Las pensiones han hecho (y harán) correr ríos de tinta sobre su sostenibilidad, la necesidad de complementarlas privadamente y temas relacionados. Es un tema recurrente y preocupante ya que de él depende la seguridad financiera en los años finales de nuestras vidas. Este artículo analiza la posibilidad de financiar una pensión al 100% con ahorro y las implicaciones que ello tiene.
La regla del 4%.
Hay una regla no exacta (no garantizada) que dice que un capital bien invertido es capaz de proporcionar, sin deteriorarse, rentas de en torno al 4% anual de su valor. Dos cosas importantes: la regla no es una garantía, es una aproximación muy buena, pero su validez depende de los retornos obtenidos. En segundo lugar lo de “sin deteriorarse” significa que mantiene su valor de compra.
No es el objetivo de este artículo analizar al detalle la validez de la regla ni meterse en detalles técnicos. Creo que es más útil tomar la regla por cierta y ver qué implicaciones tiene. Ya digo que es una muy buena aproximación y como tal es útil. Es mejor estar aproximadamente en lo cierto que equivocarse con total exactitud.
Como financiar su pensión con ahorro.
Usando la regla del 4%, la siguiente lista muestra el capital que usted debe tener acumulado en el momento de jubilarse para sostener indefinidamente la pensión que desee:
- Pensión de 500 al mes, capital de 150.000.
- Para 750 al mes, 225.000.
- Para 1.000, 300.000.
- Para 1.500, 450.000.
- Para 2.000, 600.000.
O dicho de otro modo, para cada 250 unidades monetarias al mes se necesita un capital de 75.000. No incluyo la moneda ya que con la pensión y el capital en la misma unidad (Euros, Dólares, Libras) las cifras anteriores funcionan. Un punto importante es que las pensiones mencionadas son brutas, es decir, usted tendrá que pagar los impuestos de plusvalías y/o renta que correspondan.
Punto importante a tener en cuenta. El capital se conserva en nivel adquisitivo y la pensión debe también hacerlo, luego ha de aumentarse con la inflación que corresponda. Si todo va bien ese capital pasará a sus herederos, los cuales tendrán resuelta (dependiendo del número) una buena parte del problema de su pensión.
Surge la pregunta: ¿y si no quiero dejar nada a mis herederos? Buena pregunta. En el caso ideal usted quiere ir usando los rendimientos y quizás parte del capital de modo que el último céntimo se agota el día antes de su fallecimiento. Esto tiene dos problemas, el primero es no saber qué día se va usted a morir, y el segundo es que la diferencia entre conservar el capital y erosionarlo es bastante pequeña. Por prudencia dado que la regla del 4% no es exacta es preferible no exceder ese límite.
Como reunir el capital necesario.
A estas alturas ya sabemos cuánto debemos juntar para tener la pensión que deseamos. El asunto ahora es tener una idea, aunque sea también aproximada, de lo que hay que ahorrar para conseguir ese objetivo.
La tabla más abajo muestra el capital acumulado invirtiendo 100 unidades monetarias al mes durante el tiempo que le quede al ahorrador para llegar a los 65 años (edad supuesta de jubilación). Tanto las 100 unidades monetarias como el capital se suponen a valor adquisitivo de hoy, es decir, aumentarán con la inflación. En particular es importantísimo aumentar el ahorro mensual con la inflación.
El rendimiento de las inversiones es lógicamente incierto y la suposición que se haga deberá basarse en los resultados que se vayan obteniendo en plazos razonablemente largos. Si la inversión no está rindiendo lo necesario habrá que aumentar la cuota de ahorro, pero no se preocupe si no llega a esas cuotas de rentabilidad durante uno, dos o tres años. Incluso teniendo pérdidas. Que las bolsas (principal inversión en principio) bajen durante su fase de ahorro es bueno, ya que usted compra acciones hoy muy baratas con su ahorro periódico. Pero eso sería motivo para otro artículo…
Tabla adaptada del libro de W. Bernstein, Los Cuatro Pilares de la Inversión.
Ejemplo.
Nada como un ejemplo para entender todo lo anterior.
Persona de 40 años que se quiere jubilar con 65. Tiene ahorros que destina a la jubilación de 100 mil Euros y le gustaría cobrar una pensión bruta de 1.250 Euros mensuales.
Bien, por cada 250 Euros mensuales de pensión se necesitan 75.000 de capital, con lo cual este futuro pensionista va a necesitar un “bote” de 375.000 Euros (5 x 75 mil). Como tiene ahorrados 100 mil, esta persona tiene que ahorrar en los próximos 25 años la friolera de 275.000 Euros.
Vamos a suponer que este ciudadano es capaz de rentabilizar su ahorro al 6%. De la tabla de Bernstein por la columna del 6% a edad 40 años se ve que por cada 100 Euros mensuales de ahorro va a obtener 67.629. Como necesita 275.000, dividiendo entre 67.629 obtenemos un cociente de 4, lo cual quiere decir que va a necesitar ahorrar al mes 4 x 100 = 400 Euros.
Para ver la inmensa importancia del ahorro a edad temprana, veamos que hubiese sucedido si nuestro personaje ejemplo no tuviese nada ahorrado, pero comenzase a los 25 años. También al 6% de rentabilidad:
375.000 Euros necesarios, con el 6% y edad 25, salen 190.768 por cada ahorro de 100 Euros/mes. 375.000 / 190.768 = 1.97, casi 2, luego el ahorro mensual necesario es de 200 Euros.
Nada nuevo bajo el sol. Cuanto más joven comience mejor. Nuestro segundo ejemplo, aun sin tener nada ahorrado (el primero ya tiene 100 mil) obtiene la misma pensión ahorrando la mitad.
Los casos extremos son dramáticos. Nuestro primer ejemplo con edad 55 años necesitaría ahorrar al mes ¡unos 1.700 Euros! La mayoría de gente que conozco no puede permitirse este nivel de privación, con lo cual está completamente a merced del sistema público de pensiones.
Pensiones públicas.
Lo cual nos lleva al eterno debate de las pensiones públicas. Éstas se pagan en cada momento con los impuestos por seguridad social que el estado ingresa en ese momento. No exactamente, sino que en épocas buenas se acumula dinero (la famosa hucha) que inevitablemente se gasta en los momentos malos. Tras la crisis económica, con los salarios en retroceso y una pirámide de población tendente a envejecer el sistema parece de difícil sostenibilidad.
Pero nosotros a lo nuestro, ¿qué acciones son prudentes a efectos prácticos? A mí me parece que financiar nuestra propia pensión es una buena idea. Si el estado aporta algo más pues excelente. Si no pues estamos a salvo. O sea, la prudencia dicta que es mejor no contar con que nos darán una pensión pública. Con independencia de ideas políticas y los ruidos de los medios de comunicación.
Sobre la sostenibilidad hagamos un cálculo. Imaginemos que el estado pagase las pensiones con capital invertido y la regla del 4%. ¿Cuánto capital se necesitaría para pagar las pensiones de hoy?
En 2016 el estado español se gastó en pensiones 135.448 millones de Euros. Según la regla del 4% eso requiere un capital de: ¡4.03 BILLONES DE EUROS! Es decir, cerca de 4 veces el PIB del país. En otras palabras, necesitamos ahorrar cuatro veces la producción nacional para sostener las pensiones de una forma prácticamente segura.
Ahora ya sabe usted por qué el tema pensiones es muy problemático. Cuanto antes empiece mejor.
Temas periféricos.
Por favor, si quiere ahorrar para su pensión… ¡No se haga un plan de pensiones! Sin casi excepciones los planes de pensiones disponibles son nefastos, de muy poca rentabilidad y con restricciones a la hora de acceder a su dinero. Es preferible invertir en una buena selección de fondos, sobre todo de bolsa, con costes muy bajos y que esté bien diversificada.
Ahorrando para su pensión, ya que el estado no lo hace, está usted financiando empresas y por lo tanto ayudando a crear los empleos que necesitan sus hijos y sus nietos. Los cuales también deben empezar a ahorrar cuanto antes. El capitalismo le ayuda a cubrir sus necesidades, hace crecer sus ahorros, disminuye la pobreza y ayuda al progreso de la humanidad.
Espero que os haya gustado este artículo. Me disculpo por no haber sido más breve.