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Carta de Mayo 2024



Queridos Argonautas:

El 16 de Diciembre de 2010 inició su camino el fondo anterior con un valor liquidativo de 10€ por participación. A 30 de Noviembre de 2018 representaba una ganancia del +38,23% sobre el valor inicial y desde el 1 de Diciembre de 2018 hemos continuado la ruta en el fondo GESTION BOUTIQUE VI ARGOS (en adelante “Argos”). A 30 de Abril el valor liquidativo- histórico- es de 16,750084 (o, en liquidativo del GESTIÓN BOUTIQUE VI ARGOS: 121,244500€) lo que deja la rentabilidad histórica en +67,50% y en el año 2024 en +4,65%. El mes de Abril ha sido más positivo para los mercados que para el Argos, aunque ambos hemos tenido recortes en el mes (en el momento en que os escribo, sin embargo, ya hemos subido otro 2%, son las cosas de los movimientos de corto plazo). Tiempo al tiempo y paciencia, como en otras ocasiones. Al igual que en otras ocasiones los movimientos a corto plazo sólo sirven de distracción. La situación sigue siendo compleja y por ello seguimos concentrados en el margen de seguridad y lo que os pueda insistir en la disciplina inversora sigue siendo fundamental.

La siguiente tabla compara el valor liquidativo del Argos con los principales índices desde el inicio oficial, no el real, cuya comparativa figura en la tabla de la última página:

COMENTARIO GENERAL


“Sin embargo, el economicismo nos dice todo lo contrario: lo bueno para nosotros y para la sociedad es que pensemos sólo en nosotros mismos, que nos esforcemos para lograr todo lo que queremos. El camino para la prosperidad económica es que todos estemos preocupados solamente por lo nuestro, que tengamos un acusado afán de lucro y que dejemos de pensar en los demás para concentrarnos en nosotros mismos. Ser el centro de la existencia, cuidarse, pensar en uno mismo, intentar concentrarse en lo que uno es, en lo que uno quiere y en las propias aspiraciones, es el verdadero espíritu del economicismo. Cada uno de nosotros somos nuestro propio centro y la existencia tiene que ajustarse a lo que nosotros deseamos. Queremos tener más para satisfacer nuestros deseos, calculamos los beneficios y los costes de las cosas para incrementar nuestro bienestar, luchamos por los objetivos que son buenos para nosotros, etc.”

El espíritu del economicismo- PPC Editorial, 2023, pág. 71
Prof. Enrique Lluch Frechina (con mi agradecimiento por su autorización)


“Pregunta: ¿El compromiso llega también a la parte económica? Respuesta: Naturalmente, conocemos que una empresa está bien gestionada con valores cuando hay una buena administración y una justa distribución de beneficios derivada de la propia gestión de la empresa. Pensando en todos: los dividendos de los accionistas, el salario de los trabajadores, el precio para el cliente, los costes para los proveedores e incluso los impuestos, pensando en la comunidad. Hablando del salario, hay que tener en cuenta que el primer objetivo de la empresa es ser viable (si tira los precios o paga salarios que no puede permitirse, acabará cerrando, y al primero al que no le interesa eso es al trabajador), pero suponiendo que pueda dar un poco más, hay que animar al empresario a que sea generoso en la remuneración de su plantilla. Cosa que, además, redundará en su propio beneficio en la buena marcha de la empresa. Pregunta: Existen corrientes opuestas a esta visión cristiana de la empresa. Respuesta: Claro. El posmodernismo, que rompe con lo anterior, o el individualismo, que impide trabajar en un proyecto común, buscando sólo el máximo beneficio de cada uno. También está el relativismo, la cultura del depende y de la no implicación, o el utilitarismo, un «sálvese quien pueda» egoísta basado en el cálculo de ventajas y desventajas. El profesor Stefano Zamagni critica también el economicismo, una concepción por la cual el individuo sólo está determinado por la voluntad de obtener poder y dinero, resuelve la vida en costes y beneficios.”

Entrevista a Javier Fernández Cid- presidente de los empresarios cristianos
El Debate- Ana Campos, 26-10-2023


“Esto me sugiere cuatro formas de incrementar tus opciones de pensar de forma independiente: evitar grandes grupos, mantenerse en oportunidades de inversión simples, evitar expertos y gurús, y tomar las decisiones en privado, es decir, no en un comité de inversión. Me resulta fascinante que tres de esas cuatro medidas sugieren que trabajar solo es mejor que en equipo y la cuarta (mantener la sencillez) es independiente del tamaño del equipo. Toda la evidencia sugiere que cuanto más pequeño el tamaño del equipo, mejor la toma de decisiones. [……..]

Es vital tener una base leal y confiable de capital. Sin una, es muy difícil mantener la distancia [respecto a los sucesos bursátiles, nota mía] no importa cuán buenas sean tus intenciones. He visto de primera mano en la Gran Crisis Financiera cómo muchos fondos quebraron porque sus inversores se asustaron y rescataron su capital en los mínimos del mercado. En muchos casos, la razón por la que los fondos quebraron no fue por malas decisiones de inversión por parte de los gestores. Las inversiones lo hicieron bien con el tiempo. Fracasaron porque habían obtenido el capital de la gente equivocada. En el otro extremo, he visto también fondos fracasar porque recibieron demasiado capital en los máximos del mercado.”

Robert Vinall
15- Year Anniversary of the Business Owners Fund- 8-11-2023-varias pág.


“Veamos algo de su función mínima, la económica: Un hombre, solo o con el apoyo de algunos otros, toma la iniciativa de un negocio y asume, en todo o en parte, el riesgo y la dirección. Es el dirigente de empresa en el sentido económico de la palabra. Su rol es complejo: obtener la confianza de quienes le facilitan el dinero, elegir el personal, fijar el objetivo, determinar los medios para cumplirlo, y asegurar la unidad, la prontitud en el tomar decisiones y la energía en la ejecución, merecer el crédito y la autoridad necesarios para lograr el triunfo. Su función es difícil: elegir y dirigir hombres, conocer la profesión y el mercado, inspirar confianza... La experiencia nos enseña todos los días cómo, luego de un «cambio de dueño», una empresa no sigue igual que antes, sino que mejora o empeora en forma marcada. El dirigente de empresa pone en su empresa no sólo su dinero sino también su tiempo, su capacidad, su honor. Es el agente más activo de la producción, el primero de los trabajadores, pues su misión es hacer que la empresa cumpla con su fin.

Podemos concluir de este rápido examen que, desde un punto de vista económico, nada es más necesario para la prosperidad de un país que el dejar un gran campo a la libertad de iniciativa y acción de los hombres que tienen el coraje de asumir grandes responsabilidades personales y contar así con empresarios capaces, activos y honrados.”

“…y dominad la Tierra” Mensajes de Enrique Shaw, pag 19-20
Compilado por Fernán Elizalde, Buenos Aires 2010


En la sección “Varios”, tenéis la comparativa frente a los índices desde que hemos cambiado de navío, aunque seguiré dando más importancia al histórico de largo plazo.

Este mes de Abril ha sido de caídas en los mercados, principalmente en EEUU. En lo que a nosotros compete, el mercado (Ibex35 con dividendos brutos) ha recortado, pero algo menos que nosotros que hemos recortado algo más. Nada que no haya sucedido antes y que no haya sido superado también, como sabemos de los últimos años. En cualquier caso, y sin que sirva de precedente, quizás el suceso más relevante a nivel macro es que las expectativas de bajadas de tipos de interés tanto en EEUU como en Europa que se preveía que ya hubieran comenzado a tener lugar se han quedado en el limbo. Y esto, desde luego sí tiene efectos importantes sobre las empresas… aunque no tanto sobre las nuestras por un doble motivo: el primero, que casi ninguna de ellas tiene problemas de contar con un volumen de deuda que no sea fácilmente manejable. El segundo, que cuando analizo las empresas siempre he procurado, como os he explicado en otras ocasiones, usar una tasa de descuento lo suficientemente prudente como para que no varíe por este mantenimiento de los tipos de interés de contado en niveles no altos, pero sí superiores a los que nos habían acostumbrado durante más de una década. En consecuencia, los movimientos de corto plazo sean un mes, un trimestre o un año, no dejan de ser ruido de fondo, la marejada que mueve nuestro navío mientras lo importante sigue siendo que tanto las cuadernas como nuestras velas sigan estando firme y el timón aguante para hacernos superar cualquier tifón que amenace la singladura.

Comencemos este apartado comentando las primeras citas pues ambas están relacionadas. Quiero expresar, antes de comenzar, mi agradecimiento al profesor Enrique Lluch Frechina por su amabilidad al autorizarme a compartir esta primera cita de su libro (que recomiendo a cuantos estéis interesados en la economía y en cómo debe volver al sentido común y al servicio del Hombre… y no al revés). Tengo pendientes más libros suyos, por lo que supongo no será esta la ultima vez que leamos y reflexionemos sobre algunas de sus palabras. Merece la pena, ha sido encontrar un tesoro.

Como sabéis, desde hace unos años que descubrí el error del liberalismo, he venido mostrándoos otra cara o, por decirlo de otra forma, he procurado informaros de otra manera de ver la economía economía de “izquierdas” donde se defienden los altos impuestos, un gran peso del estado en la economía y, en el extremo, el experimento de la economía planificada de la Unión Soviética, con las implicaciones que esta visión tiene sobre la libertad del Hombre. En el otro espectro político, las “derechas”, la visión que predomina es la del liberalismo económico donde lo que predomina es ese economicismo que el prof. Lluch Frechina o Fernández Cid denuncian como erróneo. Es cierto que, a nivel de adecuación a mayores cotas de producción, el sistema liberal “parece” más potente y adecuado, pero hay que entender que, sin embargo, pese a todas las ventajas que el sistema procura, trae, de rondón, otras circunstancias mucho menos ventajosas. Ese economicismo tiene mucho que ver, a mi modo de ver, con el cientifismo de muchas personas que, basándose en cuatro datos entresacados del desarrollo científico, asumen por ideología que ya no hay nada más fuera de “la ciencia” o, en el caso que nos ocupa de “la economía” o como muchos prefieren llamarlo: “el mercado”. Estas dos citas nos recuerdan que hay otro camino, otra forma de ver la economía donde el centro sea el Hombre, a quien la economía o los mercados han de servir y no al revés.

Porque ello tiene implicaciones que afectan a las empresas. Cuando analizamos una empresa también hemos de fijarnos en quienes son las personas que la forman y cómo actúan. Desde luego no pretendo decir que exijo de todos ellos que sean santos y libres de todo pecado; somos y son humanos, el error está en nuestra naturaleza caída. Pero sí es importante saber si estamos tratando con alguien que mira a la empresa, a los empleados, a los proveedores y a los clientes como personas, es decir, iguales y con derecho a ver respetada su dignidad. No siempre ocurrirá, pero es preferible encontrarse gente que habla de forma transparente a los empleados y a los accionistas de los aciertos y errores que no encontrarnos con un vendehumos que su único interés es servirse a sí mismo pues equipara su “interés” con su “bien” y usa a los demás para lograr sus propósitos que, en ocasiones pueden coincidir y favorecer a otros… pero no es algo que le importe. Esta segunda visión, sin embargo, es la que subyace en la postura del liberalismo de mirar exclusivamente por el propio interés del individuo y siendo los demás “algo a utilizar” para conseguir su objetivo.

La denuncia del economicismo y el recuerdo de que la economía debe servir al bien integral del Hombre y a la consecución del bien común (que no es, como piensan los liberales, la “suma de los intereses individuales”) por parte de estas dos primeras citas nos lleva no a elegir entre “derecha o izquierda”, como parecen pensar muchos, sino que siendo ambas opciones dos caras de la misma moneda, lo que nos recuerdan es que hemos de salir de esa “moneda” y mirar desde otro punto de vista. En mi tercer libro, y perdonad la autorreferencia, cuando comentaba los errores de ambas posturas indicaba que los miembros de la Escuela de Salamanca evitaban los errores de unos y de otros. Para que nos entendamos mientras que los escolásticos (tradición retomada por la DSI, por cierto) observaban las ventajas y errores de ambas posturas (aunque en aquel entonces aún no existían como tales posturas políticas/económicas) y evitaban ambos, los ideólogos de derechas o de izquierdas, como todo ideólogo, asume su visión cerrada como explicación de toda la realidad, como explicación de todas las causas de errores y como explicación de todas las soluciones a cualquier problema. Y esto pasa en el cientifismo y en el economicismo: las izquierdas ponen toda su fe en el estado y las derechas en el mercado. El problema es que, ambas, están equivocadas. Por resumir, el economicismo es un cientifismo encerrado en un único foco de interés: la economía y se olvida de lo principal, la naturaleza del Hombre a quien debe ser servidora.

Y esto, aunque parezca demasiado teórico, conlleva unas implicaciones a nivel práctico que son de lo más importantes pues conllevan el tipo de riesgos que no se ven durante un tiempo hasta que estallan con graves efectos ante los inversores, pues los efectos se van produciendo de forma progresiva, sutil y, por esto mismo, peligrosa. Esos efectos los estamos viendo, por desgracia, en las economías principales o, mejor dicho, en las occidentales. Y son de tal calibre que anuncian problemas graves por haberse promovido, desde hace muchas décadas ya, ese economicismo que sólo da prioridad a las “necesidades” del mercado. Como he citado en muchas otras ocasiones de Yogi Berra, “en teoría, no hay diferencia entre la teoría y la práctica; en la práctica, sí la hay”. Pocos consejos mejores y menos comprendidos.

La cita de Robert Vinall es también muy significativa. En primer lugar nos recuerda que no siempre es mejor formar parte de un equipo- aunque nada impide que un equipo pueda funcionar a la perfección- y que, por lo tanto, no debiera ser un requisito imprescindible a la hora de analizar empresas y buscar alternativas de inversión. Eso es un alivio, desde luego, aunque no es nada nuevo. Recuerdo la anécdota que cuenta Mohnish Pabrai (un inversor americano de origen hindú, muy bueno) cuando se ofreció, en sus inicios, a Warren Buffett para trabajar con él como “analista financiero”. Buffett le dijo que muchas gracias pero que no existía tal puesto en Berkshire, que era él quien analizaba las compañías. Y así era y no sólo a nivel de la matriz pues en la filial GEICO, Lou Simpson era quien analizaba y gestionaba la cartera de inversión de la aseguradora y lo hizo durante todos los años que trabajó allí hasta retirarse. Y cuando Buffett incorporó a dos “jóvenes” inversores para cederles parte del patrimonio de Berkshire (unos 1.500 millones de dólares a cada uno; ahora es una cifra muy superior), también lo hacen todo solitos. Pueden consultar con Warren lo que les parezca pero también ellos actúan y deciden de forma independiente. En nuestro caso, es posible que un comité de inversión nos hubiera impedido tener una posición tan concentrada en Ferrovial o en Inditex, por poner dos ejemplos. Decidir de forma independiente permite que sea uno quien asuma la responsabilidad de los aciertos o errores (incluyendo el escribir estas Cartas mensuales, que somos el único fondo a nivel mundial que yo conozca que lo haga).

La segunda parte de la cita de Vinall tiene que ver más con vosotros que conmigo. O, si preferís, conmigo de manera tangencial. La confianza que los argonautas habéis depositado en mí es impagable. Recordamos lo sucedido durante lo peor de la pandemia cuando, además de la caída del mercado nos vimos afectados en la operativa de la agencia de valores sobre las cuentas en efectivo lo que suponía una mayor incertidumbre sobre la seguridad de las inversiones. En aquel momento, como recordaréis los que lo vivisteis junto a mí, mi objetivo era teneros informados en todo momento de cada hecho relevante. Creo que el que me vierais tan cercano a vosotros en una situación compleja y de la que éramos víctimas indirectas os supuso un gran alivio a todos “Miguel está ahí, pendiente”, como me dijo uno de vosotros. Y de hecho lo estaba. Cuando, al abrir el Lunes el mercado comprobé que, a nivel operativo del fondo no teníamos problema alguno y os lo confirmé, las aguas quedaron más calmadas. Pero me sobrecogió y me reconfortó comprobar cómo, en aquellas circunstancias, las llamadas que recibí de vosotros era para ver cómo podíais invertir más… ninguno me preguntó para retirar. Miento, uno sí lo hizo pero no para hacerlo en realidad, sino que sentía curiosidad sobre cómo se podría hacer. Es en los momentos complicados cuando se conoce realmente la calidad de esa “base de capital” de la que habla Robert Vinall. Vosotros demostrasteis ser de oro puro.

La última de las citas, del argentino Enrique Shaw quien está en camino de ver reconocido su testimonio como empresario católico, quizás, con el título de venerable, entronca de nuevo con las dos primeras. Nos habla de la importante función económica que el empresario tiene y que debe desarrollar para el bien común. La función del empresario es realmente importante, en líneas generales podríamos resumirlas como alguien que, tras tener una idea de cómo poder ofrecer algo a la sociedad (a los “clientes”) que ésta considere que merece la pena sin ser forzada a ello- por precio, por calidad, por novedad, por mejora tecnológica-, tiene el coraje de lanzarse a poner en práctica esa idea, jugándose en muchísimos casos su propio patrimonio y la seguridad económica de su familia, a la que pretende sacar adelante, y en ese proceso, dar trabajo a otras personas: sus empleados en primer y principal lugar, en segundo a los proveedores a los que, con sus pedidos, contribuye a facilitarles ingresos. Esto es algo bien sabido, desde hace muchísimo tiempo. Es cierto que, en determinadas épocas, la labor del empresario, aunque necesaria y conveniente, ha sido vista con malos ojos… por aquellos a los que los prejuicios no les han dejado ver la realidad.

La labor empresarial, aventurera en sí misma, sin embargo, no goza del glamour de un descubridor o de un guía de caravanas o del capitán de una nao que trae mercancías de un continente a otro, sin embargo, su labor es parecida. Desde luego, esos prejuicios siempre han tenido casos concretos en los que fijarse para la crítica: el mal empresario, el que trata mal a sus empleados, el avaricioso que vende, mientras puede, mercancía de baja calidad, el que no se preocupa lo más mínimo por el daño medioambiental, el que defrauda a los proveedores y, finalmente ha de echar a sus empleados a la calle embargado por las deudas… ejemplos hay muchos. Pero pensar que esos casos son “el empresario” es un error; y grave. Sin embargo, ahora, desde el punto de vista economicista vemos el error contrario: el empresario, la empresa, el mercado es signo de bondad absoluta (en realidad ni eso, pues no creen que exista algo llamado “bien” y sólo creen que es el “interés propio”. Otro error) y culpan a otros- preferiblemente al estado, que nos suele dar sustanciosos motivos- de todos los males y errores que en el mundo han sido.

Sin embargo, lo más importante que nos recuerda Enrique Shaw es que el empresario pese a intentar conseguir, como es su obligación, que la empresa esté sana y sea rentable para poder mantener los beneficios tanto a la sociedad, clientes, empleados como a su propia familia, no debe olvidarse al desarrollarse que como persona tiene una obligación moral, que en muchos casos puede derivarse en efectos económicos. En este sentido, las empresas familiares o aquellas que, pese al tamaño, la familia fundadora mantiene un interés importante suelen ser un nicho de buenas prácticas o, por decirlo más suavemente, al menos, de mejores prácticas. Y el Argos tiene muchas empresas de este estilo. ¿Significa esto que sólo haya que invertir en empresas familiares? Desde luego que no. ¿Significa que la empresa familiar es incólume a toda mancha moral, que trata perfectamente a sus empleados, que no comete errores o que estos se subsanan enseguida? No. Las empresas son entidades que están compuestas por seres humanos y éstos son falibles por naturaleza. Pero sí es cierto que las empresas con esas características suelen tenerlo presente y, por ello, suelen tener en cuenta esa responsabilidad moral… aunque sólo sea porque “el abuelo no hubiera estado conforme con tratar así a los empleados”.

Acercando un poco más estas reflexiones a nuestro campo, intentaré lo siguiente. La labor del gestor de fondos o del asesor de fondos tiene mucha relación con la del empresario, aunque, evidentemente, hay diferencias. La principal, podríamos decir, sería la de creación de puestos de trabajo pues esto, en sí mismo, ya depende del tamaño de los activos bajo gestión y de la necesidad de delegar funciones, por ejemplo, la relación con inversores. En mi caso, desde luego, y pese a que estamos muy lejos de una situación en la que precisemos incorporar personal administrativo, no tengo la menor intención de delegar mi comunicación con vosotros, los argonautas (siempre “reyes, príncipes y héroes”), tanto en las Cartas mensuales como en la comunicación en persona o vía Telegram, correo electrónico o similares. Para mí es un placer y no quiero dejar de escribiros personalmente. Sé que Buffett deja a algún experto en gramática que le corrija su carta anual- por eso están mejor escritas que las mías-, pero de momento tendréis que conformaros con que sea yo quien siga cometiendo los errores (¿los meses con mayúscula? - me dirá alguno… sí, me gusta más que escribir “enero” con minúscula).

La otra parte de la labor, encontrar valor, ofrecer valor añadido a la sociedad o a los partícipes, en el caso del Argos ya sabéis que tenéis un honroso nombre propio “argonautas”, es coincidente con la del empresario. En mi caso también lo es la asunción del riesgo (patrimonial y reputacional, como bien sabéis). Pero quisiera plantearos un breve comentario respecto a ese encontrar valor del que hablaba. Un empresario quizás lo encuentre al descubrir que hay un nicho de mercado no totalmente desarrollado, o una necesidad que puede ser cubierta mediante una nueva tecnología u otra alternativa; en el caso del inversor, el valor puede ser por ofrecer algo distinto a la típica relación de un cliente con su entidad bancaria habitual y por otro, el básico a mi modo de ver, el encontrar en nombre de los argonautas esas empresas que valen más de lo que cuestan en el mercado. Y aunque os parezca mentira, en cierto modo, la forma de descubrirlas tiene un paralelo con la astronomía.

Un cuerpo como un agujero negro no puede “verse” por si mismo; algo obvio pues es un cuerpo con tan enorme fuerza de gravedad que no deja escapar nada, ni siquiera la luz (no entraré en el detalle de que, parece ser que algo sí logra escapar). Sin embargo, los astrónomos consiguen detectarlos, ¿cómo lo hacen cuando su negrura, su “valor” no es evidente? Básicamente a través de los efectos que su masiva gravedad tiene sobre otros cuerpos cósmicos y sobre la luz, curvando su trayectoria (y el espacio mismo que esta atraviesa) al viajar por su cercanía.
Los inversores intentamos algo por el estilo. Sería mucho más cómodo si hubiera señalizaciones indicando cuáles son las empresas baratas o cuando dejan de serlo para estar caras. Unas señales de tráfico serían de mucha utilidad… pero esto no pasa. Nadie nos informa con luces de neón o avisos de la dirección general de tráfico (bursátil) señalando dónde está el desvío para el nuevo chollo barato a comprar. Sin embargo, las empresas baratas también emiten sus “señales” y podemos observar esos efectos… esas señales son la contabilidad, primeramente, los comentarios de los usuarios sobre sus productos, la política hacia sus empleados, sus retribuciones a los accionistas o su actuación general en la sociedad. En esas aguas, la gravedad, la atracción del valor de esa empresa nos irá indicando cuán fuerte es y, cuanto mayor sea, más atraídos estamos a seguir investigando y, cuando hemos llegado a la conclusión de que el cuerpo celeste está en esa órbita, que la empresa barata se encuentra frente a nosotros, debemos dar el paso e invertir.

Os incluyo la cartera completa incluyendo los pesos de cada título.

Algunas Operaciones


A lo largo del mes no hemos realizado ninguna operación, por lo que nos hemos evitado los costes asociados. Nos sigue gustando nuestra cartera y las empresas que la forman, seguimos dejándolas funcionar y recibiendo los dividendos que nos pagan. Sin embargo, como siempre sí quiero comentaros algo respecto a una de nuestras empresas, GARMIN que acaba de presentar resultados del primer trimestre y han sido espectaculares.

En esta empresa, que se acerca al 3,70% del patrimonio del fondo en la fecha en la que os estoy escribiendo estas líneas, pues ha seguido subiendo desde el cierre del mes, contamos con una plusvalía superior al 80%, sin incluir en dicha cifra los dividendos que nos ha ido pagando a lo largo de estos años. Para que os hagáis una idea, la rentabilidad anualizada que nos ha generado- de nuevo sin contar los dividendos- roza el 18% anual, lo que espero que coincidereis conmigo que no está nada mal.

En el momento en que publicó resultados, por cierto, el mercado le reconoció su comportamiento con una subida de doble dígito en el día- lo que no es algo esperable nunca-, básicamente por el singular motivo de que la empresa había superado las expectativas del consenso del mercado. Como os digo siempre, estos resultados trimestrales no son más que ruido de fondo. Me alegro de que el mercado reconozca que tenemos una empresa estupenda, desde luego, pero las miras de los argonautas no están en el próximo trimestre sino en varios años más adelante.

Los márgenes van bien, el crecimiento de los ingresos también, la generación de flujo de caja sigue siendo muy sólida respecto a las necesidades de inversión en capital y la empresa sigue sin deuda. ¿Qué más se puede pedir? Que siga así durante más años y nosotros estaremos encantados de seguir siendo socios de esta compañía.

Para terminar, un sencillo comentario sobre LILIUM, de la que seguimos esperando un excelente futuro para los argonautas quienes, pensando independientemente, creo que somos el único fondo en España con posición en ella.

Como podéis observar, los pasos para hacer realidad el despegue y la venta del primer liliumjet siguen avanzando y la cotización de la empresa, lentamente, empieza a reconocer los logros de nuestra compañía. Si alguno ronda por Ginebra en esas fechas, acercaros al stand de LILIUM y decidles que sois accionistas de la empresa. A lo mejor os dan una camiseta o cualquier otro producto de recuerdo.

Varios


El nivel de liquidez actual es el 15,01% y 23 empresas. Contamos con unos 179 argonautas de toda España y unos 7.850.000 euros bajo gestión.

El valor liquidativo de este Argos respecto al valor intrínseco que hemos calculado y tenéis en la última gráfica es equivalente a comprar un billete de cien euros por 56,99€, lo que supone adquirir las participaciones del Argos (recordad, a partir del 11 de Diciembre de 2019 GESTIÓN BOUTIQUE VI ARGOS) con un significativo margen de seguridad, aunque se ha reducido durante el mes porque, pese a que el valor intrínseco ha crecido, el valor liquidativo ha subido más, recortando por ello el margen. Por cierto, he preferido ajustar la rentabilidad al valor liquidativo anterior -para seguir con el histórico tradicional de largo plazo-, pero el valor liquidativo oficial del GESTIÓN BOUTIQUE VI ARGOS es diferente como podéis comprobar al ver vuestra posición.

Para aquellos de vosotros que tenéis curiosidad en ver cómo nos estamos comportando desde que estamos en la etapa actual, la comparativa con los índices- y siempre con dividendos brutos reinvertidos, obviamente- es la siguiente:


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  1. #1
    06/07/24 14:47
    Como nos tienes acostumbrados, un excelente informe. Se aprende mucho contigo.

    Que pases un feliz verano.

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