La calidad crediticia es la capacidad con la que cuenta una entidad, un Gobierno, o un emisor de deuda cualquiera, para hacer frente –en tiempo y forma– a las obligaciones y los compromisos de pago adquiridos con el inversor o, en esencia, el prestamista.
Por tanto, hablamos de la capacidad con la que cuenta un emisor de deuda para devolver dicha deuda, así como los intereses o la rentabilidad establecida y pactada con los prestamistas o inversores.
Cuando existe una elevada capacidad de pago, existen garantías, y el riesgo de impago por parte del emisor es bajo, decimos que la calidad crediticia es buena y, de la misma manera, la agencia de rating otorgará una mejor calificación. Si por el contrario, no existen garantías, la capacidad se encuentra bastante limitada y el riesgo de impago, a diferencia del caso anterior, es elevado, diremos que la calidad crediticia es mala y, en consecuencia, la agencia de rating otorgará una calificación peor a ese emisor.
¿Cómo se mide la calidad crediticia de una empresa?
Existen diversas metodologías a la hora de medir la calidad crediticia con la que cuenta una empresa.
Por lo habitual, la mejor manera de saber si una compañía cuenta con una buena o mala calidad crediticia es a través de sus cuentas financieras, sus estados financieros, sus balances, entre otros indicadores financieros que, como indica su nombre, nos permiten conocer la salud financiera de dicha compañía.
Pero este análisis, en numerosas ocasiones, también se complementa con otros, como puede ser el análisis del sector, de la posición de la compañía frente a la competencia, de sus socios estratégicos y sus proveedores, así como con otra información que puede aportarnos una imagen más objetiva de la compañía, así como de su capacidad para hacer frente a sus obligaciones en el futuro.
¿Quién mide la calidad crediticia de una empresa?: Las agencias de rating
Una agencia de rating, o agencia de calificación crediticia, es una empresa independiente que basa su actividad en el análisis de la calidad crediticia que presenta un emisor de deuda, ya sea público o privado.
En otras palabras, y una vez sabemos qué es la calificación crediticia, hablamos de las empresas que ponen nota a la capacidad de pago de los emisores de deuda, o lo que es lo mismo, las agencias de rating "puntúan" la solvencia y la capacidad de pago de aquellos que emiten deuda.
Estas agencias analizan al emisor, analizan sus estados financieros, su liquidez, así como todas las ratios necesarias para otorgar una puntuación. Esta puntuación, por tanto, viene determinada por esa capacidad de pago. Una mejor puntuación significa que el emisor cuenta con capacidad para hacer frente a sus obligaciones. Al igual que una mala puntuación significa que el emisor no cuenta, o cuenta con escasa capacidad para hacer frente a esas obligaciones.
Y hemos de señalar que lo importante de todo esto, o el fin por el que se califica a un emisor, es por el hecho de que los inversores, con base en esta puntuación, invierten su capital en una empresa o en otra. Si el capital desembolsado no compensa la baja calificación asumida, es decir, el elevado riesgo asumido, no tomaremos la decisión de invertir.
¿Cómo se puntúa la calidad crediticia de una compañía?
Como decíamos en el artículo, las agencias de rating otorgan una calificación a un emisor en función de su calidad crediticia.
Dependiendo de esa calidad crediticia, las agencias de rating pueden otorgar las siguientes calificaciones:
Calificaciones - ratings
Estas calificaciones pueden variar a lo largo del tiempo, pues la calidad crediticia del emisor no es estática. Si la situación mejora y se obtienen más ingresos, la calidad crediticia mejora y, en consecuencia, mejora la calificación.
De la misma manera, dependiendo de si es a corto o largo plazo, se otorga una calificación u otra.
Y como puede apreciarse, en función de la calificación obtenida, los inversores pueden consultar, atendiendo a la columna marrón, si invertir en ese título de deuda es una buena opción o, por el contrario, debe repensarse la decisión e invertir en otros títulos que presenten menos riesgos.