De extremadamente agresiva, calificó ayer el Ministro de Economía en una conversación con el comisario de Asuntos Económicos, el finlandés Olli Rehn:
-Olli, tomorrow we adopt the reform of the labour market and you will see extremely aggressive,….
-Oh!, good, very good, Luis.
(sonrisas - smiles)
No sabíamos entonces la agresividad contra quién era ni tampoco el porqué de las sonrisas. Aunque lo podíamos sospechar. Hoy, se ha aprobado en consejo de ministros, mediante decreto ley, la agresiva reforma. Tres, han sido para mí, las agresiones
1º) El despido improcedente, a partir de la entrada en vigor de la ley, se indemnizará con 33 días por año trabajado, hasta un máximo de 24 mensualidades. Se mantiene la indemnización de 45 días por año y un tope de 42 mensualidades para los contratos celebrados anteriormente, si bien el tiempo que transcurra a partir de esta fecha en adelante se liquidará de acuerdo con la nueva ley. Esto supone una reducción del 42,85 % en el coste del despido llamado improcedente o injustificado. Seis de cada diez despidos individuales en España, se hacían por esta modalidad.
2º) Se fija en 20 días por año trabajado y un máximo de 12 mensualidades, los despidos provocados por causas objetivas, como pueden ser la incursión en perdidas de la empresa, la previsión de incurrir en ellas o la caída de las ventas. Matices que espero se aclaren y concreten. Aunque me temo lo peor.
3º) La no necesidad de autorización administrativa, en la realización de un expediente de regulación de empleo -ERE- es la tercera pata donde se asienta esta agresiva reforma, cuyo único fin era el de reducir el coste por despido y con ello crear un mercado de trabajo, más dinámico pero más incierto e inseguro.
No debemos ni podemos olvidar, que más de la mitad de las empresas españolas (un millón cuatrocientas mil) que tributan por el régimen de sociedades, declaran pérdidas, según datos de la Agencia Tributaria.
El resto de esta reforma agresiva, la primacía de los convenios de empresa, la regulación de los contratos, la movilidad funcional o geográfica, la modificación de horarios y jornadas o las bonificaciones a la contratación, aunque tengan su trascendencia e importancia, no dejan de ser meras comparsas del fin de la ley: dar al empresario la libertad de despedir al menor coste posible.
También el presidente del gobierno en otra conversación dijo que esto le costaría una huelga general, como diciendo que ya ha descontado el descontento social. Para más tarde afirmar que este año se seguiría destruyendo empleo. Lógico.
Esta reforma agresiva es la Reforma del Cambio. El cambio de trabajadores antiguos por otros más modernos. De trabajadores de más edad por trabajadores más jóvenes. De trabajadores más caros por trabajadores más baratos. De trabajadores con más derechos por trabajadores con menos derechos. De trabajadores más libres por trabajadores menos libres. Todo un paso atrás en la historia del progreso, de la justicia y del bienestar social.