Llevo meses dándole vueltas a este artículo, pero no ha sido sino hasta que ya he decidido finalmente cambiar de aires (y de país) y tomar la determinación de desarrollar mi carrera en una tierra que no presuma de estupidez colectiva, cuando me he decidido finalmente a escribirlo.
Desde que el Ministerio de Industria, con el inefable ministro Soria a la cabeza, suspendió recién comenzado 2012 el régimen especial de producción de electricidad sin proponer una alternativa a cambio, sospechaba que la intención de este gobierno era denostar a las renovables hasta el punto de forzar a los propietarios a llevarlos a la quiebra. El objetivo, creía entonces, no era simplemente cabrear a miles de familias y centenares de fondos de inversión, sobre todo extranjeros, que financiaron la instalación de centrales de energía renovable para producción de electricidad desde 2007. No, esta gente no dan puntada sin hilo. Si querían conducir a los inversores a un callejón sin salida debía ser por alguna razón más maquiavélica.
Y se ha confirmado cual es esa razón. Industria estudia dar facilidades a los dueños de centrales eléctricas renovables que no sean capaces de afrontar sus créditos para que las transfieran a la Sareb, el banco malo creado por el Ejecutivo con el fin de que el Estado pueda absorber los activos "tóxicos". Pero que buenos que son.... ¡vaya!, ¿Cómo ha llegado un huerto solar o una instalación eólica a calificarse nada menos que de activo tóxico, si cuando se montó la central tenía una retribución garantizada por Decreto que sostenía la rentabilidad (moderada) del proyecto? Fácil, muy fácil. Pasándose el Decreto por el forro, y varias veces nada menos. Todo ello en virtud del manoseadísimo déficit de tarifa.
El sector de las energías renovables está sufriendo una campaña de acoso y derribo mediante modificaciones legislativas continuas que comenzaron con el anterior gobierno. Se han desarrollado Reales Decretos y Leyes por la vía de urgencia con unas consecuencias tan horribles que, sencillamente, mucha gente no me cree cuando les digo que en España se cambian las reglas de juego varias veces durante el partido en un sector que antaño fue mimado y en el que se animaba a muchos fondos extranjeros a acudir.
Primero se introdujo una limitación horaria a las plantas existentes (RD 1614/2010 y RDL 14/2010) para truncar la cuantía de la retribución sin tocar la tarifa, pero a continuación vino la moratoria al régimen especial (RDL1/2012) y el establecimiento de nuevos impuestos que son especialmente gravosos para las centrales de energía renovable, incapaces, al contrario que las fósiles, de trasladar el incremento de coste provocado por el impuesto al consumidor (Ley 15/2012).
Finalmente el RDL 2/2013 saca, en la práctica, a las energías renovables del mercado y las obliga a recibir la tarifa regulada. Una tarifa regulada que ya no se actualizará según el IPC como está escrito en Real Decreto,sino según un indicador elaborado casi ex profeso y, vistos los antecedentes legislativos, nadie garantiza que la retribución no vaya a ser modificada a discreción del regulador en el futuro. Hoy, los inversores en energías renovables carecen de parámetros que les permitan predecir cuál será su retribución. Y la tan cacareada reforma energética no es sino una sucesión de parches destinados a cargarse el sector de las renovables y proteger a toda costa los privilegios del oligopolio.
En la práctica el gobierno trata de conducir a la quiebra a todas las centrales renovables, las cuales estorban al oligopolio eléctrico. El porqué, está claro:
Los que mandan en este país no desean que se democratice el uso de la energía, pues eso representa perder poder en favor de los ciudadanos.
Enviar a las plantas fotovoltaicas, centrales eólicas y de biomasa al Sareb eliminará a cientos y miles de competidores en el mercado eléctrico. Competidores que una y otra vez demuestran que sobra mucha potencia fósil en España. Y una vez el grueso de las inversiones esté en el banco malo, el discurso de los medios de intoxicación masiva cambiará. Nunca más se hablará de relacionar déficit de tarifa (un déficit que ya antes de que las renovables se desarrollaran en España contaba con más de 13.000 millones de euros en el debe) y renovables. Milagrosamente empezarán a surgir estudios que harán llegar a la población los beneficios inmensos que las renovables dan a la sociedad. Beneficios tanto económicos como ambientales y sociales que ya se han encargado las respectivas patronales sectoriales como APPA, Protermosolar y la Asociación Empresarial Eólica a airearlos a los cuatro vientos.
Para cuando las renovables sean ya oficialmente muy buenas para todos gracias a los medios financiados por las empresas del club, el oligopolio se habrá hecho con los activos tóxicos del Sareb y de nuevo las centrales eléctricas de España estarán en manos de quienes deben de estar, que para eso se unta muy bien al bipartito. Las cinco grandes empresas eléctricas del país, la más grande de ellas italiana por cierto, habrán consumado el golpe. La generación eléctrica, sector en teoría liberalizado, volverá a ser cosa de unos pocos. Ah, y ni se hablará por asomo de ahorro energético y la eficiencia. En un país que se llevan registrando continuos descensos de demanda eléctrica por la crisis no conviene aminorar el ritmo de consumo, eso sería menos dinero para el oligopolio. Que más da que tengamos que cumplir objetivos europeos vinculantes, España es la reserva fósil de Occidente.
España tragará con esto a pesar de las numerosas cartas de protesta del sector y de que han llevado este gravísimo atropello a Europa. Bruselas está alucinando con el cambio de rumbo tomado en la política energética del gobierno, pero para cuando reaccione será tarde. Los españolitos de a pie aceptarán el truco de pasar de renovables caca a renovables buenas sin pestañear, en un acto calcado al proceso de doblepensar que magistralmente plantea George Orwell en 1984. ¿Por qué no? ¿Acaso se han levantado en armas ante el saqueo generalizado que llevamos sufriendo desde hace años? Impuestos, rescates a la banca, privatizaciones escandalosas, preferentes... ya he perdido la cuenta, nuestras tragaderas son enormes.
Sin embargo, habrá mucha gente poderosa que no sólo se sentirá estafada, sino que guardará memoria. Calculo que la participación de los fondos extranjeros en las centrales renovables españolas asciende a unos 20.000 Millones de euros. Les lanzo una pregunta al aire ante este dato.
Cuándo los gestores de fondos internacionales sepan que un país como Perú o Hungría ofrece más seguridad jurídica que España, ¿dónde creen que realizarán la siguiente inversión?
Creo que el saqueo a las renovables es mucho más grave de lo que parece desde el punto de vista económico. No es sólo un robo a mano armada, es una invitación a que no se invierta en España en muchos, muchos años. Y eso me preocupa tanto que preveo demasiados años de estancamiento económico para mi país por la desconfianza internacional a la hora de invertir. Tan mal veo el panorama que, aunque fuera capaz de desear trabajar en otro sector, me iría de esta país sólo por la pésima imagen que vamos a ofrecer muy pronto: La de un país que permite que la casta, oligopolio o los mangantes de siempre, llámenlos como les apetezca lleve la política energética a contracorriente del mundo entero sólo para seguir conservando sus espúreos intereses.
¡Y vivan las caenas!