Queridos Argonautas:
El 16 de Diciembre de 2010 inició su camino el fondo anterior con un valor liquidativo de 10€ por participación. A 30 de Noviembre de 2018 representaba una ganancia del +38,23% sobre el valor inicial y desde el 1 de Diciembre de 2018 hemos continuado la ruta en el fondo ESFERA I ARCA GLOBAL A (en adelante “Argos”). A 31 de Julio el valor liquidativo- histórico- es de 14,243848€ (o, en liquidativo del ARCA: 102,634934€) lo que deja la rentabilidad histórica en +42,44% y en lo que va de año en +5,53%. El mes de Julio ha sido negativo- con sus vaivenes- tanto para los mercados como para el Argos, aunque en nuestro caso el comportamiento ha sido casi inexistente y, por ello, mejor que el del mercado. Al igual que en otras ocasiones los movimientos a corto plazo sólo sirven de distracción. La situación sigue complicada y por ello seguimos concentrados en el margen de seguridad y lo que os pueda insistir en la disciplina inversora sigue siendo fundamental.
La siguiente tabla compara el valor liquidativo del Argos con los principales índices:
Si hacemos la comparación viéndola en euros, tenemos que 100.000 euros invertidos en los índices o en Argos serían a esa misma fecha:
Los datos de los índices están ajustados por dividendos y splits. Los datos de Argos Arca Global A son después de comisiones y gastos. Datos no auditados. Fuente www.finance.yahoo.com y www.bolsasymercados.es
COMENTARIO GENERAL
Regularmente os digo que ignoréis el informe mensual, y quiero usar esta oportunidad para reiterarlo. Seguir la evolución en ese periodo tan corto de tiempo sólo lleva a emociones innecesarias y aumentadas. Más recientemente, por ejemplo, subimos un 7.2% en Junio tras haber caído un 7.7% en Mayo. Si seguís vuestra posición tan de cerca, puedes terminar dándole algún significado a esas cifras. Eso sería un error. Nada significativo que afectase el comportamiento a largo plazo de nuestras compañías ocurrió durante esos dos meses.
Para mejor ilustrar la insignificancia de esas cifras mensuales, el fondo ha existido durante 87 meses. Se ha movido arriba o abajo por al menos un 5% en 34 de esos meses. Eso significa que un movimiento significativo ha ocurrido casi el 40% del tiempo. Sólo en un puñado de esos meses ocurrió algo suficientemente significativo en el negocio de nuestras empresas como para tomar una decisión de compra o venta.
[….] Mi opinión es improbable que cambie (respecto a una empresa, nota mía) basado en una noticia o en algún tema operativo de corto plazo.”
Steven Kiel- Arquitos Investor Letter- Q2, 2019, pág. 4
La armadura que lleva el inversor promedio premilenio es una idea- la creencia de que, en el largo plazo, ningún daño real puede suceder al poseedor de una cartera diversificada de acciones. O mejor, debería decir, ningún poseedor diversificado de acciones americanas en este ciclo. Mucho daño ha ocurrido últimamente a inversores en acciones de largo plazo fuera de Estados Unidos y, en casa y fuera, en eras anteriores a ésta. La teoría de que las acciones triunfan en el largo plazo, independientemente de cómo estén valoradas en el momento en que uno las compra, se ha convertido en un evangelio laico. Variaciones sobre el tema de que este es el reino del cielo se ofrecen diariamente en la página editorial del The Wall Street Journal. Sin embargo, me parece, no es la teoría en sí misma la que masas de inversores encuentran persuasiva; es la experiencia de la inversión rentable la que inspira a los teóricos: Los casi inigualables, aparentemente incondicionales retornos del S&P.
James Grant- Mr. Market Miscalculates, pág. 38 (escribió este artículo el 26-3-1999)
Es ocasionalmente posible para una tortuga, feliz de asimilar las probadas ideas de sus mejores predecesores, el vencer a las liebres que buscan la originalidad o no desean quedarse fuera de la última moda popular que ignora lo mejor del pasado. Esto sucede mientras la tortuga tropieza de alguna forma efectiva de aplicar los mejores trabajos previos, o simplemente evita calamidades normales. Intentamos beneficiarnos de siempre recordar lo obvio en vez de intentar alcanzar lo esotérico. Es remarcable cuanta ventaja a largo plazo gente como nosotros ha tenido por intentar ser no consistentemente estúpidos, en vez de intentar ser muy inteligentes.
Charlie Munger- Poor´s Charlie Almanack, pág. 101
Y sí, la libre empresa en su culmen ha sido la savia de una economía en crecimiento- la senda para innovar y trabajar duro con el objetivo de lograr una vida mejor es lo que construyó a los Estados Unidos en un lugar donde, hace medio siglo, prácticamente cualquiera podría tener éxito y disfrutar beneficios crecientes gracias a su propio esfuerzo.
Esa esperanza ha sido básicamente extinguida, aunque no porque el sistema del capitalismo de libre empresa sea inherentemente autodestructivo. La oportunidad ha desaparecido porque el sistema de capitalismo de libre mercado ha sido secuestrado. En su día, nuestras más exitosas compañías sentían una lealtad hacia una variedad de interesados en ellas- empleados, clientes, la misma empresa, comunidades y la nación. Al operar con un imperativo de fortalecer todos estos lazos, nuestro sistema brilló desde finales de los años 40 hasta los 70, donde América se organizó a sí misma como la mayor máquina de prosperidad en la historia del mundo. A finales de los 70, todo comenzó a cambiar. Estrechamos nuestra visión y comenzamos a fijarnos solamente en recompensar a los accionistas [se refiere a sólo a los accionistas, olvidándose de los demás intereses relacionados con la empresa, nota mía].
Peter Georgescu- Capitalists Arise!, pág. 12-13
En la sección “Varios”, tenéis la comparativa frente a los índices desde que hemos cambiado de navío, aunque seguiré dando más importancia al histórico de largo plazo.
Ocho meses han pasado ya desde el cambio de navío, al que informalmente seguimos llamando Argos porque seguimos siendo los mismos argonautas de siempre y algunos nuevos que os habéis incorporado recientemente, además de otros que, como yo, habéis seguido aportando más durante el mes. En este mes de Julio, como sabéis los argonautas de quienes tengo vuestros datos (aquellos que leáis esta Carta y no estéis en contacto conmigo, no lo dudéis… poneros en contacto conmigo lo antes posible) los mercados han caído, aunque el S&P500 ha sido el único realmente alcista, y nosotros básicamente nos hemos mantenido. Este mejor comportamiento, lógicamente, favorece la comparativa frente al índice (siempre con dividendos brutos) a favor del Argos desde que comenzamos a invertir hace más de ocho años, pero como dice la cita inicial de Steven Kiel, no os fijéis o no le deis más importancia a estas variaciones del corto plazo porque, realmente, no significan nada.
Ya que estamos en Verano, tiempo para dejar volar nuestra imaginación – hasta que nos encontramos de golpe con el mundo real- quisiera llamar vuestra atención a la cita que os he puesto de James Grant. Grant es el editor del famosísimo y muy reputado Grant´s Interest Rate Observer o también conocido como GIRO. Desde hace varias décadas ha venido dando al mundo de la inversión o más general, de economía y finanzas, su visión sobre Wall Street y los mercados. Se ha ganado su reputación no sólo por los resultados posteriores sino, especialmente, por la ingente cantidad de conocimiento que aporta en sus comentarios y reflexiones. Lamentablemente no puedo acceder a su servicio de pago- es imposible para mí- pero, de cuando en cuando hay formas de disfrutar de su sabiduría y experiencia. Unas veces mediante entrevistas o extractos de sus escritos, otras, como ahora, a través de sus libros. Este en concreto es de hace varios años y recopila algunos artículos, como este de 1999, en Marzo. Un año después el mercado bursátil, llevado en volandas por las compañías tecnológicas y la burbuja puntocom tocó su máximo- Nasdaq- y luego se desplomó.
Pese a ser unas reflexiones de Marzo de 1999, creo que siguen siendo pertinentes en estos momentos. En líneas generales, intento con estas Cartas mensuales recordaros o haceros reflexionar no sobre algo que haya pasado en el mes pasado… eso son tonterías y terminaríamos pensando como traders y creyendo que el largo plazo es como la vida de la mosca de la fruta… de tan sólo un par de semanas. No es ésa la intención, desde luego, sino manteneros firmes en la convicción de que nuestro objetivo se encuentra en el largo plazo- que se mide en años, en general más de siete y yo recomendaría al menos pensar en diez-, porque en el camino sufriremos subidas y bajadas por las circunstancias más peregrinas y hemos de manejar el timón con firmeza para no salirnos de la ruta.
En ocasiones veremos resultados mucho antes- como nos ha pasado, por ejemplo- pero dado que la idea es ir incrementando el patrimonio en el largo plazo, nuestra vista debe estar centrada en el horizonte y no en las olas que rompen contra la quilla en este mes o trimestre. Además, siempre he pensado que más que saber qué empresa está comprando tal o cual gurú de la inversión, resulta más interesante el fijar nuestra atención en las verdades y conceptos atemporales- imperecederos si usamos un ejemplo de Tolkien-, ya que ellos, y no tal acción determinada, nos permitirá navegar todas las aguas y superar todas las olas. Recordad, por tanto, que el Argos, nuestro navío, está construido- quizás no por elfos que no he logrado encontrar al Maestro Círdan o los Teleri (los amantes de la mitología de Tolkien entenderéis la referencia al maestro constructor de barcos)- para soportar todas las adversidades y tormentas.
Hace un par de días estuve, aquí en Benidorm, en la sede de Link Securities (gracias a Rodolfo y su padre Poli, y a Míchel que nos unió a unos pocos amigos para charlar- luego os adjunto el enlace aunque Míchel me dice que, pese a haberlo intentado, el audio no funciona especialmente bien. De todas formas el rato fue estupendo, la charla amigable y la intención, Míchel, vale por todo) y estuvimos comentando la importancia del “no perder”; ya sabéis, aquello de la primera regla de la inversión: no perder y la segunda: no olvidarnos de la primera, ya que nunca sabremos cuándo ha de venir una situación en la que necesitemos echar mano de capital para poder aprovechar la situación. Hoy, precisamente, me han pasado la noticia de que Berkshire Hathaway está en liquidez máxima histórica (122.000 millones de dólares), que no por ello representa que Buffett esté temiendo una hecatombe, sino simplemente que no está encontrando lo que quiere al precio que le convenza. En nuestro caso, por supuesto, no nos acercamos a esa situación ni por asomo, pero contamos como desde hace unos meses con casi un 28% en liquidez.
El problema, como indica Grant, es que a veces nos vemos involucrado en situaciones donde parece que no puede pasar nada distinto del “seguir subiendo” y los inversores, que son como son- a veces un poco cabralocas- sienten la sensación, como las entidades financieras, de seguir bailando mientras dura la música. Su problema es que la música no avisa de que va a acabar en cinco minutos… acaba y acaba. Ella es muy suya. Esta “experiencia persuasiva” de que, de momento, no hay más que subidas en los mercados y que además… ¿en qué otro lugar se puede poner el dinero?, termina generando muchos problemas a la larga, porque más tarde o más temprano- que nunca he perdido el tiempo pensando en cuándo- la realidad se dará de bruces con los sueños actuales y la música parará y luego vendrán las lamentaciones. Recordad, como dice Buffett, que Noé no comenzó a construir el Arca (curiosa coincidencia) cuando empezaron a caer las primeras gotas, al revés. Empezó mucho antes y durante ese tiempo todos sus vecinos le criticaron y se rieron de él. Pero al final su prudencia se vio reivindicada.
Como indica Grant parece que volvemos a vivir situaciones peligrosas donde el inversor olvida la prudencia y en vez de sentir el temor a perder dinero, siente temor a perderse la subida mientras dura. En nuestro caso y como os he comentado desde el inicio del Argos cuando los mercados caían, prefiero, como Jean-Marie Eveillard, perder la mitad de mis clientes que la mitad del dinero de mis clientes. Obviamente, dicha frase es una buena declaración de objetivos pero no siempre se puede garantizar; podremos intentar que eso se cumpla, pero no hay forma humana de saber si lo lograremos porque el futuro depara grandes sorpresas, unas agradables y otras … bastante más feas. Pero el objetivo es el mismo, tratar de proteger el patrimonio que nos habéis confiado, hablaros siempre con total transparencia y honradez y olvidarnos si, en un año en concreto, las cosas no salen tan bien como el mercado u otros inversores están obteniendo (sí… incluso el típico cuñado que siempre gana en cada una de las operaciones… ese ser que no puede demostrarlo, pero que nos lo dice continuamente en cada ocasión). Para que os hagáis una idea, el mismo Steven Kiel quien lleva una rentabilidad promedio asombrosa del 19.7% (neto de comisiones) pero, en este año, tan sólo lleva una rentabilidad del 0.1% desde Enero. No es idiota, sabe muy bien lo que hace y lo ha demostrado- con él coincidimos en BostonOmaha- pero nadie, repito: nadie, puede controlar la evolución a corto plazo o cómo el mercado opina sobre nuestra cartera.
Y eso, en sí, no es malo pues nos permite aprovechar para adquirir empresas que si sólo subieran no podríamos incorporarlas en la cartera si su margen de seguridad se va diluyendo.
Como Munger y su ejemplo de la tortuga y la liebre, preferimos también concentrarnos en aquellas situaciones que podemos conocer y comprender y olvidarnos de las más impresionantes modas del momento. No es una crítica a quien invierta en este tipo de empresas, pues los hay que lo hacen muy bien (y alguno es amigo mío), pero como Munger prefiero tratar de no ser demasiado estúpido que de intentar ser demasiado listo. Por si acaso la cabeza no me da para tanto, prefiero pecar de prudente… pues es vuestro patrimonio el que está en juego (y mi familia también, como argonautas). Otros se sienten cómodos nadando entre tiburones y son capaces de salir con bien de ello, quizás porque son expertos en escualos y son capaces de distinguir al tiburón toro del tiburón nodriza y saben que uno es peligroso y el otro bastante pacífico (aunque ambos con una cara de mala idea que tira para atrás). Dado que yo no soy experto en ese tipo de “escualos”, prefiero nadar rodeado de delfines, que además sonríen y quizás alguna que otra tortuga marina: fea, pero fácil de cazar. Los delfines serían las empresas estupendas que queremos tener mucho tiempo y las tortugas las empresas mediocres o en dificultades, por si alguien se ha perdido con tanta fauna marina… ¡ni que fuera Jacques-Yves Cousteau!
Es imposible, por tanto, saber de antemano qué humor tendrá el mercado en unos meses, pero sin embargo sí puedo sentirme confiado respecto a las empresas que tenemos en cartera y saber que no estamos haciendo demasiado el imbécil. Algunas de ellas el mercado nos está dando la enhorabuena ya en este año, pero no podemos pensar que será así siempre o que nos dirá siempre que nuestras empresas no valen más de lo que cuestan. Tardará más o menos, algunas nos demostrará que metimos la pata, en otras- la mayoría- demostraremos que los que teníamos razón éramos nosotros. Como comentaba en esta charla en Benidorm, necesitas un punto de soberbia (aunque yo lo llamaría más bien “convicción”) y dos de humildad. Saber que, tras haber analizado la empresa en cuestión, tenemos muchas probabilidades de tener razón, pero pese a todo quizás, en más de una, metamos la pata hasta el fondo. De ahí que sea necesaria la paciencia y la humildad, dos buenas virtudes que hoy casi parece que no se estilan suficientemente.
En realidad, centrarnos en seguir el consejo de Munger de dedicarnos a las cosas aburridas, pero que sabemos que son baratas y que con el paso del tiempo, además, crecerán e incrementarán su valor, no es algo complejo. Pero no es sencillo de llevar adelante. No porque se necesiten equipos de analistas, informáticos, tecnológicos y algún que otro tarotista al uso, sino por la mera y simple cuestión del carácter del Hombre. Todos los modelos económicos parten de la base de que el ser humano es un ser racional… el problema es que el irracional, que suele aparecer más veces de la cuenta, también es otro ser humano… y muchas veces somos el mismo. Ese carácter es lo que cambia todo y lo vuelve como de la noche al día.
Buffett y Munger y otros muchos inversores value recalcan una y otra vez la importancia de una serie de valores, arraigados en la tradicional cultura del medio Oeste americano de los años 50 (y para nosotros, el equivalente vendría a ser los años 60, por ejemplo), no en el sentido de que todo fuera como la seda entonces o que no hubiera situaciones injustas (se me ocurre, por ejemplo el papel de la mujer en la sociedad, el racismo, etc), pero que, bien entendidos, son valores eternos y los podemos encontrar desde Aristóteles y Cicerón- a quien Munger tanto aprecia- como, personificándolo en un actor del Hollywood clásico, en John Wayne. Ese recordarnos continuamente que la inversión no debe olvidarse de ciertos valores, ese recordarnos que es mejor practicar la prudencia de no soñar omnipotencias, sino conformarnos con las cosas sencillas, ese intentar no ser consistentemente estúpidos en vez de intentar ser espectacularmente listo… todo eso puede resumirse en el poema del escritor y poeta victoria Rudyard Kipling: “If”
Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud. O caminar junto a reyes sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte. Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado. Si puedes llenar el implacable minuto, con sesenta segundos de diligente labor.
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, y- lo que es más-: ¡serás un Hombre, hijo mío!
Son las últimas líneas del poema, que merece la pena leerse entero, porque al final- quizás con pequeñas puntualizaciones si acaso- nos habla, a nosotros, a los lectores de la época victoriana y a todos los Hombres de las verdades imperecederas. El carácter del Hombre es lo más difícil de controlar y dominar, muchas veces sabemos lo que hemos de hacer y aún así somos incapaces de “hacer el Bien que quiero en vez del Mal que aborrezco” (o algo así decía San Pablo, creo). Los inversores no son extraterrestres ni robots, son personas que, siendo generalmente bastante razonables y racionales, en ocasiones su propia razón les da el peor consejo y actuamos de forma irracional. Graham decía lo mismo advirtiendo que el principal enemigo del inversor es él mismo… pensando, desde luego en su carácter. Hemos tenido una década de estupendas rentabilidades en los mercados americanos que, de una forma u otra, han arrastrado más o menos a los demás. Hagamos caso de Grant y de Munger, recordemos que no siempre será así y que es mejor no ser estúpidos que parecerlo… como indica Steven Kiel, lo que ha de importarnos no son los movimientos a corto plazo de nuestras empresas o nuestra cartera, sino el largo plazo… y ahí, la importancia de controlar nuestros impulsos cuando todo a nuestro alrededor esté cayendo (que no se cuándo será), la importancia de dominar nuestro carácter y centrarnos en no ser estúpidos en nuestra forma de actuar será crucial.
El Argos seguirá navegando, vengan las aguas que vengan.
Algunas Operaciones
Este mes hemos realizado alguna operación, en concreto y como sabéis los argonautas de quienes tengo los datos (recordad aquellos que no estáis en contacto conmigo, que sería conveniente que lo hicierais… ¡no muerdo!), incorporamos una empresa que ya tuvimos en su día en el viejo Argos, en concreto: BERGBAHNEN ENGELBERG--TRÜBSEE--TITLIS AG,, para llos amiigos BETT o TITLIS..
Entiendo que todos más o menos recordáis esta empresa, la dueña del resort-estación de esquí en un glaciar alpino en Suiza, que habíamos adquirido en Abril de 2016 a un precio superior al actual; las habíamos vendido con ganancia- más los dividendos de esos años- en el cambio de gestora del año pasado y, casualmente, ahora se encuentran cotizando aproximadamente un 30% por debajo del precio al que vendimos.
Como podéis observar en la próxima gráfica, mientras podemos pensar que la tasa de ocupación de una estación/resort de esquí debería concentrarse sus máximos en la temporada de invierno, en este caso, gracias al esfuerzo inversor de los últimos años, no es así sino que el número de visitantes es significativamente mayor durante los meses de verano.
Mientras la evolución del negocio se está moviendo de forma estable, pero incrementando su valor en el largo plazo, las cuentas de la empresa- un motivo por el que la cotización ha recortado permitiéndonos comprar a mejor precio al que entramos en la primera ocasión- no aparentan tener buena cara: Por un lado el resultado contable oficial resulta negativo, pero es debido (como podéis ver por el epígrafe Vermarktungsaufwand que significa inversión en márketing y publicidad) a los costes para potenciar el negocio y atraer clientes. Hasta ese momento, el epígrafe anterior es el referente a Margen Bruto, muestra una solidez más que aceptable en el negocio… un 41.9% de margen bruto sobre ventas.
Ese sólo epígrafe- que mientras perjudica el resultado contable anual, está incrementando el valor intrínseco de la compañía y su sostenibilidad en el largo plazo- es lo que termina llevando la cifra de beneficio neto a territorio negativo. No es preocupante. Si el margen bruto fuera realmente estrecho entonces sí tendría problemas (y no hubiéramos invertido en ella).
Algo parecido pasa cuando miramos el balance, la estructura aparece como muy endeudada, pero no es tal. La inmensa mayoría de la “deuda” es a corto plazo (lo que en otra situación sería una señal de debilidad tremenda), pero aquí vemos que se refiere- debido al cierre contable- a ingresos diferidos y que esta “deuda” se compensa casi el 70% simplemente con el dinero en efectivo… lo que lleva la imagen real de la empresa a tener una cara más bonita de la que parece a primera vista.
En cualquier caso, a lo largo de los años que han pasado desde nuestra primera inversión, la empresa ha ido incrementando su valor intrínseco, poco a poco y de forma estable, mientras el mercado no reconoce el valor real de la empresa. Como les comentaba hace unos días en la charla en Benidorm, lo principal de una empresa es que su negocio sea realmente potente… y hay varias formas de verlo; en este caso, basta con bucear un poquito en las cuentas de la empresa para entender que, gracias al potente margen bruto que obtiene con sus operaciones- algo normal ya que no hay muchos glaciares en muchos kilómetros a la redonda o que estén tan bien comunicados- permite esperar mientras la empresa va construyendo un sólido foso a su alrededor (como bien sabe mi amigo Emérito, por cierto). Mientras esperamos unos años hasta que el mercado se tome su tiempo para entender la bondad de esta empresa enclavada en un entorno tan singular que vienen miles de visitantes, en invierno o en verano, para disfrutar de ella desde todos los rincones del mundo.
Varios
El nivel de liquidez actual es el 27.67%. Contamos con unos 170 argonautas de toda España y subiendo y unos 6.565.000 euros bajo gestión.
En este mes han entrado un par de nuevos argonautas, pero quiero que os unáis a mí en darle la bienvenida a una nueva argonauta- gracias Jaime por avisarme… ¡que todo vaya bien!- pues está a puntito de nacer.
En la Carta anterior también os comentaba de dos pequeñas argonautas que habían nacido extremadamente prematuras, la primera ya estaba en casa… ¡ahora la segunda, la pequeña Irene ya está también con su hermanita y felices padres en casita! Gracias a todos por vuestros ánimos… seguro que han ayudado a los médicos a ayudarla en este primer mes.
En este mes, también, y como sabéis algunos de vosotros, he conseguido terminar el tercer libro que, espero pueda estar en las librerías antes de final de año… pero os iré avisando. Al final, aquellas reflexiones sobre mi decepción con la parte de la filosofía político/moral de los austrolibertarios ha concluido en forma de libro. He aprendido mucho durante el tiempo de escribirlo y en especial me he quedado gratamente sorprendido por la sabiduría de nuestra Escuela de Salamanca en el Siglo de Oro (y luego dos y medio más de plata) y en especial ver cómo encajan los valores morales de los escolásticos salmantinos en el value investing más que los propuestos por los austrolibertarios. En el camino he recibido el ánimo y el apoyo de mucha gente- algunos incluso desconocidos- pero también de personas pertenecientes de una forma u otra a la Escuela Austríaca y que también ven con desagrado esa deriva libertaria.
El enlace para la charla de Benidorm, aunque el sonido no está en perfecto estado… cosas que pasan y que no son culpa de nadie, es el siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=dfjzChJjy3Q
El valor liquidativo de este Argos es equivalente a comprar un billete de cien euros por 63,62€, lo que supone adquirir las participaciones del Argos (recordad, oficialmente el ARCA GLOBAL A) con un significativo margen de seguridad. Por cierto, he preferido ajustar la rentabilidad al valor liquidativo anterior -para seguir con el histórico mío-, pero el valor liquidativo oficial del ARCA GLOBAL A es diferente como podéis comprobar al ver vuestra posición.
Para aquellos de vosotros que tenéis curiosidad en ver cómo nos estamos comportando desde que estamos en el fondo actual, la comparativa con los índices- y siempre con dividendos brutos reinvertidos, obviamente- es la siguiente:
Por cierto, algunos de vosotros me pedís información sobre cómo daros de alta en el nuevo fondo en Esfera Capital. Os incluyo aquí el enlace para que podáis daros de alta sin problemas:
https://www.esferacapital.es/NuevaCuenta/?AgentId=MIGUEL_DE_JUAN
Como siempre agradeceros nuevamente vuestra confianza y apoyo continuado.
Miguel de Juan Fernández ARGOS ARCA GLOBAL A
[email protected]