Como siempre hago cuando entro a un banco, active mis cinco sentidos (entrar sin hacerlo es darle ventaja :) y no puede evitar una conversación, que mas o menos fue así:
Interventora (I): Buenos días, ¿qué tal todo?Gracias a la poca "gracia" como comercial de la interventora y a que la cliente llevaba las cosas claras, no consiguió "colocarle" el PIAS. Y a punto estuvo la verdad, ya que a la señora de Bancaja se le llenaba la boca de las bondades de este producto, pero se "olvido" de los pequeños detalles que podían ensuciar la buena visión del producto, como por ejemplo, la excepción fiscal de las rentas es a partir de los 10 años de duración, que si deseas rescatar el dinero ha de pasar 30 días entre el día que das la orden y el que lo recibes...
Clienta (C): Bien, bien, venia porque por fin hemos decidido que hacer con esos 18.000 € que tenemos ahorrados.
(I): Muy bien, perfecto, pasa y lo comentamos.
(C): Pues mira, lo ha estado mirando mi marido y finalmente hemos decidido comprar obligaciones del estado, hemos visto que rondan el 4,5 % y como ese dinero no lo queremos tocar durante muchos años, creemos que en este producto estará bien.
(I): Perfecto, veo que os habéis informado.
(C): Si mi marido ha estado mirando algunos productos.
(I): Si las obligaciones son un producto muy seguro, sin embargo, no es del todo bueno [Aquí es donde comencé a flipar]. Nosotros en Bancaja tenemos un producto muy bueno...
(C): No pero ya te digo...
(I): Dejame comentártelo, se trata de los PIAS no se si los conoces, son parecidos a un deposito, y no tienen comisión de rescate, no como las obligaciones que cotizan y que cuando las quieras vender tendrás que incurrir en gastos y además no sabrás a que precio las vas a vender, este producto son los nuevos planes de pensiones y estamos contratando muchos, ahora mismo ronda el 4 %, mejor que las obligaciones, ya que no tienen gastos.
(C): ahh, bien...
(I): además son mejores que los depósitos, ya que los intereses se acumulan [mientras repetía esto, llego a hacerlo en tres ocasiones, hacia aspavientos con las manos, indicando que crecería mucho], y cada vez que se liquida se acumulan los intereses.
(C): [sin saber que decir] Bien, bien
(I): Mira si quieres yo os compro 15.000 € en obligaciones y os meto otros 3.000 en este PIAS, piensatelo yo mientras voy haciendo marcha.
(C): [tras meditarlo unos minutos] No, mira comprame los 18.000 € en obligaciones y ya miraremos eso que comentas. [SIIIIIII victoria!!!, entender que en este momento ya estaba posicionado de la parte del cliente]
Y es que pienso que habría que regular este tipo de conductas de alguna forma, algo así como un código deontologico, en el que los gestores de inversiones, los comerciales bancarios, los gestores de carteras, en definitiva todo aquel que "vende" consejos de inversión, se comprometa a intentar buscar lo mejor para el cliente.
O algo todavía mas utópico, que acabaría con este tipo de actitudes, que los bancos estuvieran obligados a decir lo que pagan por ese producto, es decir, en el ejemplo, que la entidad tuviera que decir cuanto es la prima que le paga al comercial por vender el PIAS.
P.D: No digo que los PIAS sean malos productos, pero cada persona tiene sus necesidades y no puedes aconsejar, solo para vender.
P.D2: La situación descrita ocurrió en Bancaja, pero no solo ocurren en esta entidad, sino que todos los días se ve en muchas sucursales de entidades financieras.