Importe mínimo de la preferente: 25.000 euros.
Hoy asistimos a un fracaso para la renta fija en España. En lugar de luchar por la transparencia, la información y el rigor, se ha optado por el camino más fácil. Poner el límite de 25.000 euros para las nuevas preferentes. Encima dirán que es por el bien de los ahorradores.
El bien de los ahorradores es que puedan tener a su disposición los instrumentos de renta fija y poder llegar a financiar a las empresas a los tipos de interés que están dispuestos a pagar en el mercado, sin demasiada intermediación financiera.
Dejar a los bancos "colocar" I.P.F. al 3% para financiar a las empresas al 6% es peor para el pequeño ahorrador y lo mejor es permitirle si quiere asumir el riesgo y llevarse ese diferencial.
Pero hemos asistido a una ceremonia de la confusión, con muchos culpables es verdad, del que finalmente, en una medida populista, y gracias a la enorme desinformación de la mayoría de los "afectados" se les va a limitar la posibilidad de obtener más rentabilidad. Lo malo de esto es que los "afectados" aplaudirán sin darse cuenta que se están condenando a obtener menor rentabilidad.
Para mi había unas soluciones más sencillas:
1º) Obligatoriedad de recibir un folleto con un resumen de qué es una preferente (la hoja que tenía el folleto de las primeras emisiones industriales), y que ese folleto incorporara como ahora se dice no solo la firma, sino un texto escrito de puño y letra del comprador indicando que entiende esa información mínima.
2º) No permitir que las preferentes financieras se vendan en la misma red del banco que las emite. Es decir, si una entidad financiera quiere distribuir entre minoristas que lo haga, pero que la orden de suscripción se tuviera que hacer fuera de la entidad financiera.
En fin, veamos el lado positivo, 25.000 es la mitad que 50.000 pepinen.