“Complicando aún más las cosas, un inversor exitoso debe poseer cierto número de cualidades que pueden parecer contradictorias. Estas incluyen la arrogancia de actuar, y de actuar decididamente y la humildad de saber que podría estar equivocado. La agudeza, flexibilidad y voluntad de cambiar tu mente cuando te das cuenta de que estás equivocado, y la cabezonería de rehusar hacerlo cuando te mantienes justificadamente en ella convencido de que tu tesis es correcta. La convicción de concentrar tu cartera en tus mejores ideas y el sentido común de, sin embargo, diversificar tus posiciones. Un sano escepticismo, pero no un ciego sesgo contrario. Un profundo respeto por las lecciones de la Historia compensado por el conocimiento de que cosas que de forma regular ocurren, no han ocurrido antes. Y finalmente, la integridad de admitir errores, la fortaleza de arriesgarte a más de ellos y la honestidad intelectual para no confundir habilidad con suerte.”
Seth Klarman- Baupost Group 2015 Letter
Es posible que recordéis esta cita de Klarman de la última Carta del Argos, Febrero 2018.
Hoy- y en estos últimos días ya que vamos a ello- los índices de bolsa han tenido recortes significativos, en especial el mercado americano. De hecho han perdido todo lo ganado- y era bastante- desde comienzo de año. El Argos, como os he indicado en múltiples ocasiones, también se ha mojado en este chaparrón y hoy hemos cerrado en negativo respecto al comienzo del año. Dejadme ahora que os copie unos párrafos de la última Carta:
“Teniendo esto presente, recordar que habrá alguna crisis en el futuro no es más que tener los pies en el suelo; tener la prudencia suficiente de pensar que las cosas se pueden torcer mucho antes de lo que el consenso estima tan sólo es saber- como dice Klarman en la cita inicial- que a menudo ocurren cosas que nunca antes han sucedido; tener cartuchos preparados en el cargador no presupone saber cuándo una crisis va a producirse, simplemente estar preparados con “el aceite en las lámparas porque no sabemos cuándo vendrá el Señor” como en la parábola de las vírgenes prudentes y las imprudentes. Tampoco supone que debamos invertir con temor o que dejemos pasar oportunidades “por si cae dentro de unos meses”. Eso sería una solemne tontería que a veces saldrá bien y en otras fatal, y entre medias dejaremos pasar la mayor parte del tiempo sin estar invertidos en buenas empresas por el miedo a que la cotización de sus acciones cotice por debajo del precio al que hemos invertido.
Desengañaos. Si tenemos miedo de eso, si tenemos miedo de esa volatilidad- que es inherente al mercado como nos dice Peter Lynch- no debemos invertir en bolsa. Jamás. Nunca. Alejaos de la bolsa como de la peste. Dar tres vueltas en redondo y con los ojos en blanco decid en alto “chisgarabís, chisgarabís, chisgarabís” para conjurar su mal. Si recordáis de la Carta de Lanzamiento y de todas las demás, como inversores value sabemos que la volatilidad no es riesgo en realidad y que como inversores nuestro objetivo es encontrar empresas baratas para que en el medio y largo plazo puedan ofrecernos una razonable rentabilidad. Como dice Lynch, necesitamos paciencia y saber que pueden pasar años hasta que una empresa agote su potencial de generarnos rentabilidad. En ese periodo, lo que otros participantes en el mercado nos digan a cada momento, cada día, cada instante lo que opinan que vale nuestra empresa no es relevante.
Y sin embargo, cuando lleguen las caídas- que llegarán- necesitaremos recordar todo esto una vez más. El peor enemigo del inversor es él mismo como sabiamente nos decía Graham hace más de sesenta años. Los estudios empíricos de las finanzas conductuales o de comportamiento (behavioural finances) avalan lo que Graham supo ver. En los peores momentos- y tendremos de ellos en este año, el que viene o cuando sea- lo importante será mantener la disciplina inversora como os vengo indicando mes tras mes en la página de inicio, saber que el Sr. Mercado exagera los movimientos, que las aguas volverán a su cauce aunque no veamos un arcoíris en el Cielo, que las empresas que hayamos analizado y decidido comprar valdrán más de lo que los demás nos digan y que, teniendo liquidez podremos aprovechar para comprar más.”
Han pasado muy pocos días de este 2018 pero como os indicaba en la Carta el riesgo que los mercados pudieran ver recortes- este año o en los siguientes, que yo no soy adivino (ni nadie, ya puestos)- era evidente. Os recordaba que los datos que hacían a muchos “prever” que este 2018 sería un año de rentabilidades positivas (e incluso muy positivas para algunos) estaban ahí... pero os hacía hincapié en el hecho de que, junto a esos datos optimistas, había también otra forma- más prudente- de verlos o incluso su lado negativo.
Tal y como suele pasar, un mercado y unos inversores (según Leithner “especuladores- que-se-cree-inversores”) que no están acostumbrados a nada más que ver subidas en las bolsas, se han encontrado en estos primeros días de Febrero con caídas y con algunas importantes. Sobre todo comparado con la experiencia de estos últimos años. Nosotros habíamos venido incrementando la liquidez no “porque yo supiera” que los mercados iban a caer. Si lo “supiera” habría vendido todo. Soy tonto, pero tanto no. El caso es que como siempre ni yo lo sabía ni nadie lo puede “saber”. La liquidez- en estos momentos tenemos casi un 15%- que veníamos incrementando era por dos motivos: uno porque cada vez veíamos precios más caros y menores márgenes de seguridad...y las empresas que estábamos encontrando baratas era pequeñas compañías. En segundo lugar, por simple prudencia... al igual que Buffett, Klarman y tantos otros value americanos, cuando no encontramos suficiente margen de seguridad prefiero incrementar la liquidez del Argos hasta que la situación cambie.
En la Carta os comentaba que lo más importante cuando llegan las situaciones de caídas en los mercados es mantener la calma. Esta calma no sólo ha de venir en vuestro caso por el hecho de que tenemos un importante colchón de liquidez pura a nuestra disposición (casi un millón y medio de euros) sino también por el hecho de que nuestras empresas son, realmente, joyas. Dado que la inmensa mayoría de ellas no sólo son rentables sino que tienen poco nivel de deuda (las que tienen “algo más de deuda” la tienen porque dicha deuda no tiene recurso a la matriz, a nuestra compañía- caso de Ferrovial, por ejemplo) podéis estar seguros de que seguirán vivas, rentables y saneadas cuando la situación de turbulencias, crisis o pánicos haya pasado.
Recordad, por ejemplo, que cuando los inversores entren en pánico y quieran vender, BME se beneficiará de intermediar entre los que venden y los que compran (por cada acción vendida, alguien tiene que comprarla)... cobrará las comisiones e independientemente de los niveles de los índices, cuando llegue el momento nos pagará nuestros jugosos dividendos. Ferrovial, por mucho temor que exista en los mercados, seguirá cobrando las tasas en Heathrow (Sábados y Domingos incluidos), Ausdrill acaba de acceder a un nuevo e importante contrato, los gimnasios de GYM siguen funcionando las 24 horas del día cada día del año... y cobrando las tarifas a los usuarios, Cal-Maine vende los huevos que las gallinas ponen cada día (les da lo mismo lo que haga el Dow Jones o si la Fed sube tipos) y lo mismo con Sanderson Farms y sus pollos, Cambria sigue adelante con sus nuevos proyectos de concesionarios y ToppsTiles sigue vendiendo azulejos y baldosas en todo Reino Unido, Monsanto sigue adelante con su venta a Bayer independientemente de los niveles del mercado, Cofinimmo, nuestro REIT belga, sigue cobrando cada mes los alquileres de los locales, oficinas, residencias, centros comerciales y repartiéndonos los dividendos (casi un 7%) en Mayo, cuando los ingleses quieren comprarse unas nuevas zapatillas deportivas o renovar su vestuario para jugar al paddel, SportsDirect sigue sacando jugosos rendimientos, cada día en que Alimerka sigue satisfecha y feliz con sus cajas de StrongPoint ésta sigue beneficiándose, ArcelorMittal o BP no dejan de sacar acero o petróleo y venderlo cada día que pasa... y de ello os beneficiáis vosotros. Y así el resto.
Desde luego es imposible saber ahora qué hará el mercado mañana, este año o el que viene. ¿Será un susto pasajero y en breve retomarán la senda alcista? Quizás. ¿Será el inicio de la corrección o ajuste que desde hace años se viene esperando? Pudiera ser. Dado que no hay forma de saberlo y, como le decía el otro día a una nueva argonauta de Bilbao, lo único que podemos controlar es el precio que pagamos por las empresas que tenemos en cartera o aquellas que pensamos que son convenientes incorporar. Es decir y como os repetía en la Carta: seguir centrados en la disciplina inversora.
No es agradable pasar por situaciones como ésta o como las que puedan venir si termina siendo una caída más sustancial. Lo que quiero recordaros a todos los argonautas es que conocer las empresas que tenéis es lo más importante para mantener la calma. Saber que tenemos liquidez suficiente para aprovechar los precios que vendrán- alguna se está acercando a precios más que atractivos- tampoco significa que me vaya a volver loco de impaciencia y me ponga a comprar todo lo que se ponga barato ya. La liquidez que tenemos es limitada- no nos entran cientos de miles de euros cada día- por lo que las compras iremos haciéndolas según vaya pensando que es interesante y que se complementa bien con el resto de las circunstancias. Pero, desde luego, como inversores prefiero tener precios bajos a precios altos. Somos inversores: queremos comprar.... Mejor hacerlo cuando los precios son bajos que no al revés.
Sin saber qué nos deparan los próximos días, semanas o meses, podéis tener la certeza de que sigo pendiente de encontraros empresas que nos ofrezcan mucho más valor que el precio que pagamos por ellas. Algunas serán más grandes, otras más pequeñas. Lo importante es que mientras el Sr. Mercado nos cotiza nuestras posiciones (que veréis en el valor liquidativo) a precios que no tienen nada que ver con el valor intrínseco de las empresas, iremos aprovechando las rebajas que se nos pongan a tiro. La escopeta la teníamos cargada de hace tiempo, hemos vendido algunas empresas que posteriormente se han desplomado (más bien “suerte” que habilidad, no os penséis) y contamos con la calma para ir adquiriendo las empresas excelentes que el Sr. Mercado hoy vea con temor.
Pasará la tormenta más tarde o más temprano y entonces nos ofrecerán, como en el pasado, estupendos precios por nuestras compañías.
Gracias a todos por haber seguido leyendo hasta el final. Un abrazo