Matthews Asia Fund Asia Dividend
Cuando en el año 2008 en Occidente nos afanábamos por salvar los muebles que pudiéremos del incendio, en China se retransmitía una más que simbólica ceremonia de JJ.OO. en donde Pekín no sólo figuraba como capital anfitriona sino que se erguía, cual arco triunfal, a modo de coloso y futuro de la economía de escala global. Desde entonces nadie quiso dejar escapar la oportunidad de hacer El Dorado Mandarín, cualquier empresa que quisiere sobrevivir debía mirar a Oriente; cualquier país que quisiere redimirse debía mirar a Oriente.
Semejante flujo de capitales también acaba por resultar inestable. Dinero llama a dinero, eso es así, pero los excesos rara vez carecen de consecuencias. Y no todo vale. En Brasil por ejemplo, otro de los países que absorbía el dinero a la fuga, dentro de los llamados BRICS, hemos tenido dos crisis sucesivas y mantenemos una Valhalla política interminable. Es el paradigma del ganador de la lotería: el 70% acaba arruinado en un plazo de 5 años.
Volviendo a China, más recientemente vimos un amago de alerta, en verano de 2015, que hacía pensar en un “hardlanding” de su economía, habida cuenta de que había disminuido (y continúa así) el crecimiento de su PIB de forma constante desde 2010 al tiempo que otros gigantes como EEUU resurgían cual Fénix. El sentimiento de pánico venía acrecentado además por una imparable carrera del precio de la vivienda y por las inestabilidades producidas en las bolsas locales, básicamente por la drástica devaluación del yuan hasta en tres ocasiones y dentro de un corto espacio de tiempo. No obstante lo anterior, el paso de los meses ha demostrado que el Kuomitang supo reaccionar a tiempo y a golpe de decreto consiguió suavizar el impacto y la “desaceleración”.
China es la cabeza visible del Asia emergente, pero obviamente no es la única, salpicada la zona por otros actores como Taiwan o Malasya. Del mismo modo la región convive de manera no poco accidentada con otras potencias claramente desarrolladas como Japón o Corea del Sur, sin olvidar a los vecinos del Pacífico como son los Australianos y Neozelandeses. En definitiva se trata de un crisol de países con una complejidad mucho mayor que la existente entre países europeos o Estados federados americanos, lo cual nos obliga de manera inexorable a trabajar sobre el terreno con profesionales que sepan entender dicha situación. He ahí donde la selección de la casa Matthews Asia no es baladí.
Matthews Asia nació en 1991 de la mano de Paul Matthews y justo un año después lanzó su primer vehículo, un fondo especializado Asia Ex – Japan. Con un volumen gestionado aproximado de 27.500 MM $, han ido desarrollando diferentes propuestas, todas ellas relacionadas con el área geográfica oriental, siendo una de ellas el fondo que hoy analizamos.
El Matthews Asia Funds Asia Dividend Fund es un fondo que comparte la filosofía de inversión de la casa, una estrategia que parte del bottom-up y escucha poco a las tendencias localistas generales, considerando los que los índices están desfasados y tienen bastante poco reflejo con el pulso real del mercado. Se caracteriza el particular en seleccionar instrumentos de renta variable de la zona Asia-Pacífico con un nivel atractivo de rentabilidad por dividendo, sin descuidar otros aspectos como la volatilidad o la previsión de retornos vía apreciación de la acción.
Primeramente vemos el comportamiento frente a la categoría RV Asiática (incluído Japón) y al índice MSCI AC Asia Pacific NR USD. Con una simple ojeada salta a la vista que en los últimos cinco años el track-record del fondo supera con cierta comodidad a sus adversarios:
Evolución del Matthews Asia Fund Asia Dividend
Pese a que incidí antes en la nula importancia que la gestora da a los índices, obvio resulta comprobar que no hablamos de un fondo descorrelacionado, pero sí de un fondo que sabe buscar de entre el inmenso abanico de compañías disponibles para escoger aquellas que mejor comportamiento (presumiblemente) presentarán.
En cuanto a ratios, no disponemos de algunos de los ratios clave como puede ser el Sharpe o la beta, pero trabajaremos con lo que tenemos a mano. La volatilidad del 12,08 es significativamente baja teniendo en cuenta que hablamos de una categoría cuya media arroja un rango del 18%, y ello viene corroborado por los valores “bajo” en los niveles de 3 y 5 años; con valor de 0,29 aparece el Ratio de Información, dicho ratio utiliza como denominador el Tracking Error, que arroja un resultado de 4,66 en línea con lo esperado para un fondo que dice actuar por libre, y ello nos determina que frente a benchmark esa autonomía nos aporta rentabilidad.
Ratios del Matthews Asia Fund Asia Dividend
Si abordamos con detenimiento la cartera veremos que se compone básicamente de acciones, si bien la política de inversión no se cierra a otros activos como convertibles, y dentro de las acciones se atisba una muestra heterogénea de localizaciones, predominando eso si las big-cap con una consideración a caballo entre value y growth.
Desglose por regiones del Matthews Asia Fund Asia Dividend
Distribución de activos del Matthews Asia Fund Asia Dividend
A 31 de Marzo de 2017 no había ninguna acción por encima del 5% del patrimonio total de la cartera, siendo por ejemplo paradigma del modelo que persigue el fondo la compañía Shenzhou IGH, cuyo pay-out pasó del 30% al 50% en cinco años gracias a su continua diversificación de clientela, o Japan Tobacco, con un modelo estable de negocio (recordemos que Japón es el país con más fumadores del mundo), una reducción paulatina de la presencia estatal en su accionariado o un pay-out que creció del 37,5% al 55% en tres años.
Mayores posiciones del Matthews Asia Fund Asia Dividend
Para concluir, merece la pena resaltar la excelente labor que vienen realizando en el fondo el tándem formado por Yu Zhang y Robert Horrocks, a éste último, doctor en ciencias económicas y Director de Inversiones de la firma, tuve la oportunidad de calibrarlo personalmente en Citywire España, permitiendo un rating Bronze en el análisis de Morningstar además de las cuatro estrellas de rigor. Calificación más que merecida para un fondo que garantiza al inversor un óptimo control del riesgo parejo a una rentabilidad difícilmente replicable en occidente.