El papel de todas y cada una de las instituciones en los últimos años, (no en esta crisis) es completamente lamentable. Cuesta mucho encontrar excusas, y si tenemos simpatía por alguna, a lo mucho que llegamos a agarrarnos es a un “No se podía hacer otra cosa”. Y eso con mucha simpatía, porque siempre se podía hacer otra cosa. En general la contraria.
Esto puede ser para los políticos de cualquier ámbito, para los sindicatos, para los bancos centrales, para los organismos internacionales, todos y cada uno de los lobbys que por ahí pululan, (los de empresarios, y los que no son de empresarios). En realidad aquí cuesta y mucho encontrar a personas haciendo lo que se supone que deben hacer, defender a quien tienen que defender y pensar en lo que y en quien tienen que pensar.
Este no era otro que el leiv motiv de un post algo antiguo que titulaba “¿quién es quién?; ¿Crisis financiera o Sistema destrozado?”. La realidad es que los gobiernos hace tiempo que abdicaron de defender los derechos de los ciudadanos, los bancos centrales pasan de defender el sistema financiero y defienden los bancos, y los sindicatos pasan de defender a los trabajadores, y en su lugar se enfrascan en ciertos esfuerzos de marketing, tratando de dar la sensación de que hacen algo.
Lo irónico del caso, es que lejos de apreciarse el problema de tal dislate, sacamos una conclusión completamente irracional. ¡No valen para nada!. Ahora resulta que los políticos, los sindicatos, los bancos centrales y toda la lista de organismos, no sirven para nada, de forma que mejor que aquí todo el mundo se organice como pueda y se ate los machos.
Pero, ¿tiene sentido la frase: “los políticos no valen para nada, mejor que no hagan nada”?. (donde pone Políticos, ponga la palabra que le da la real gana). Valga por delante que soy el primero que con mucha frecuencia se encuentra rezando para que lo que tenemos dirigiéndonos o representándonos en los distintos ámbitos de la vida, se tomen unas muy largas vacaciones en algún lejano país. Sin embargo tengo que contestar que la respuesta es que “no”, por supuesto que los políticos tienen un valor, se necesitan, y por supuesto que no es bueno quitar a los políticos del tema del bien común.
La CEOE y los sindicatos, por supuesto que tienen una utilidad y una función determinada y clave para el mercado laboral. Simplemente estos mercados serían un auténtico cristo sin estas figuras. Y desde luego los bancos centrales son organismos necesarios para cualquier economía, al igual que es necesario el FMI, la OCDE. Quizás es posible que sobren algunas instituciones y falten otras. Desde luego es innegable que el diseño de todas ellas es claramente mejorable, (siendo muy benevolentes), pero la realidad es que todas las instituciones son necesarias. La razón está en que la frase: “los sindicatos no valen para nada, mejor que no hagan nada”, (como antes, cambiar el agente a voluntad), en realidad debería ser “ESTOS sindicatos no valen para nada, mejor CAMBIARLOS”).
Imaginemos que en nuestro coche, los frenos no funcionan; ¿se nos ocurrirá decir que mejor pasamos de los frenos?.Lo cierto es que trataremos de cambiar los frenos cuanto antes, porque estos elementos son absolutamente imprescindibles pero a su vez, tienen que funcionar. No vale que el coche tenga frenos si estos no frenan.
En todo caso, imaginemos que no habíamos detectado la avería hasta que ha llegado la curva y nos hemos encontrado con la sorpresa de que los frenos no funcionan mientras damos tumbos por la cuneta, en una loca carrera de un coche descontrolado hacía ningún lugar. ¿llegamos a la conclusión de que en el siguiente coche es preferible que no tenga frenos?.
Pues esa es la conclusión que tenemos ahora mismo. Resulta que nos encontramos en medio del tortazo, dando vueltas de campana y sin saber muy bien cómo vamos a salir de esta, ( o en cuantas piezas). Resulta que con todo esto, nuestras impresiones son que los gobiernos, los políticos, las instituciones, los sindicatos no funcionan en absoluto y no están sirviendo absolutamente para nada.
Pues en este panorama, nos encontramos con una crisis, (que parece venir de otro planeta), y tratamos de proponer eliminar todos estos elementos que funcionan mal.
En el fondo es un absurdo que no entiendo, y que quizás se pueda explicar mejor, entendiendo esta crisis, como una crisis derivada de una ecuación diabólica en la que todo se ha confabulado en una ecuación de especulación masiva en todos los bienes básicos, contenciones salariales, una política monetaria de locos, y una política fiscal demencial.
Esta situación en la que los gobiernos, los sindicatos y todos los demás han estado en perfecta sintonía es la que genera la crisis. (de la misma forma que el hecho de que al coche no le funcionasen los frenos es lo que causa el accidente). Si lo miramos desde este punto de vista, la diferencia de enfoque es importante.
Si los políticos, han pasado de los ciudadanos, ofreciendo y diseñando unas condiciones, que como poco son hostiles, para la inmensa mayoría de los ciudadanos, (léase clase media), lo que necesitamos es cambiar de políticos, o reparar el sistema político. Eliminándolos lo que conseguiremos es lo mismo que ahora donde en la práctica no los tenemos.
¿Qué más me da tener políticos, sindicalistas.. que no funcionen a no tenerlos?. Este es el argumento para defender que estos tengan papeles más reducidos, pero en realidad hemos visto lo que ocurre cuando no los tenemos, porque la triste realidad es que nos hemos tirado muchos años sin alguien que defienda los derechos de los ciudadanos o de los trabajadores.
Y eso hay que arreglarlo. Y como en los frenos, esto se soluciona cambiando diseño y cambiando las piezas defectuosas. Y como en el caso de los frenos de los coches… ¡nos va a costar una pasta y algún susto!.