En la semana santa del año pasado había dejado una recopilación de post sobre las actuaciones de los estados en un post cuyo título acababa con la pregunta: “¿Es democracia esto?”. Desde luego no soy el único que ha llegado a esta conclusión y de hecho bastante más tarde surge el movimiento de “democracia real ya”, en el que entre otras cosas se dice, (y con bastante razón), que: “lo llaman democracia y no lo es”.
En mayo de 2011, surge en España el movimiento 15-M que no es otra cosa que un conjunto de personas que tenemos claro que esto no va bien y por supuesto que las cosas tienen que cambiar. Desde luego en este cacao, se han metido muchos grupos y muchas personas, que cada una tienen su objetivo en la vida y para la sociedad. Esto implica necesariamente, que hay listos y tontos, hay inteligentes y que no lo son, hay personas que creo que están muy equivocadas y personas que creo que no lo están tanto. Por descontado hay muchas personas, (y lamentablemente que han adquirido un notable protagonismo), que parecen empeñadas en convertirse en alternativa. Lo malo de esto es que la alternativa a veces supone cambiar unos dirigentes miopes por otros.
Con todos los fallos inimaginables es algo que necesitábamos, en la situación actual y yo en definitiva mantengo lo escrito en mayo cuando surgió. En realidad estamos ante una situación en la que tenemos que hacer algo y reaccionar, y esto es exactamente lo que está haciendo una parte de la sociedad.
Está claro que yo llevo unos cuantos post exponiendo que el funcionamiento democrático de este santo país deja mucho que desear. En alguno de los post alguien ha comentado que esto es un blog de economía, y que por tanto no procedía hablar de estas cosas de democracia. Desde luego más allá de la oportunidad de determinados “consejos agresivos” sobre los puntos sobre los que se ha de escribir o no, tengo que decir que quien ha dicho esto está (o estaba) muy equivocado.
Las reglas democráticas, los ciudadanos como centro de las políticas, el entender el estado como un instrumento de la sociedad para organizar la convivencia y las relaciones económicas, es algo completamente básico para la situación económica. Tanto para la situación macroeconómica, como para las pequeñas microeconomías e historias de cada uno de nosotros, que en definitiva son lo que acaban definiendo los grandes números.
He criticado muchas decisiones tomadas, (demasiadas como para que lo pueda soportar un país), pero por encima de todo está el desprecio absoluto de los ciudadanos como centro de las decisiones. En realidad hace mucho tiempo que no somos otra cosa que la excusa barata para el slogan facilón, (y muy paternalista), que sirve para justificar todo lo injustificable. Y en consecuencia se han tomado una serie de decisiones que única y exclusivamente sirven a los intereses de un sistema financiero que está absolutamente descontrolado.
Cuando se habla de ciudadanos, de democracias y de un absurdo normativo, político y económico, no estamos hablando de teorías. Estamos ante una situación en la que existen unas pérdidas en algunos grupos muy poderosos, Pues con todos los engaños, manipulaciones y mentiras, lo que se está haciendo es traspasar renta (bien pasada en forma de ahorros, actual en forma de ingresos y gastos, o bien futura vía endeudamiento tanto público como privado) de los ciudadanos a estos grupos.
Da igual si estamos hablando de recapitalizaciones, de ayudas, de inyecciones, o de normas que otorguen un gran poder a estos grupos, o lo que sea; la aritmética nos dice que los beneficios de un lado salen de otro lado. Lo que permite la falta de democracia, (y lo que vengo diciendo en este blog), no es más que el procedimiento por el que este proceso se desarrolla.
En todo caso, la situación está empeorando y creo que no soy el único que está viéndose superado por los acontecimientos. Jamás creí que a estas alturas tendría que luchar por la democracia, porque creía que todos habíamos aprendido que el hecho de que todos opinemos y decidamos, y que los estados estén supeditados a los intereses de los ciudadanos, es la clave de todos y cada uno de los procesos en la historia.
Sin embargo, los bancos se reúnen, Merkel y Sarkozy, ya hace tiempo que han renunciado hasta al esfuerzo de disimular, mientras los Bancos Centrales toman toda una serie de decisiones que nos llevan al desastre, sin responder absolutamente de nada y sin que nadie parezca pedirles ni tan siquiera la mínima explicación.
Esta semana incluso he visto un artículo de opinión en “el economista”, donde J.R. Pin Arboledas, directamente apela a las ventajas de una dictadura, (sin mencionar la palabra), que según parece en un caso en la época romana solucionó el problema y no evitó el poder del pueblo que acabó juzgando al dictador. Por supuesto, no hace falta irse tan atrás como para encontrar juicios a dictadores, después de las dictaduras. Y no es difícil porque de hecho es un clásico. Resulta que los dictadores alcanzan determinado poder, porque a veces tomar decisiones que la mayoría no quiere, no es bueno para las minorías. Desde luego la democracia obliga a convencer y a pensar en todos los aspectos y las dictaduras son desde luego mucho más efectivas.
Es algo que he defendido varias veces, la propia existencia de reglas, normas, leyes y protecciones de los ciudadanos, se basa en que existen intereses para saltárselas. Nadie prohibiría robar si no fuese porque existe un interés en robar. Esto es lo que se ha olvidado, hasta el punto de que directamente se opina a favor de las dictaduras sin que se piense en lo que ha ocurrido siempre.
Es muy difícil asumir que estamos en una situación en la que debemos luchar por la democracia, pero la situación es la que es. Sigo pidiendo ideas, pero mientras tanto, me gustaría pedir que mañana se acudiese a la concentración que en varias ciudades vamos a tener en referencia al 15-O.
Nos va a tocar hacer lo que podamos. Es la única salida.