Tras un deprimente final de 2018, con caídas generalizadas en todos los activos, vivimos un primer trimestre de 2019 pletórico, con alzas abultadas que en buena parte sirvieron para borrar el mal registro que les precedía e ilusionar a los inversores con un potencial efecto de crecimiento sostenible. Pese a todo, subyacía en nuestro pensamiento el espíritu del “y si”, estábamos (y estamos) atentos al próximo clic que detone la bomba en un nuevo proceso recesivo tras años de crecimiento. ¿Trump?¿Irán?¿China? Es difícil de prever.
En la actual tesitura adoptar posiciones de riesgo, vista la espectacular revalorización que acumula YTD la renta variable, muchos asesores aconsejan cautela, pero es difícil escoger una opción lo suficientemente “segura” (tómese con las comillas) habida cuenta de la sobreabundancia de dinero que hay en los mercados de renta fija y las yields tan bajas que se pagan por unos bonos cuyo riesgo real es mucho mayor que el que reflejan las pantallas. La búsqueda de alternativas de inversión parece un trabajo ímprobo, cada vez están más de moda los emisores nórdicos sin rating o incluso hemos visto como la colosal M&G se ha abierto a la compra de bonos chinos onshore denominados en yuanes, cualquier cosa por rascar tires más atractivas.
He pues aquí que nos llega la casa Lemanik con una propuesta muy interesante enfocada para estrategias de preservación de capital o como core de una cartera complementada con fuentes de retorno más agresivas (RV sectorial, emergentes,…): el Lemanik SICAV Active Short Term Credit.
En primer lugar dejen que les hable de la gestora puesto que estimo que para muchos será desconocida, se trata de una boutique de gestión patrimonial fundada en Ginebra en 1971 y cuyo nombre deriva precisamente del lago Leman que baña la ciudad. La rama correspondiente al asset management vendría en 1993 coincidiendo con la apertura de sede en Luxemburgo y a día de hoy engloban más de 25.000 millones de activos bajo gestión.
Hablemos ahora del gestor. Capitanea la nave D. Fabrizio Biondo, un AA Citywire con más de 20 años de experiencia en la gestión de bonos y renta fija, especializándose en el mercado high yield, bonos emergentes y bonos nórdicos sin rating. También ha venido desarrollando estrategias long/short en los últimos 12 años, detalle que veremos reflejado cuando a continuación expliquemos el fondo.
Nos encontramos ante un fondo que dependiendo de dónde se clasifique aparecerá como Renta Fija Corto plazo o Renta Fija Otros, y es que ciertamente es un poco de cada cosa. Las premisas que se adoptan son dos: volatilidades por debajo del 2% y retornos por encima del LIBOR + 1,50%, todo ello buceando en divisa Euro cubierta y sin limitación geográfica alguna.
El procedimiento base sería un tradicional buy&hold pero pescando en el acuario de los bonos high yield, dichos bonos serán siempre de corta duración con un mínimo del 90% de ellos con vencimiento inferior a 18 meses y máximo un 10% con vencimiento inferior a 24 meses. Así el conjunto no deberá de superar el año de vida residual, y para ser exactos en estos momentos se ecuentra en los 10,8 meses repartidos en 281 activos.
La selección de bonos combina el Top-down y el Bottom-up indistintamente, el apartado Top-down lo aplica a la hora de establecer criterios tales como la zona geográfica, la industria o el rating, estableciendo así una primera selección de valores. Después se aplica el Bottom-up para discriminar por análisis financiero y fundamental, de tal forma que se minimice al máximo el riesgo de default de cualquiera de las emisiones adquiridas, al fin y al cabo, aunque sea a muy corto plazo seguimos hablando de bonos de alto riesgo, y el rating de cartera es B+.
Pero además de lo anterior, el gestor se saca un as de la manga para pulir más la foto final y es el realizar en paralelo una gestión activa en derivados sobre la curva de tipos y estrategias forex principalmente. Recordemos que menté anteriormente la experiencia de Biondo en gestión long/short, pues aquí es en donde ha querido sacar partido a dicho bagaje.
Atendamos ahora a la gráfica para poner en práctica lo dicho:
A primera vista es evidente que no hablamos de un fondo contracíclico pero sí conservador, muy conservador. Su mayor caída trimestral desde 2015 ha sido de un -0,85% en el cuarto trimestre del 2018, en este mismo periodo fondos defensivos como Carmignac Securite cayeron un -1,77%, el Gesconsult Corto Plazo un -1,16% o el Blackrock Fixed Income Strategies A2 un -1,62%.
La distribución de la cartera, tanto sectorial como geográfica, es bastante amplia al no verse encorsetada a un índice que le marque máximos. Así pues servicios y Real Estate destacan en un portfolio que tiene a Noruega y China como países emisores predominantes.
A nivel ratios el fondo posiciona el Sharpe a 3 años en niveles de 1,40 y ello debido básicamente a la baja volatilidad que este fondo ha venido mostrando los últimos años, como bien nos muestran los datos de Morningstar para 1, 3 y 5 años vista.
Llegados a este punto nos toca la pregunta clave: ¿qué papel podríamos darle a este fondo dentro de nuestras carteras? Sin duda alguna yo lo establecería en el core de la misma, me interesa un fondo que pueda cumplir las funciones que antaño asignábamos a los monetarios y los fondos de renta fija soberana a corto plazo, es decir estabilidad y preservación del capital que después podamos combinar de manera táctica con otro vehículos de otras clases.
La presencia de este vehículo nos rebaja el nivel general de riesgo y además su correlación con el resto de activos High Yield es baja, pudiendo incluir en el mix otros vehículos tradicionales al respecto como el Candriam Bonds Euro High Yield o el DPAM Bonds Euro Corporate High Yield.
En definitiva, el Lemanik Active Short Term Credit es un fondo sobre el cual pivotar estrategias o sobre el cual refugiar el capital en caso de turbulencias en renta variable. Tengamos además en cuenta que de media más del 52% de la cartera vence en cada año natural, por lo que el flujo de cash (un 4% mensual aproximadamente) es tal que el gestor tiene la posibilidad de adaptar la cartera a los cambios bruscos, tensiones geopolíticas y otros tantos escenarios adversos, mucho más rápido que la mayoría de sus competidores. Por su peculiar modo de entender la gestión de los bonos de alto rendimiento más aparte su probado track record, creo que Fabrizio Biondo bien podría valerse de un hueco en nuestros portfolios.