Para todo lo relacionado con el sector financiero el comodín principal es el de la reactivación del crédito; pero sin embargo también ocupa un lugar destacado , (sobre todo para lo relacionado con el sistema fiscal), lo que nos encontramos es con el comodín de “se irá”.
Parece que no podemos hacer nada con los banqueros, o con todo el sistema financiero, porque realmente si se les pone regulación, o se les suben los impuestos, o lo que sea que se pida, la realidad es que nos encontramos con un “el talento se irá a otro sitio”. Lo malo es que no son los únicos porque similar argumento lo oímoscon las SICAV, con las empresas y en general, con los que curiosamente defienden que se deben hacer sacrificios para salir de esta situación. (Entiendoque se refieren a los demás).
Ni Wall Street, ni la City, ni España, ni nadie se salva de dicha amenaza, (o promesa, según como caiga a la persona que oye el mensaje). Lo cierto es que está es una premisa básica que oímos siempre y realmente recuerda a lo que en la calle se conoce como un chantaje.
En este sentido, desde el punto y hora que estos mensajes suenan de forma recurrente, lo que está claro es que los gobiernos, han de reaccionar. Y es tan sencillo como este argumento, jamás ha de servir para acceder a las pretensiones del que lanza este mensaje. Es completamente intolerable que se acceda a las peticiones del grupo que sea que manda estos mensajitos. Un mínimo de sentido común, nos habla de que ante algo que suene a cierto chantaje, debe ser rechazado sin más contemplaciones, aún en el caso de que el chantaje se cumpla.
En este sentido cuando alguien nos diga: “o esto o me voy”, lo suyo tiene que ser mostrar firmeza y abrir la puerta. Lo cierto es que se han de pensar las decisiones en función de su bondad o maldad y de los efectos que puedan tener, jamás en la presión o amenazas (muy poco veladas por cierto), que siempre acabarán en el siguiente chantaje.
Pero es que en este caso, ¿Qué significa irse?. ¿Goldman se va a ir de Estados Unidos y Santander de España?. Vale, estamos de acuerdo, los banqueros se pueden ir a Singapur, Kuala Lumpur o al medio del Congo; y automáticamente asumimos todos que realmente caerán las inversiones en Estados Unidos y en España. O sea, estamos asumiendo que cuando se van los banqueros, se va el dinero del sistema financiero; pero ¿esto es cierto?. Que yo sepa existe cierto tecnicismo que se llama Carry Trade, que viene a decirnos algo así como que desde donde quiera que esté domiciliada la entidad invierten a lo largo de todo el mundo.
Curiosamente cuando nos encontramos la amenaza de que las grandes fortunas se van, nadie se acuerda de contarnos; ¿Qué es lo que se va?. ¿el dinero o la sede?. Volvamos al ejemplo de un banco de inversión que desde la city invierte. En caso de que le suban los impuestos, lo que podría ocurrir es que el dinero se gestionase desde otro lugar del mundo. Pero lo que está claro es que el dinero se capta allá donde estén los ahorradores, (que no depende del sistema fiscal en donde estemos hablando), y se invertirá donde puedan existir rendimientos.
Tanto en lo que se refiere a los ahorradores, como en lo que se refiere a la inversión, tenemos que tener en cuenta que existen dos ámbitos; aquellos ahorradores que consiguen sus rentas derivados de la economía real, (inversiones o actividades empresariales), o bien de la economía financiera, (rendimientos de activos financieros).
Y es importante esto, porque realmente el que decida trasladarse de un sitio a otro será el dinero que se invierte con carácter especulativo, y las personas que pueden trasladarse con aquellas que obtienen sus rentas de la especulación. Es muy sencillo ver que ante un cambio de tributación es fácil cambiar el lugar desde donde se invierte el dinero en distintos activos financieros, porque el cambio es, por ejemplo, comprar derechos de petróleo en el mercado de Londres desde Cádiz o desde Berlín. Y siguiendo con el mismo ejemplo, podemos poner los mercados donde se intercambia el petróleo extraído en el mar del norte y que va a ser refinado en las refinerías actuales.
Por lo tanto tenemos que tener en cuenta que cuando hablamos de que ante cualquier cambio se irá alguien tenemos que tener claro que lo que se va a ir va a ser una cosa muy concreta; y desde luego haciendo al análisis con este nivel de concreción el resultado va a ser muy distinto.
Ante unas obligaciones de transparencia o unas obligaciones fiscales más restrictivas, se irán las inversiones especulativas casi con total seguridad, pero las reales dependerán de otras variables que incluyen los distintos mercados reales, las infraestructuras, el clima, disponibilidades de recursos, formación,…Toda una serie de variables que nos llevan a decidir donde se colocará una empresa.
Pero más allá de los análisis interesados en los que se identifica especulación como inversión, lo que alguien tendría que preguntarse alguna vez es la conveniencia de discriminar de alguna forma ambos tipos de inversiones, de tal forma que como la especulación no siempre es buena, lo que nos venden como un efecto grave de cualquier política fiscal o normativa, puede ser incluso un punto positivo.
Es decir, puede que la amenaza de que los fondos especulativos se vayan del país, en realidad no sea tal amenaza, sino que puede ser incluso una promesa incumplida. Tal y como el comodín de la reactivación del crédito se está explicando mal, el comodín de la deslocalización de los fondos financieros, en este caso puede ser algo bueno, que incluso justifica medidas como la tasa Tobin.
En todo caso, y para concluir, si se van, que se vayan; si para quedarse no van a aportar nada y sólo van a drenar, que se vayan; y que los bancos centrales comiencen a preocuparse un poco menos de esta gente y de poner las condiciones para que quien se quiera quedar, crear y contribuir que lo haga.