Hoy por tanto, llueve sobre inundado, como decíamos en aquel artículo premonitorio titulado Show me the Money en pleno Octubre de 2008 que os recomiendo vívamente releer. Pero en dicho artículo hablábamos de la incapacidad del sistema financiero para sobrevivir sin la ayuda de los Estados y de la tendencia de las inestabilidades a buscar el reequilibrio. Y en cambio ahora ya hablamos de la incapacidad de los Estados para sobrevivir sin la ayuda de los bancos centrales. Llegados a este punto, como decía el chiste del genial Eugenio, "...sí, sí, pero ¿hay alguien más...?" ...con una verdadera solución para salvarnos del desastre?. Es decir, la intervención a la desesperada de los bancos centrales nos son más que la constatación, mediante la creación infinita de liquidez y destrucción infinita de riqueza, de nuestra incapacidad para enjuagar una deuda impagable y casi global. Y no hay más cera que la que arde.
(Genial escena de la película Jerry Maguire... jamás he visto un surrealismo tan real)
En este escenario escalofriante tenemos, como decíamos, muchos y graves desequilibrios que tenderán a la estabilidad. Quizá uno de los más letales sea la unión monetaria europea. El banco central, en este caso el BCE, deberá elegir entre huír hacia delante generando liquidez (quantitative easing, inflacionando o el eufemismo que queramos aplicar a la generación de dinero de la nada) hasta el infinito y más allá; o bien dejar caer a los quebrados para que esa amputación no gangrene a los que tienen aún ciertas posibilidades de sobrevivir. Pero lo malo es que a pesar de que se produzcan estos defaults (reestructuración de deuda, renegociación o el eufemismo que queramos aplicar a la quiebra estatal), quizá arrastren consigo a los acreedores a los que aparentemente se pretende salvar con dichas amputaciones. No sabemos hasta donde se tumbarán las piezas del dominó de la solvencia sin generar más dinero, porque la deuda es gigantesca, pero lo que parece claro es que del dominó de la recuperación económica caerá hasta la última ficha. La banca española ha tenido que aumentar ya un 50% el calibre de su tetina en el último año para chupar del BCE la liquidez suficiente que necesita para seguir maquillando su quiebra técnica. Y es que la banca internacional ya no nos presta ni un euro. Pero lo más dramático es que a mamá Europa no sólo se le está acabando la paciencia sino también la solvencia, a base de cambiar euros recién imprimidos por deuda soberana e hipotecaria que jamás cobrará.
La química inestable de la molécula económica (Abril 2008)
Más información en http://twitter.com/ClusterFO
También puedes unirte a nuestra red social en Facebook y a nuestra red profesional en LinkedIn