El guión típico de los programas de cámara oculta, consiste en someter a determinadas personas a todo tipo de situaciones surrealistas. A pesar de que sean situaciones que es muy extraño que se produzcan, lo paradójico es que cuanto más surealistas son, mayor será la probabilidad de éxito en que el personaje acepte la broma.
Respecto al procedimiento de la broma, tiene que ser siempre in-crescendo, de tal forma que vayan ocurriendo cada vez situaciones más absurdas y a una velocidad mayor. El truco está en bloquear la capacidad de análisis y eliminar la posibilidad de razonamiento. Para eso, es importante el ritmo y que el nuevo suceso supere al anterior. En definitiva, a cada escalón, tenemos que evitar el pensamiento proponiendo antes de que se llegue a una cierta estabilización, una situación que haga olvidar la actual.
Pues esto es lo que nos está ocurriendo ahora mismo a nivel social donde llevamos desde que hemos empezado la crisis en una especie de escalada en la que todas las fases se van superando en el surrealismo, pero no nos da tiempo ninguno a reaccionar, porque ante una situación, o bien se produce una nueva o bien se encargan de generarlo.
Nos hemos comido unos cuantos planes de ajuste, congelación de pensiones, bajada de sueldos a funcionarios, se han bajado las indemnizaciones de despidos, han subido los impuestos al trabajo, hemos rescatado bancos, hemos dejado a las SICAV, hemos dado 5 años de plazo a los futbolistas para que paguen los impuestos que corresponderían a una persona normal y así podemos seguir durante tanto tiempo como nos de la gana.
Hemos olvidado la crisis subprime por la subida de las commodities en 2008; y de repente la actuación del BCE fue olvidada por el derrumbe de la banca de inversión; luego ha llegado la guerra de divisas, (que nunca fue real), pero que fue olvidada por la crisis de deuda de los países, que a su vez ha quedado medio olvidada por la crisis del petróleo y commodities (otra vez), hasta que llegó el tsunami de Japón y nos hemos olvidado de petróleo, de crisis de deudas y de lo que sea; pero esto no interesaba y nos hemos encontrado con una intervención militar en Libia; (parece que aquí las guerras son de precios, de divisas o comerciales, pero cuando hay tanques y cazas por medio son intervenciones); que de repente nos saca de juego otra vez.
Sí hay que explicar las actuaciones de la sociedad, (o mejor dicho todo lo que no se está haciendo), no podemos dejar de entender que estamos siendo sometidos a un proceso en el que de repente nos encontramos con golpes sucesivos cada vez mayores, de tal forma que al final cada persona tiene que estar replanteándose continuamente lo que hay bajo nuestros pies. Todo el mundo necesita saber dónde está el suelo, cual es la situación y cuáles son las reglas para tomar cualquier decisión, y ante los sucesivos terremotos, lo que se consigue es que al final, cuando hemos llegado a intuir la comprensión del momento en el que estamos, nos encontramos con un vuelco total que nos obliga a comenzar otra vez en un loco replanteamiento que no nos lleva a ningún lado.
En definitiva, Podemos decir que estamos en shock si somos algo técnicos, pero en realidad lo que estamos sometidos a toda una serie de golpes que nos tienen absolutamente noqueados.
Sin embargo el problema no es que la sociedad esté noqueada. El problema es que no somos los únicos, porque si analizamos la actuación de todos los organismos, gobiernos, partidos políticos, bancos, bancos centrales y demás organismos comprobamos que están en una situación parecida.
En general están intentando reaccionar, sin pararse a pensar en lo más mínimo en algo parecido a un plan, porque simplemente se ha montado tal tinglado que el mero hecho de que se paren a pensar supone que el mundo se derrumba. De esta forma las autoridades están en una dinámica de “patadas hacía adelante”, cada vez más desesperadas, cada vez más llamativas, que son las que explican los efectos que provocan que no podamos reaccionar.
Al final esto es una cuestión de inercia; los dirigentes, creo que, son conscientes de que esta loca carrera no va a ningún lugar, de tal forma que necesitarían parar o dar marcha atrás, pero no saben cómo hacerlo, y nosotros estamos parados, conscientes de que tenemos que empezar a movernos pero no sabemos cómo.
Y desde esta forma, nos encontramos en la situación actual que en un post que llamé “Atrapados”, traté de exponer hace mucho tiempo.
Hoy es un buen día para que entendamos que tenemos que seguir haciendo algo, lo que sea, poco a poco; para ir revertiendo la situación, porque de esta situación saldremos con esfuerzo cuando reaccionemos. Por eso sigo animando a participar en la propuesta que he expuesto en la lotería de las gasolinas, para por lo menos conseguir entrar en una dinámica distinta. Soy consciente de que va a ser lento, (mucho más de lo que queríamos), y quizás sea como echar vasos de agua a un incendio, pero a su vez estoy convencido de que si todos echamos un vaso de agua el incendio será apagado.
Esta semana el reintegro del jueves ha sido el 8; y el del domingo ha sido el 9; por lo que en abril hemos de boicotear al poseedor del número 89 que ha resultado ser GALP.