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Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

164 respuestas
Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.
Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.
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#151

Re: Traiciono mis principios y opino acerca de la cortina de humo del independentismo catalán. Beneficiados: PP y CDC.

Yo no he leído ese libro, pero para este asunto ya he dicho que no me hace falta, sé mucho de lo que pasó de primera mano. Por eso, y al contrario de lo que alguno ha comentado en este foro, tengo que decir que después del derrocamiento de Sadam las tropas españolas SÍ combatieron en Irak, causando bajas no sólo entre milicianos sino entre población civil. Poco antes de que ZP los trajera a casa eran víctimas de ataques a diario a sus propias bases. Y actuaban (al menos los tanques-BMR y vehículos de caballería) por todo Irak, no sólo en las áreas seguras, siempre bajo el mando y protección de marines del ejército USA (que eso tampoco mucha gente lo sabe). No quiero narrar barbaridades que ocurrieron allí (he visto fotos que me han enseñado militares de sus propios móviles) por respeto a todos/as los/las chavales que se jugaron allí el tipo por hacer su trabajo.

Y como bien dices, cuando alguien cree que las tropas van a una guerra a no pegar tiros, y que una guerra se sustancia limpiamente con 4 misiles bien tirados y sin causar víctimas inocentes... es que no sabe lo que es un conflicto armado. Cómo se nota que José Mari fue de los jetas que se escaqueó de hacer la mili, menudo patriota...

#152

Re: Traiciono mis principios y opino acerca de la cortina de humo del independentismo catalán. Beneficiados: PP y CDC.

Juan es experto en múltiples materias, el único problema es que lee una novela de ciencia ficción y piensa que es histórica,....je,je,je.

#154

Re: Traiciono mis principios y opino acerca de la cortina de humo del independentismo catalán. Beneficiados: PP y CDC.

Ya, precisamente eso confirmaría la fobia que José Mari tenía al servicio militar obligatorio, supongo que sería miedo insuperable.

Pero que conste que al menos quitar la mili fue una buena decisión por su parte.

#155

Re: Traiciono mis principios y opino acerca de la cortina de humo del independentismo catalán. Beneficiados: PP y CDC.

la fobia al servicio militar obligatorio la teniamos todos o casi todos....luego era normal el intentar librarse...saludos

#156

Re: Traiciono mis principios y opino acerca de la cortina de humo del independentismo catalán. Beneficiados: PP y CDC.

Me parece que el general duelista no diría eso.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#157

Re: Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

Por alguna extraña maldición caída sobre nuestro suelo allá en tiempos de la francesada, parece que a esta cansina nación que nos ha tocado en suerte tenemos que estar refundándola desde entonces cada tercio de siglo, unas veces a bayonetazos, otras a cañonazos y algunas, no por ello más exitosas, a urnazos. Y como desde aquella bendita Transición que iba a procurarnos la estabilidad definitiva ya ha pasado el correspondiente tercio de siglo, cada día son más sonoras las voces que claman por ponernos de nuevo manos a la obra, una vez más, evidentemente, en la dirección deseada por los separatistas. Por supuesto, fueron éstos los que rompieron el hielo hace ya algunos años, pero a ellos se ha sumado gustosa una izquierda siempre atraída por el cuestionamiento, cuando no por la voladura, de la nación que, paradójicamente, aspira a gobernar. Y ahora también se apunta la supuesta derecha, siempre sumisa, siempre cobarde, siempre ignorante, siempre incapaz de tomar la iniciativa y siempre dispuesta a bailar al son que toquen los demás.

Como este humilde juntaletras no quiere ser menos, aprovecha la ocasión para aportar su granito de arena en la reparación de la columna cuyas grietas amenazan con echar abajo todo el edificio: el Estado de las Autonomías. Pero como en este mismo lugar ya ha dedicado algunas páginas a exponer las muchas taras de dicho sistema de articulación nacional, hoy se limitará a recordar el anómalo parto que lo vició de origen.

Empecemos por el principio: en los tiempos del diseño del nuevo régimen, salvo obviamente a los separatistas vascos y catalanes, que lo ansiaban para utilizarlo como trampolín hacia la secesión, en España el Estado autonómico no le interesaba a casi nadie. Así lo observó, por ejemplo, Josep Tarradellas en enero de 1981:

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El otro día una personalidad política castellana muy importante, hablando de la autonomía de Castilla-La Mancha, me decía: La gente que realmente quiere la autonomía en mi provincia cabe toda en un autobús y sobran plazas.

Lo mismo declaró en aquella época Miguel Ángel Revilla, dirigente del Partido Regionalista de Cantabria, cuyo ideario se resumía en el lema "Cantabria región sin Castilla ni León":

Pasado el tiempo las tesis regionalistas parecen sencillas, pero en aquel momento (1976) era una idea que no tenía ni arraigo, ni fuerza y solamente compartida por unos pocos.

En 1984 escribiría otro de los más importantes protagonistas de la Transición, el ministro del Interior Rodolfo Martín Villa:

Los datos sociológicos que obraban en poder del gobierno Suárez demostraban que las preocupaciones autonomistas no ocupaban los primeros lugares en la escala de las aspiraciones y reivindicaciones de los españoles. Lo autonómico era más un problema de la clase política, de los políticos nacionalistas, por supuesto, y de aquellos que se constituyeron en valedores suyos, o lo que es más significativo, en imitadores y superadores de sus planteamientos.

Finalmente, su compañero de gobierno José Manuel Otero Novas recordaría algunos años después que incluso los referendos de los estatutos gallego, vasco y catalán tuvieron poca participación popular (en el caso de Galicia, un escandaloso 28%):

Lo cual no hizo sino confirmar lo que las investigaciones sociológicas de 1976 y 1977 venían mostrando, pues con Franco muerto, con la libertad política rehabilitada, con las banderas de la reivindicación regional desplegadas ante la sociedad, sin ningún grupo político significativo que postulara entonces el centralismo, y ya inmersos en la resaca antifranquista, el hambre autonómica popular era muy baja.

La opinión parece clara y bastante unánime. ¿Cómo fue posible, entonces, que se estableciera, sin oposición audible, un modelo de Estado mirado con desinterés por una mayoría de los españoles? La clave quizá se encuentre en lo que el director del Departamento de Ciencia Política de la UNED, Andrés de Blas, escribió sobre ello en 1994:

No existía un fervor autonomista en el conjunto de España en el momento de celebrarse las primeras elecciones legislativas, aunque seguramente sea cierto que ese entusiasmo era real dentro de buena parte de las nuevas élites políticas. Una vez que se atisbaron espacios de poder, nadie quiso quedarse atrás en el proceso autonómico. La perspectiva de gobiernos, parlamentos y administraciones propias resultaba un acicate para el comprensible deseo de participación política y para el menos positivo, pero también comprensible empeño, de asegurarse un lugar en la esfera de lo público. No es cosa de ser injustos con las aspiraciones autonómicas de regiones españolas hasta entonces poco interesadas en ella. Pero creo que es un hecho que nadie igualó a las clases políticas locales en su afán concienzador a nivel regional. Incluso las clientelas más evidentes de todo movimiento regionalista, las inteligencias locales, quedaron desbordadas ante el celo autonomista de los nuevos políticos.

Un cuarto de siglo después se vivió una situación parecida: con motivo de las elecciones autonómicas catalanas de 2003, todos los partidos salvo el PP plantearon modificar el estatuto o redactar otro que superase sus muy amplias competencias. Por el contrario, las encuestas indicaron que el 60% de los catalanes no creía necesaria ninguna modificación estatutaria. De nuevo una gran distancia entre los intereses de los políticos y los de los ciudadanos. Y cuando tres años después se celebró el referendo de dicho nuevo estatuto, sólo fue a votar el 49% del censo, lo que no impidió que, con motivo de la intervención del Tribunal Constitucional, muchos miles que no sabían en qué habían consistido las correcciones del tribunal, que por supuesto no se habían preocupado de leer el estatuto y que el día del referendo se habían ido a la playa se sintieron, sin embargo, indignadísimos cuando desde el poder se les dio la orden de enfadarse porque España había vuelto a insultar a Cataluña.

Así pues, a pesar del desinterés del pueblo español, el Estado de las Autonomías se impuso para contentar a unos separatistas que no se contentaron y para acabar con los asesinatos de unos terroristas que se dedicaron a asesinar mucho más; ha demostrado su derroche y su ineficacia (también lo auguró Tarradellas: "Si se continúa por este camino nos vamos a encontrar, aparte de con decenas de millares de funcionarios que van a ingresar en los regímenes autonómicos, con tres o cuatro mil cargos políticos que no sé cómo los va a poder aguantar el país. Si así ocurre, se va a disgregar el país con organismos y más organismos y esto no es ni útil ni conveniente. Me parece que unas autonomías administrativas o unas mancomunidades de provincias podrían haber sido mejor solución que este maremágnum en que estamos ahora inmersos"); ha sido utilizado por parte de cientos de mediocres para darse la gran vida, enchufar a la familia y, según poética expresión recientemente acuñada, para "tocarme los huevos, que para eso me hice diputado"; y, por encima de todo, ha sido y sigue siendo la herramienta utilizada por los enemigos del Estado para dinamitarlo desde dentro.

El principal problema de España no es una crisis económica que pasará, ni unos sinvergüenzas de los que nadie se acordará en un par de años, sino el suicida Estado de las Autonomías. Y los problemas, cuando no se solucionan, sólo pueden ir de agravamiento en agravamiento hasta el colapso final.

Jesus Lainz

#158

Re: Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

Alguien dijo: "Se es español cuando no se puede ser otra cosa". Y no era ningún nacionalista catalán.

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#159

Re: Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

Elecciones generales. Ese es el factor diferencial del último año de la legislatura. De una u otra manera, la llamada a las urnas a finales de año repercute en el discurrir de los principales desafíos que han ido surgiendo en los últimos años. El 20 de diciembre, los españoles deberán pronunciarse con su voto sobre el éxito o fracaso del plan económico diseñado por el Gobierno y dirigido personalmente por su presidente desde diciembre de 2011. Además, ese día sabremos a ciencia cierta cuál es la dimensión de los partidos emergentes, inflados y desinflados por encuestas y sondeos. Del mismo modo, el electorado español propiciará con su voto la formación de un nuevo gobierno que habrá de afrontar el desafío soberanista catalán, el episodio más difícil del final de la X legislatura.

Este año, Artur Mas ha incrementado al máximo la presión sobre el Gobierno al convocar unas elecciones autonómicas en clave plebiscitaria. El resultado del 27-S fue satisfactorio para quienes consideran que Cataluña debe seguir integrada en España, pero no lo suficiente como para doblegar el ánimo de los independentistas: aunque el número de votos a las listas soberanistas (Junts pel Sí y CUP) representó el 35,5 por ciento del censo electoral, la suma de escaños alcanza la mayoría absoluta del Parlamento catalán (62 para JxS y 10 para la CUP, estando la mayoría en 68). Cuestión bien distinta es que sean capaces de ponerse de acuerdo para investir a un presidente. Precisamente en este punto entran en juego un nuevo factor: el famoso caso del 3 por ciento que hace ahora diez años popularizó Pasqual Maragall en 2005... resulta que es verdad, a tenor de las investigaciones policiales y judiciales. La corrupción en CDC -CiU también saltó por los aires ante la persistencia de Mas por forzar la legalidad- está cada vez más cerca de su presidente, y esa es una realidad que es difícil de obviar para los antisistema de la CUP. Sea lo que sea, todo parece indicar que los partidos indepependentistas están esperando a las elecciones generales para ver si de las urnas surge un nuevo Gobierno más proclive a escuchar sus reivindicaciones y alcanzar un acuerdo que desatasque el callejón sin salida en el que se encuentran. De ahí la importancia del 20-D tras las elecciones catalanes, pues lejos de alinearse con el Gobierno, el PSOE de Pedro Sánchez ha tratado de diferenciarse acusando a Rajoy de «inmovilista».

El desafío de Mas ha propiciado que uno de los temas de este 2015 haya sido la unidad de España, y ahí ha surgido con fuerza un nuevo actor político: el resultado de Ciudadanos el 27-S (primera fuerza constitucionalista) le sitúa en una posición mucho mejor de lo esperada ante las elecciones generales (la encuesta de GAD3 para ABC publicada el pasado jueves le da 56 escaños).

Este año ha sido el de la llegada a las instituciones de las formaciones emergentes, tan presentes en el debate político como volátiles en las encuestas, pero su auténtico alcance lo dirimirán las generales. Ciudadanos llega aupado por el buen resultado del 27-S y presentándose como el partido de centro que puede pactar con PP y con PSOE. Su táctica ha sido llegar a acuerdos con la fuerza más votada en Andalucía (PSOE) y Madrid (PP), pero sin entrar en gobierno alguno. Sin embargo, Podemos -o sus marcas blancas- llegará a las elecciones después de haber conseguido gobernar en los ayuntamientos más importantes de España (Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, La Coruña), lo que le ha obligado a mojarse. El fracaso del primer ministro griego, Alexis Tsipras, en su ataque a la UE también ha contribuído a un desgaste que ya se refleja en las encuestas (39 escaños y cuarta fuerza en la de ABC, muy lejos de los tiempos en los que aspiraban a gobernar). Las elecciones autonómicas y municipales del 25 de mayo redibujaron el mapa político predominantemente azul (del PP) que salió de los comicios de 2011, lo que ha supuesto que los populares hayan perdido mucho poder territorial y el PSOE haya recuperado algunas plazas, aunque fuera a costa de incumplir el compromiso de Sánchez de no pactar con populistas.

El último año de legislatura es en el que la ciudadanía podrá hacer balance de las políticas económicas de Rajoy. La previsión es la creación de 600.000 puestos de trabajo en 2015 y que el PIB crezca por encima del 3%. No obstante, pese a los esfuerzos por bajar el déficit, la deuda ha crecido en 300.000 millones en la legislatura convirtiéndose en el principal punto flaco. El 20-D serán los ciudadanos los que valoren si el esfuerzo de ajuste -o recorte- liderado por el Gobierno ha merecido la pena.

#160

Re: Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

Mariano Rajoy ha manejado sus propios tiempos cada vez que el independentismo catalán ha embestido esta legislatura. Pero la cercanía de las elecciones del 20-D y el mal resultado del Partido Popular en Cataluña han forzado al presidente del Gobierno a reaccionar más rápido de lo que solía hacerlo. Rajoy tardó tres días en valorar la consulta del 9 de noviembre. Menos de un año después, ha respondido en apenas tres horas a una moción sobre la independencia prácticamente idéntica a otras aprobadas anteriormente.

A continuación recordamos cómo ha afrontado el jefe del Ejecutivo los principales hitos del proceso separatista en Cataluña:

LA DIADA DEL 2012

Un día antes del 11 de septiembre del 2012, Rajoy se sentó en el plató de TVE y aseguró que España no necesitaba "líos ni disputas" cuando le preguntaron por la manifestación a favor de la independencia convocada en Cataluña.

La protesta, convocada por la ANC, desbordó todas las previsiones y el presidente se encontró con un verdadero lío. Una semana después, sin haber valorado la manifestación, recibió al presidente de la Generalitat, Artur Mas, en Madrid. Rajoy rechazó la propuesta de pacto fiscal y Mas convocó elecciones anticipadas con la vista puesta en la celebración de un referéndum independentista.

ELECCIONES NOVIEMBRE DEL 2012

Rajoy tardó más de un mes en viajar a Cataluña tras la Diada del 2012. El presidente acudió el 27 de octubre para un acto de campaña. El resultado de las urnas dejó a CiU tocado, pero no hundido. El partido de Mas perdió 12 escaños (pasó de 62 a 50 escaños).

Rajoy tardó un día en hablar del resultado de las urnas. Lo hizo a puerta cerrada en el Comité Ejecutivo Nacional. Las palabras que trascendieron fueron muy críticas con Mas: "Los que llevamos tiempo en política nunca habíamos visto nada así", dijo a sus compañeros de partido. "La estrategia política de Mas ha sido un fiasco".

CATALUÑA SE DECLARA SOBERANA EN 2013

Mas sacó adelante el acuerdo de gobierno con ERC y el 23 de enero del 2013, el Parlament aprobó una declaración de soberanía de Cataluña, que reconocía este territorio como "sujeto político y jurídico" para decidir sobre su autodeterminación.

En este caso, el Gobierno recurrió a la vía judicial y optó por impugnar esta declaración al Tribunal Constitucional. Lo hizo más de un mes después, en marzo. El Pleno del Constitucional tumbó por unanimidad la declaración. A pesar de la tensión, Mas y Rajoy se vieron tres veces ese año. En todos los casos, evitaron hablar del proceso separatista.

EL CONGRESO DEBATE SOBRE EL 9-N EN 2014

Rajoy no delegó en nadie cuando el Parlament catalán llevó al Congreso de los Diputados una petición formal para organizar un referéndum independentista el 9 de noviembre.

El presidente ordenó una serie de ideas que venía exponiendo de forma esporádica. Cada vez que se reunía con un mandatario extranjero, la pregunta de Cataluña era una constante. Rajoy dijo durante aquel debate que no habría consulta el 9 de noviembre, porque el "Estado no puede ceder una competencia que no tiene».

REFERÉNDUM DE ESCOCIA

Artur Mas y Mariano Rajoy no votaban en el referéndum de independencia Escocia pero ambos se jugaban mucho con el resultado de las urnas de la región británica. De forma inédita, el presidente del Gobierno comentaba el resultado de un referéndum en un país extranjero. Mariano Rajoy capitalizó la victoria del ‘No’ en una comparecencia enlatada desde su despacho en La Moncloa: “Como ciudadanos europeos celebramos que los escoceses sigan con nosotros”.

APROBADA LA LEY DE CONSULTAS CATALANA

La ingeniería legal del presidente de la Generalitat para poder preguntar al pueblo catalán por la independencia fue aprobada por el Parlament tan sólo un día después de las elecciones en Escocia. El presidente reaccionó cuando se puso fecha oficialmente a la consulta para el 9 de noviembre de 2014. En esta ocasión, Rajoy sí salió del plasma para tachar de “antidemocrática” la convocatoria y elevar el tono ante el desafío soberanista: “Mientras yo sea presidente la ley se va a respetar en su integridad”, proclamó en una rueda de prensa desde La Moncloa en la que sí aceptó preguntas y anunció que llevaría al Constitucional el órdago del president.

9-N, RAJOY COMPARECE TRES DÍAS DESPUÉS

Las palabras del presidente del Gobierno sobre los resultados del “proceso participativo” del 9 de noviembre tardaron en llegar: “Fracaso”, “simulacro” y “propaganda” fueron sus argumentos para restar importancia a una consulta fallida que un año después ha llevado a los juzgados al president. Su declaración institucional sin preguntas tres días después del 9N sembró el desconcierto hasta en las propias filas del Partido Popular.

REFORMA EXPRÉS DEL CONSTITUCIONAL EN PRECAMPAÑA

Tras improvisar el recambio de Alicia Sánchez Camacho en verano apostando por Xavier García Albiol como candidato a las elecciones “plebiscitarias”, el Ejecutivo de Rajoy diseñó una reforma del Tribunal Constitucional en plena precampaña. El objetivo: frenar a Mas y “garantizar” la inviabilidad de la independencia de Cataluña. Una reforma que se anunció como un golpe de efecto y que entró en vigor semanas después de que las urnas hablarán en Cataluña.

27-S

Todos los líderes de los partidos ‘nacionales’ (PSOE, Ciudadanos, Podemos…) arroparon a sus candidatos en Cataluña la noche en la que se contaron los votos y los escaños… Mariano Rajoy, al igual que ocurrió en los comicios municipales del 25 de mayo, no apareció en el atril de Génova, en su lugar dio la cara Pablo Casado. Su partido acababa de ser vapuleado por Albert Rivera e Inés Arrimadas. 24 horas después, Mariano Rajoy compareció desde La Moncloa para ofrecer “diálogo y lealtad dentro de la ley” al nuevo Gobierno catalán.

LA DESCONEXIÓN ENCHUFA AL PRESIDENTE

La aprobación este martes de la resolución que pone la ‘primera piedra’ hacia una hipotética declaración unilateral de independencia ha conseguido la reacción más rápida y contundente de Mariano Rajoy ante el desafío soberanista: “Mientras yo sea el presidente del Gobierno, España seguirá siendo una nación de ciudadanos libres e iguales”.

#161

Re: Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

No sé si la hora de la verdad llegará inmediatamente, como reacción a la declaración abiertamente insurreccional del Parlamento catalán. O si lo hará dentro de unas semanas, cuando inicien "la tramitación de las leyes del proceso constituyente, de seguridad social y de hacienda pública". O cuando adopten las "medidas necesarias para abrir el proceso de desconexión democrática y masiva (…) con el Estado español". Pero es evidente que se cierra un ciclo, y que comienza una etapa en la que España tendrá que afrontar con una actitud diferente el problema nacionalista.

La nueva actitud no consistirá en ulteriores concesiones, al estilo de las que presumiblemente propone la izquierda cuando habla de "tercera vía" o "Estado federal". España es ya un Estado federal de facto, y Cataluña dispone de muchas más competencias que, por ejemplo, los Länder alemanes. Consagrar la "nación catalana" en la Constitución, blindar para la eternidad las competencias lingüísticas y educativas de la Generalidad (y la consiguiente capitidisminución de los hispano-hablantes de Cataluña), extender a Cataluña el cupo fiscal vasco, serían medidas suicidas que harían a España definitivamente insostenible. Afortunadamente, los independentistas parecen sinceros en su rechazo de cualesquiera terceras vías. Su radicalización nos ahorrará la enésima humillación. No hay mal que por bien no venga.

El ciclo que ahora se cierra comenzó en la Transición, cuando la clase política y la élite cultural de la democracia interiorizaron el relato histórico de los nacionalismos antiespañoles: España, secularmente culpable de centralismo y opresión, debía expiar sus pecados concediendo a las supuestas víctimas amplias facultades de autogobierno; una vez saciada su hambre y sed de justicia, los nacionalistas quedarían encajados en el sistema. Además, quien defendiese la unidad nacional se hacía sospechoso de franquismo, y evitar esa lacra es un reflejo de Paulov en todo político. Se comprobó muy pronto, sin embargo, que los nacionalistas catalanes y vascos no se conformarían con una razonable descentralización; al contrario, aprovechaban las competencias autonómicas –especialmente las educativas– para hacer país adoctrinando a la población en el separatismo.

Los gobiernos de UCD, PSOE y PP –cada vez más culpables, a medida que se hacía más patente la deslealtad separatista– siguieron creyendo (o simulando creer) en el appeasement: una cesión más y los nacionalismos, esta vez sí, quedarían cómodos e integrados. Los Sánchez o Iglesias terceraviarios todavía proponen más de lo mismo, dispuestos a ofrendar las últimas gotas de sentido y dignidad nacionales en el altar del separatismo insaciable.

Pero el ciclo del apaciguamiento ha concluido. Hasta Chamberlain supo dejar de alimentar a la fiera. Ahora el desafío es frontal y no desactivable mediante nuevas claudicaciones. España tendrá que reaccionar: la media Cataluña no nacionalista no puede ser abandonada a su suerte. El artículo 155 de la Constitución es lamentablemente ambiguo –que en 37 años no haya sido desarrollado legislativamente es una expresión más del encogimiento moral de los gobiernos de Madrid– pero suficiente para amparar una intervención o suspensión de la Generalidad. Es evidente que las autoridades autonómicas no cumplen "las obligaciones que la Constitución u otras leyes" les imponen, y que actúan "de forma que atenta gravemente al interés general de España".

Sí, el tumor está muy avanzado, y requiere cirugía mayor. Sólo si se arrebata a los nacionalistas la educación y demás medios de adoctrinamiento se podría iniciar un lento proceso de recuperación del imaginario colectivo (el ministro Wert habló de "españolizar a los niños catalanes" en un momento de milagrosa inspiración, siendo desautorizado por su propio partido; sin embargo, se trataría precisamente de eso). El gobierno español podría asumir las competencias de manera provisional; pero, a medio plazo, sería imprescindible una reforma constitucional que permita la recuperación definitiva de la educación por el Estado. En realidad, sería preciso replantearse todo el sistema autonómico. Las autonomías, inventadas para aplacar a los nacionalismos, han servido en realidad para exacerbarlos y para desarrollar 17 taifas con sus correspondientes clases políticas, organismos superfluos y redes clientelares. Las encuestas muestran que casi un 40% de los españoles serían partidarios de un reforzamiento del poder central, y de una reducción o eliminación de los autonómicos. ¿Quién los representa? ¿Por qué la recentralización sigue siendo tabú?

Pasar de una estrategia de apaciguamiento del nacionalismo a otra de enfrentamiento y victoria ("Somos más, y en España se hará lo que la mayoría de los españoles queremos") es adentrarse en territorio desconocido, cosa que siempre suscita vértigo. Pero no creo que llegáramos a un escenario balcánico. Ya tenemos un precedente: los años venturosos en los que Aznar ilegalizó Batasuna y puso de verdad en el punto de mira al entramado abertzale. No ardieron las calles, San Sebastián no fue Sarajevo. Al contrario: los vascos no nacionalistas se sintieron por una vez defendidos, y pudieron andar por fin con la cabeza alta.

En Cataluña sería igual. En las sociedades acomodadas y post-heroicas –con una una renta per cápita superior a los 30.000 dólares y una esperanza de vida de ochenta– el nacionalismo puede alimentar manifestaciones-verbena y pitadas en los estadios, pero no la guerrilla urbana. Nadie se juega ya la expectativa de varias décadas de vida confortable por ningún ideal romántico. Batet necesitó una división; ahora bastarían el BOE y el grifo de la financiación autonómica.
Francisco Jose Contreras

#163

Re: Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

García-Albiol: «Cataluña no puede estar en manos de la CUP, un partido antisistema»
A.L. de Santos. Madrid.

El líder del PP en el Parlamento catalá, Xavier García-Albiol, ha reconocido en una entrevista hoy en Onda Cero que van a presentar el recurso de amparo ante el TC y que espera que "en un momento excepcional, la respuesta tiene que estar a la altura de las circunstancias».

#164

Re: Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

Urkullu ve «imposible» que Cataluña cree un Estado propio en un mes

#165

Re: Cómo rebatir a los secesionistas. El debate asimétrico.

Ibarretxe augura que Catalunya y el País Vasco serán independientes en 2030
Pinde no descolgar a la sociedad de las instituciones para el éxito del proceso soberanista

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