En septiembre de 2010 escribí un post en el que trataba de explicar el cachondeo de las multinacionales del tabaco pidiendo que el gobierno acabase con las guerras del precio en el sector. En este campo los informes comienzan todos con aquello de “el tabaco es malo”, “los fumadores no dan pena”, “es un vicio” y los costes a la seguridad social. Pero ya comentaba en aquel momento que por muy cierto que sea todo esto, lo que no se puede entender es que el gobierno socialista salvase a los que proporcionaban tan nocivo elemento, con unas normas que se cargaban las reglas básicas del mercado buscando eliminar la competencia. El medio para evitar la competencia de las marcas de bajo precio contra las multinacionales está en el diseño de la tributación del impuesto; en el tabaco se establece un porcentaje sobre el valor, (como el IVA), de tal forma que cuanto mayor sea el precio mayor será este importe, y un impuesto específico que se paga por cigarrillo, o por peso en el caso del de liar, (de tal forma que cuanto menor sea el precio, mayor será el impuesto en proporción). Adicionalmente tenemos un impuesto mínimo que al final sirve de la misma forma. En aquel post lo explicaba mucho mejor.
En diciembre de 2010, tocaba otro post para explicar lo que había ocurrido, que no fue otra cosa que el incremento de los precios directamente cuando se bajó el impuesto en porcentaje y se subieron los mínimos y el mínimo. Lo curioso es que los precios se dispararon antes incluso que la entrada en vigor del impuesto.
No era demasiado difícil entender lo que iba a pasar. Estábamos ante una medida que significaba que la tributación de los cigarrillos de mayor valor se reducía, mientras que la de los cigarrillos de menos valor subía. A su vez lo que se hacía era reducir la competencia, y por tanto tirar para arriba los precios. Finalmente el resultado al cabo del año fue que se incrementó el precio cobrado por las productoras de tabaco, (lo cual compensa la caída de las ventas), pero sin embargo la recaudación del impuesto se ha reducido. No se podía esperar otra cosa, porque si se hubiese querido incrementar la recaudación se hubiese incrementado el impuesto específico.
Con el nuevo gobierno, nos hemos encontrado ya con gobierno del Partido Popular, en marzo de 2012, con un movimiento en la tributación del tabaco, que reproduce el mismo movimiento (reducción del impuesto proporcional al valor y subida del impuesto específico). La intención era según Montoro recaudar 150 millones más, pero es llamativo que haya hecho el mismo movimiento que se hizo en 2010, y que acabó provocando beneficios para las tabacaleras y una caída de la recaudación para el estado. Me gustaría colocar lo que colocaba 20 minutos que tiene toda la pinta que ser la nota de prensa del consejo de ministros:
“El Gobierno reestructurará el sistema de tributación del impuesto sobre las labores del tabaco, actuando sobre los tramos específicos y 'ad valorem' que gravan a los cigarrillos, una medida que permitirá aumentar la recaudación estatal en 150 millones de euros este año. "No hemos subido el impuesto", subrayó el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde avanzó que se producirá una redistribución dentro del propio gravamen.
En concreto, se reduce en dos puntos el tipo 'ad valorem', que hasta ahora suponía un 57% sobre el precio final. Por otro lado, se incrementa el tipo específico vinculado con el número de unidades, que está hoy en 12,7 euros por cada 1.000 cigarrillos. Sobre este segundo impuesto se sabe solo que se incrementará.
De este modo, se podrá "mantener el nivel de competencia" en el sector y contribuir a reducir el contrabando, con el objetivo de que sea una "clase a extinguir" y sea "imposible comprar una cajetilla de forma ilegal en España". El ministro consideró que este cambio también reforzará la recaudación del Estado a través de los impuestos especiales. En 2011 la recaudación estatal por los impuestos derivados del tabaco descendió un 2,3%.”
Ignoro de dónde saca Montoro la idea de que esto va a servir para luchar contra el contrabando pero no hace falta entender que lo que se buscaba era otra vez parar la guerra de precios en el sector ante el trasbase de los fumadores a marcas más baratas. Esta vez no funcionó y llegamos al día de los recortes totales.
El 13 de julio, en el mismo momento en el que se dispara el IVA, se recorta a funcionarios y parados y demás medidas, nos encontramos con un cambio en la tributación del tabaco, que en teoría va en el sentido de incrementar la recaudación y mejorar la competencia en el sector. Por lo menos es lo que se supone que se ha aprobado en todas y cada una de las medidas que se han aprobado ese infame día, que según nos cuentan responden a mejorar el déficit y competitividad.
En el BOE aparece lo siguiente:
“También se introducen modificaciones en la imposición sobre las labores del tabaco, que deben contribuir, dada su finalidad esencialmente recaudatoria, a la mejora de los ingresos tributarios, al tiempo que para poner de manifiesto su papel como instrumento al servicio de la política sanitaria.
Así, en primer término, se introduce un tipo mínimo para los cigarros y cigarritos, pues se ha detectado la existencia en el mercado de cigarritos de bajo precio, con características análogas a las de otras labores del tabaco. Habida cuenta de esta reciente evolución del mercado en España, de las distorsiones que pueden crearse en los hábitos de consumo sobre la base de la fiscalidad más reducida que estos productos soportan, resulta necesaria la implantación de este impuesto mínimo, que queda fijado en 32 euros por 1.000 unidades.
Por otra parte, y para el caso de los cigarrillos, se ha considerado conveniente el incremento de su fiscalidad mínima, fijando el tipo único en 119,1 euros por cada 1.000 cigarrillos. La evolución ascendente de los precios de los cigarrillos experimentada con posterioridad a la entrada en vigor del citado Real Decreto-ley 12/2012 y la exigua eficacia del tipo mínimo hasta ahora vigente, aconsejan la elevación del tipo único aplicable a los cigarrillos que se comercialicen por debajo de un precio determinado, para evitar la proliferación de tabaco barato en consonancia con los objetivos de la política sanitaria.
Además, en el caso de los cigarrillos, se considera oportuno reducir el tipo impositivo proporcional a ellos aplicable de forma equivalente al incremento en el tipo de gravamen del Impuesto sobre el Valor Añadido. Esta medida, prevista en la Directiva comunitaria armonizadora de la fiscalidad sobre las labores del tabaco, garantiza que las decisiones en relación con los tipos impositivos en el Impuesto sobre el Valor Añadido no generen distorsiones en el nivel de tributación global de los cigarrillos.
Finalmente, y por lo que se refiere a la picadura de liar, se procede a elevar el impuesto mínimo de esta labor, que queda fijado en 80 euros por kilogramo, no solo para mantener los niveles mínimos aplicados a la picadura fina de tabaco para liar en relación con los de los cigarrillos, sino también para coadyuvar al objetivo de proporcionar fondos que financien los gastos sanitarios y asegurar los niveles deseables de tributación de aquellas labores del tabaco cuyos precios de venta al público se encuentran todavía por debajo de los umbrales aconsejables desde una perspectiva sanitaria”.
Como podemos encontrar, exactamente con la misma modificación, incluyendo una reducción del Impuesto proporcional equivalente a la subida del IVA, (¿Por qué no se aplica esto a hidrocarburos, electricidad…?), y un establecimiento de los impuesto mínimos para que las marcas baratas y los productos baratos no puedan serlo.
Sea como sea, y justifíquese como se justifique, el resultado a futuro va a ser el mismo que nos hemos encontrado, y se traduce en el incremento del precio, sobre todo en los baratos, el cierre a todas posibilidades, menor competencia en el sector y sobre todo menores impuestos recaudados, de tal forma que difícilmente se va a financiar la sanidad, cuando lo que se está consiguiendo es trasladar los beneficios a las multinacionales del tabaco.
Por supuesto no debemos sorprendernos de todo esto, y por esto estos días estaba comentando que con el impuesto de tabaco no íbamos a tener exactamente una subida.