Comprar una vivienda se considera un momento clave en la vida de las personas, solteras, pareja o casadas. Sin embargo, el panorama económico de los últimos años hace que ese paso sea cada vez más complicado. Con los precios inmobiliarios por las nubes, los salarios estancados, la inflación en aumento y una crisis del poder adquisitivo, a nadie le puede extrañar que los jóvenes tiendan a comprar una vivienda un 30% menos que sus padres.
Por eso, los jóvenes se ven obligados a irse al alquiler de una casa, compartir casa, o alquilar una habitación, opciones que tampoco son fáciles debido al aumento de los precios para el alquiler.
Si vamos viendo la evolución de la vivienda en propiedad, vemos como lleva 6 años en continuo descenso. Actualmente, el 47,9% de los jóvenes adultos poseen una vivienda, en contraste con el 77,8% que se daba en los años 60. Como consecuencia, las personas adultas de entre 35 y 45 años tienden a alquilar el triple que hace 20 años.
¿Por qué sucede esto?
Las personas que nacieron en los años 60 se encontraron un mercado inmobiliario con unos precios que estaban cíclicamente bajos y los salarios altos en términos relativos, mientras que quienes nacieron en la década de los 80 han tenido que vivir como los precios crecían cada vez más hasta el estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera del año 2008.
Contestando a la pregunta del artículo, encontramos los siguientes datos:
*Desde EEUU, el 74% de los estadounidenses considera que poder comprar una vivienda es un aspecto fundamental del famoso «sueño americano», pero resulta que casi el 75% de los jóvenes afirman que la vivienda en propiedad les resulta imposible.
*Desde Reino Unido, el 73% de los británicos piensa que poder tener una vivienda en propiedad les ayudaría a tener una vida plena, pero se estima que un 33% de los jóvenes británicos tendrán imposible cumplir con esa idea.
*Desde Bélgica encontramos que el 66% de los belgas en edad entre 21 y 35 años que no tiene casa, afirman que comprar una propiedad es imposible tal y como están las cosas en el país, y de ese porcentaje un 10% cree que nunca podrá comprar la vivienda.
La situación económica de los jóvenes es:
Comenzando desde los años 60 en adelante, el precio medio de una vivienda ha aumentado de forma gradual en comparación con los ingresos promedio de los trabajadores, unido al estancamiento general de los salarios, la crisis del 2008 y 2020, hace que los jóvenes tengan un 35% menos de riqueza que generaciones anteriores. Si encima añadimos la subida de la inflación y que la inmensa mayoría de los jóvenes prefieren vivir en zonas metropolitanas demandadas, que a su vez resultan más caras, podemos ver claramente que la juventud se enfrenta a muchas barreras para poder comprar una vivienda.
Por eso, para poder dar los pasos necesarios para facilitar que los jóvenes puedan comprarse una casa, es fundamental establecer una planificación financiera que ayude establecer el objetivo de compra de la casa como una parte fundamental de esa planificación.
En este caso es pensar en cómo mejorar el ingreso y cómo reducir los gastos para que la tasa de ahorro pueda mejorar. La otra es determinar en cuántos años va a tardar en tener el 20/30% que pide el banco de entrada para la hipoteca.
En este caso, buscar una inversión y un producto financiero que se adecue a esa temporalidad es esencial para que pueda dar la rentabilidad óptima que ayude a conseguir la entrada, lo lógico sería entre 3 y 5 años.
Como última reflexión, hoy en día tener los servicios de un planificador y asesor financiero que pueda ayudar en estas cuestiones, ayudando todos los meses de forma individual y personal, no tiene un coste muy alto y los beneficios a largo plazo son importantes.