Aleluya, por fin llegó el Mesías, Aleluya
El oprimido e históricamente perseguido pueblo judío no estaba equivocado. Jesús era un impostor, había que seguir esperando. Sin embargo desconocían toda la verdad. El pueblo elegido realmente era el pueblo catalán. Acertaron en la cuestión temporal, no así en la espacial.
El pasado domingo se produjo el advenimiento. Lo crucial no fue la entrada de Jesús en Jerusalén sino el proceso participativo catalán. El Verdadero Mesías nos dio a conocer la Verdadera Religión. Su único dogma: el derecho a decidir; la expresión de su fe, su forma de orar: el voto. Más de 1,8 millones de almas se convirtieron a la Verdadera Fe. Pero el estado policial impuesto por el tirano opresor impidió que muchos otros lo hicieran. Teniendo en cuenta que más de 5,4 millones expresaron su voluntad de adherirse, hay que pensar que solo el terror les impidió hacerlo.
La fiesta religiosa fue grandiosa. Fue un bellísimo espectáculo. A pesar de que el Mesías advirtió que rezar más de una vez era pecado mortal, el fervor religioso era tal que más de un acólito emitió una, dos, tres, ... plegarias. El recuento de oraciones demostró que no había diferencias entre hermanos en la fe. Que placer ocasionaba observar como el Primer Apóstol (Junqueras) participaba del recuento como uno más.
Este Mesías sí es verdaderamente misericordioso. El falso imponía terribles penitencias para otorgar el perdón. Los pecadores que hayan sobornado, cobrado comisiones ilegales, evadido capitales a paraísos fiscales, ... serán perdonados, sin la penitencia de devolver lo que honradamente hayan conseguido afanar. Solo han de convertirse a la Verdadera Fe.
La Verdadera Religión se expandirá siguiendo una curva exponencial. Los cerca de dos millones de nuevos acólitos visitarán domicilio por domicilio a los que dudan y el número de conversiones se multiplicará.
El Mesías no dudará en aplicar el verdadero dogma. Todos podrán decidir. Barcelona, Badalona, Santa Coloma,.. podrán, si quieren, permanecer con los orcos, aunque se equivocarán. Si el Valle de Arán quiere volar solo, como no lo ha de permitir. El dogma se aplicará hasta las últimas consecuencias. La libertad que ansiaba la humanidad nos la proporciona la Creencia Verdadera. El Paraíso será en verdad terrenal.
La generosidad del Mesías es tal que no distingue de razas, creencias, pueblos, nacionalidades a la hora de otorgar el derecho a orar. Permite a todos hacerlo. Esto provocará que, habida cuenta de la velocidad de expansión de la Creencia Verdadera, 1.000, 2.000, 4.000, 7.000 millones de personas acudirán en masa a la Tierra Prometida para ejercerlo. Ya no habrá desheredados. Y no hay que preocuparse, si un falso mesías es capaz de multiplicar panes y peces, el Verdadero logrará que ninguno se despeñe al Mediterráneo.
A pesar de su apariencia humaniforme hay detalles que evidencian fehacientemente Su Divinidad. Ese porte, elegancia, atractivo, prestancia, sonrisa beatífica, tocado con modernas gafas de diseño lo confirman. Tanta perfección no es humana. No camina, levita. Su iluminación se refleja en su rostro. Expresa éxtasis, misticismo. Para Él el desempleo, la pobreza energética, los desahucios, … son minucias que no están a su altura. Él no viene a solucionar los problemas terrenales. En esto coincide con el falso, Su Reino no es de este mundo, Él está en otra dimensión. Como coincido con Pep. ¡También es mi Hombre! Perdón, ¡qué terrible blasfemia!, quería decir, ¡mi Mesías!.
A fecha de hoy, 7 de enero del año 1 de Dios Nuestro Nuevo Señor.
Aleluya, Aleluya, Aleluya,Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya,Aleluya. Aaaaaaaaleeeeeeeeeeeeluuuuuuuuuuyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.