El futuro según los jóvenes: seis de cada 10 prevé que tendrá que vivir de sus padres
Casi la mitad de la población joven considera que emigrar es una desgracia, según el último barómetro del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD.
Los jóvenes siguen siendo uno de los colectivos que más sufren los efectos de la crisis económica, como demuestra el hecho de que la tasa de paro entre menores de 25 años se sitúa todavía en el 41,6%. No obstante, parece que los jóvenes poco a poco van recuperando el optimismo respecto a su futuro más inmediato, según el último Barómetro 2017 del ProyectoScopio realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD.
Este estudio refleja que casi el 50% de ellos cree que su situación general mejorará en un año y solo el 7,4% cree que empeorará. El resto opina que no variará su estado. Sin embargo, la percepción general es que el futuro que les espera será bastante peor que el de sus padres. De hecho, el 61% prevé que tendrá que seguir dependiendo económicamente de su familia.
Casi la mitad (46,7%) cree que tendrá que recortar el gasto en hobbies, ocio y tiempo libre. El 24,8% cree que no llegará a fin de mes e incluso 15,3% cree que tendrá que recortar el gasto en cosas básicas como la alimentación. Además, el 68% cree muy o bastante probable tener que trabajar en lo que sea, según el barómetro elaborado a partir de un panel online a 1247 jóvenes de 15 a 29 años el pasado mes de abril.
Por otra parte, el 39% considera que existe una alta probabilidad de tener que irse al extranjero para trabajar aunque los que finalmente decidieron hacer las maletas por este motivo después de cumplir 16 años es menor, un 22%. Los principales cambios han sido dentro de la misma comunidad autónoma (10,6%), aunque un 7,6% también ha cambiado de región y el 4% salió al extranjero.
Madrid es, con diferencia, la autonomía que más población joven atrae por motivos laborales (28,3% de quienes han cambiado), seguida de Andalucía (11%) y Cataluña (8%). De entre quienes han salido del país, el 38% han ido al Reino Unido y un 12% a Irlanda.
Otro dato que destaca el barómetro del Centro Reina Sofía es que existe un acuerdo muy alto (59%) con la idea de que las condiciones laborales son mucho mejores fuera de España, que emigrar al extranjero es una opción más (50%) y que fuera de España es más fácil encontrar un trabajo relacionado con la formación adquirida (49%). Un tercio del colectivo cree que es la opción para encontrar un trabajo digno.
En el lado contrario se encuentra casi otra mitad de la población joven que considera que emigrar es una desgracia (46%), que fuera de España se aceptan trabajos que aquí no se aceptarían (42%) o que emigrar sería una opción temporal (37%).
El bolsillo de los jóvenes
El informe refleja que las fuentes principales de ingresos de los jóvenes españoles son su propio trabajo o las aportaciones familiares. En cada una de estas situaciones se encuentra un tercio del colectivo. Otro 15% obtiene ingresos de trabajos esporádicos y un 9% de becas o ayudas de estudios.
El trabajo regular es más frecuente entre quienes tienen estudios universitarios, viven solos o en pareja y a partir de los 20 años. La falta de ingresos propios es superior entre los de menor de edad, entre las mujeres y quienes viven con su familia de origen.
En cuanto a sus gastos, el mayor gasto mensual declarado es la alimentación (48%) seguido del mantenimiento de un vehículo (28%) y comer fuera de casa (28%). Salir, ocio, cultura, higiene personal y ropa son la fuente principal de gasto para entre un 20% y un 23%. Tecnología y viajes para el 11%.
Con los ingresos disponibles, un 29% del colectivo dice poder pagar todos sus gastos (incluso vivienda y alimentación), mientras que casi la cuarta parte sólo puede pagar una parte y otro 24% sólo gastos de bolsillo.
Empujados por la crisis y por la difícil situación económica, el estudio refleja que cada vez son más los jóvenes que optan por fórmulas de economía colaborativa: un 57% de los jóvenes ha utilizado alguna práctica de este tipo. La más frecuente (26,5%) es compartir bienes (wifi, ropa, películas…), seguida de compartir coche (23%) y software libre (15%).
Valores y actitudes
El barómetro confirma la tendencia de investigaciones anteriores realizadas por la FAD de que los jóvenes españoles son cada vez más ortodoxos, más formalmente correctos, más proactivos frente a lo comunitario, más implicados en lo común, y mucho más preocupados por el orden y la seguridad.
Por el contrario, los valores asociados al presentismo o el hedonismo –apurar el momento, primar el ocio, etc- y usados como seña de identidad del estereotipo del joven pasota, del joven ni-ni, parecen haber perdido importancia para los jóvenes españoles.
Según la investigación, lo que más importa a los jóvenes tiene que ver con su ámbito personal. Tener éxito en el trabajo, tener unas buenas relaciones familiares o ganar dinero es considerado muy importante para más del 80% de los jóvenes españoles. Sin embargo los valores que más incrementaron su importancia en estos años fueron los más ideológicos y los referidos a la sociedad en su conjunto. Han perdido importancia las prioridades que el tópico ha venido atribuyendo a los jóvenes.
El interés por la política alcanza casi al 30% de los jóvenes, mientras que el interés por asuntos religiosos se limita al 12%.
¿En qué confían los jóvenes?
Los datos del estudio muestran una escasa confianza institucional de los jóvenes. Casi el 40% de los jóvenes dice no confiar en ninguna y sólo se encuentran porcentajes entre el 16% y el 20% que dice confiar en la policía, las fuerzas armadas, las ONG y la Unión Europea. A este grupo “más confiable” se unen los medios de comunicación alternativos a través de internet (15%).
La participación de carácter formal en lo político (afiliarse a un partido o votar) sigue estable, sin embargo vuelve a confirmarse la presencia de un grupo minoritario, aunque creciente, que se interesa más por la política, aunque por la política no formal. No llega a la mitad del colectivo quienes consideran útil y se implican en el voto cuando toca (47%) y alrededor de un tercio en la firma de peticiones de apoyo. Alrededor de la cuarta parte dice implicarse en acciones de huelga y asistencia a manifestaciones o concentraciones.
La pertenencia a asociaciones es muy baja. Sólo es algo relevante en el caso de las deportivas, culturales o de ocio (en las que participa un 14% activamente) y las de voluntariado (8%).