable y de qué país. A su vez, el inversor también se hace una mejor idea sobre qué tipo de instrumentos se están adquiriendo con su patrimonio.
Características de un benchmark
Podemos señalar las siguientes características principales que debe tener un benchmark:
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Adecuado: Como mencionamos previamente, el indicador de referencia debe adecuarse a los objetivos planteados, tanto por el fondo de inversión como por el inversor.
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Medible: Debe ser factible de ser medido. De ese modo, podrá compararse con el desempeño del fondo o de la cartera de inversiones evaluada.
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No ambiguo: Sus parámetros deben estar bien definidos. Los índices bursátiles, por ejemplo, tienen claramente especificada la manera en la que se componen.
Otro punto a aclarar es que, aunque suelen tomarse como benchmarks índices bursátiles, no siempre esto es así. Por ejemplo, puede seleccionarse como referencia el tipo de interés Euribor más 200 puntos básicos que se agregan como diferencial de acuerdo con el riesgo o volatilidad que asume el fondo.