La autocartera es la acción mediante la cual una compañía adquiere acciones de la propia compañía, o lo que es lo mismo, se convierte en accionista de sí misma. La autocartera, por tanto, se compone de las acciones que la empresa posee de sí misma, es decir, del porcentaje de su propio capital social que es propiedad de la empresa.
Al igual que una persona física, una persona jurídica también puede poseer activos. Como bien sabemos, una empresa puede tener bienes físicos, activos financieros, así como otros títulos que, además de sumar a su patrimonio, otorguen rendimientos a final de año. Y entre los activos que puede tener una compañía, también se encuentran las propias acciones que esta compañía emite.
Al igual que si se tratase de una persona, una empresa puede comprar acciones. Y al igual que puede comprar acciones de una tercera compañía, también puede comprar las acciones que ella misma emite, o lo que es lo mismo, puede convertirse en accionista de una tercera empresa, o en accionista de sí misma.
A esta acción, es decir, a la compra de acciones de una compañía por parte de la propia compañía es a lo que llamamos "autocartera". Y en la práctica, la autocartera se compone de la cantidad de acciones que la empresa posee de la propia empresa, es decir, del porcentaje del capital social que es propiedad de la compañía por haberlo adquirido a través de esta compra de acciones.
Con todo, también hacemos referencia al concepto "autocartera" cuando una compañía que pertenece a un grupo empresarial adquiere acciones de la sociedad dominante.
¿Para qué sirve la autocartera?: Funciones de la autocartera
Existen numerosos motivos por los que una empresa puede recurrir a la autocartera. Es decir, existen diversos motivos que pueden llevar a una empresa a convertirse en accionista de sí misma.
Entre las razones más habituales, podemos resaltar las siguientes:
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Evitar un desplome de los títulos: En situaciones de crisis, la autocartera sirve para nivelar la demanda en un escenario en el que el exceso de oferta podría provocar un desplome de la acción.
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Generar confianza y ofrecer optimismo: Que una compañía compre acciones de sí misma ofrece confianza al resto de inversores.
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Reforzar las expectativas: En bolsa, cuando la compañía compra acciones de la propia compañía está enviando un mensaje, el cual anima a los inversores a mantener sus posiciones o ampliarlas.
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Para retribuir a los empleados: La autocartera también es una forma de retribución en forma de acciones para los directivos y empleados de la compañía. Esto habitualmente da lugar a una mayor implicación de estos en los resultados de la compañía.
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Repartir el beneficio: En muchas ocasiones, esta compra de acciones por parte de la compañía equivale a un reparto de dividendos, pues, a efectos, es lo mismo.
Normativa y limitaciones de la autocartera
Pese a que está permitido que la compañía compre acciones de sí misma, hemos de señalar que existen algunas limitaciones que delimitan esta práctica.
En función del país al que hagamos referencia, la normativa será una u otra. O lo que es lo mismo, la normativa difiere en función del país al que hagamos referencia.
En España, por ejemplo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (por sus siglas, CNMV) establece esta normativa. Y por esta razón, la autoridad impone que, para el caso de las sociedades cotizadas, no podrán tener más de un 10% de sus acciones de autocartera, mientras que para las empresas no cotizadas se establece el límite de autocartera en el 20%.
Además, todas aquellas compañías que utilicen este tipo de prácticas estarán obligadas a informar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores sobre los movimientos que experimenta su autocartera.
Entre otras medidas, también podemos resaltar que, en España, las acciones propias, o lo que es lo mismo, las acciones de la autocartera no cuentan con derecho a voto ni derecho a dividendo. Aunque ello no impiden a estas computar en el capital a efectos de calcular el quórum necesario en la constitución de la junta y la aprobación de acuerdos.
En definitiva, debemos acudir a la legislación de cada país para conocer la normativa que aplica a cada caso.
Autocartera de una sociedad limitada
Al igual que tenemos una normativa concreta para cada país, también tenemos una normativa concreta para cada tipología de empresa. Y en España, por ejemplo, se distingue la autocartera de una sociedad anónima de la autocartera de una sociedad limitada.
Las sociedades limitadas cuentan con una serie de limitaciones a la hora de recurrir a una autocartera.
Por ejemplo, la sociedad limitada no puede tener más de tres años las acciones; reduciéndose este plazo a un año en el caso de que se trate de un grupo empresarial.
De la misma manera, se dan casos muy concretos para la compra de acciones por parte de la sociedad limitada, no pudiéndose comprar en todos los casos y en todas las circunstancias.
En resumen, de la misma manera que debemos mirar la legislación de cada país, también debemos mirar el tipo de empresa que compra las acciones, pues la normativa también podría sufrir variaciones.