Más de dos meses sin escribir de la bolsa. No soy especialista, ni analista, ni estratega y mucho menos charlatán, soy un simple aficionado que le gustan “los mercados”, procura estar informado de su acontecer y arriesga su dinero.
El comportamiento de nuestro selectivo tras la reacción de Marzo de 2009 hasta Enero de 2010, fue esperanzador y contundente. Nos anticipaba una rápida salida de la crisis. Algo que más de dos años después hemos comprobado que no ha sido así. Su gráfico nos fue dejando a partir de ese mes una serie de señales falsas, que unidas a los rumores, noticias, especulaciones y demás parafernalia, convirtió en una auténtica trampa cualquier intento de inversión. Yo creo que ni con nervios de acero, se podía mantener una posición. Una vez perdidos de nuevo, los mínimos de Marzo de 2009, se abría a nuestros pies un abismo, no había referencias hasta los 5.386,2 de Octubre-02. El 1 de junio de este año, tocábamos los 5.994,1. Ya cualquier cosa podía pasar. Desde entonces hasta hoy, con tres grandes sobresaltos otra vez, nos vemos cerrando en los 7.102,20 puntos, un 18,49 % arriba de aquel mínimo último. Todo un subidón. La subida en cierre mensual ha sido del 16,62%, la segunda mayor del Ibex desde que este existe. La anterior fue en Diciembre-97, con un 18,32%.
Ha sido, sin duda, nuestro Ibex-35 uno de los índices que peor comportamiento ha tenido en estos más de 2 años.
Hoy siguen sin resolverse ninguno de los temas que más preocupan a la economía global, las deudas soberanas y la situación real de los bancos. Todo son reuniones, dilaciones y más reuniones y más dilaciones. El ataque a la llamada moneda única –el euro- encierra más trasfondo político que económico. Algo obscuro se encuentra detrás. No pretendo defender su imposición, ni mucho menos. Pero tampoco es lógico que tantos billones de dólares y de euros, junto con otras divisas, se crucen y se hayan visto sometidas a fluctuaciones tan importantes.
Si el euro quiere sobrevivir tal y como ahora lo conocemos, debe de someterse ya a una única autoridad fiscal, bancaria y presupuestaria, de los países que lo soportan. De lo contrario será presa de la especulación y de intereses puramente espurios, cuyo potencial daño a las economías reales, productivas y generadoras de riqueza, puede ser letal.
Volviendo al tema principal, la bolsa. Hoy nos ofrece nuevamente una interesante, no exenta de riesgo, apuesta de inversión. Si fijamos un “stop” de perdidas en el entorno de los ± 6.500 puntos y lo referimos a valores con una correlación (Ƀ) ajustada a 1, podemos establecer en un plazo medio una interesante ecuación Riesgo/Beneficio, buscando cierres del año por encima de los 9.000 puntos. Algo previsible y no imposible, si de verdad se fijan criterios y se toman decisiones a todas las incertidumbres que actualmente nos rodean.
La Bolsa lo refleja todo, lo bueno, lo malo, las trampas, los embustes, la especulación, la codicia. Es un gran indicador de la verdadera situación de la economía de forma adelantada e incontestable.
¿Hay algo más allá de La Bolsa?